Semana veinticinco.

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Just a dream. (Sólo un sueño)

Domingo.

Me desperté lentamente y no estaba en mi habitación. Claramente no estaba en mi habitación, y menos en el baño. Tardé en reaccionar pero luego de un rato noté que sí estaba en mi habitación. Pero no en Milán. Estaba en Argentina en mi casa. Mía y de Diego. Suspiré y miré a mí alrededor buscando rastro alguno mas solo escuché unos gritos. Pesada y medio mareada me paré y fui a ver de quieres eran.

Diego y Alba se gritaban en media sala.

—¿¡ACASO TE PREOCUPAS POR ELLA!? ¿¡SABES CÓMO ESTA!? ¿¡O SOLO TE BESUQUEAS POR CLARA EN LUGARES PÚBLICOS!?— gritaba Alba.

—¡YA ENTIENDO POR QUÉ LODOVICA NO MADURA! PORQUE SUS AMIGAS CREEN LA SARTA DE IDIOTECES QUE DICE.

—AL MENOS NOS PREOCUPAMOS POR ELLA NO COMO VOS QUE TE VAS Y NO LE CONTESTAS UN MALDITO MENSAJE.

—¿¡SE PUEDEN CALMAR!?— grité—. ¿Qué ocurre?

—Alba dice que tú has visto fotos mías besándome con Clara.

—Eso es verdad Diego— mis ojos se llenaron de lágrimas—. Me mostraron fotos tuyas y de Clara besándose.

—¿Tú les has creído? Eso sí que no lo puedo creer, eres una idiota— me habló de mala manera.

—No me hables así Diego o sino…

—¿¡O SINO QUÉ!? Me tienes harto siempre desconfías de mí, nunca me haces caso. Ahora qué dirás ¿Me alejaras de ellas? Tengo derechos, soy el padre. Pero tú eres una niña egoísta que no piensa en otra persona, solo en ella. Por esa razón no quieres que tus hijas sean felices porque si tú no eres feliz nadie lo debe ser ¿Verdad? Y dejar de tener que pensar en vos es lo que más te molesta, por lo cual no querías un bebé ¿O no?

Yo estaba llena de lágrimas, no entendía por qué de repente me hablaba así.

—No le podes decir eso Diego— lo retó Alba—. Porque mientras vos la culpas a ella de ser egoísta cuéntame ¿Qué pasaba por tu cerebro cuando te casaste con Clara? Tú tienes la culpa de que ella no confíe en vos, porque siempre la elegiste a ella, no te jugaste por Lodovica hasta que fue tu única opción ¿Acaso eso te gusta? No eres nadie para reprochar nada, pues tú no haces nada.

—¿Y ella? Ni siquiera le tuvo que decir la verdad a Tomás porque él ya la sabía, ella nunca se tuvo que jugar por mí.

—Yo vine de Italia solo por vos, yo te perdoné miles de cosas, siempre tuve una fe ciega en que me amabas… Cuando me lo demostrabas y cuando no, siempre intenté amarte más de lo que cualquiera podría hacerlo, siempre estuve ahí de una forma, te acompañaba al estudio de grabación aunque me dolía todo o me sentía mal para estar un poco más con vos, aguante todas esas veces que la elegiste a ella, me dijiste que deseabas que yo no esté embarazada y Clara sí, Diego vos también hiciste cosas que me dolieron… Pero yo siempre te perdoné, ahora no sé si voy a poder hacerlo. Me hiciste quedar mal en frente de todo un país… Mi papá me preguntaba qué pasó y yo no sabía responder…

—Lodovica… Yo no hice nada de eso— se acercó a mí y me abrazó fuerte.

Yo no reaccionaba, me quedé así y cerré los ojos para calmarme, pero solo lágrimas salían de ellos. Diego intentaba que me calme, pero yo no lo lograba. Me dio un beso en el pelo, y lo comenzó a acariciar.

Alba abrió la puerta y se fue. Diego me miró, tenía los ojos llenos de lágrimas.

—Lodovica yo no besé a Clara porque quise, fue por la novela, podes preguntárselo a cualquiera, te lo juro.

La cosa más linda (Dievica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora