Agradecimientos.

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Gracias a todas por leer <4 a las Dievicas les dejo esto capaz que les gusta buee

((Gracias a la novela por hacer que las conozca))

Epilogo.

Semana ciento cincuenta y seis.

Domingo.

La alarma de mi celular sonó, muy cansada por la larga –Y buena, muy buena– noche que tuve la apagué con pesadez hasta que recordé un dato.

¡El día del padre en Argentina!

Vi a Diego dormir plácidamente y me dio tranquilidad saber que no se había despertado.

Corrí buscando más ropa con que vestirme, pese a solo encontrar mi short pijama y una remera de Diego que consideré adecuada. Tomé mi iPhone y fui a preparar el desayuno.

Abrí la heladera en busca de leche mientras que puse a funcionar la cafetera y taché el día 22 de Junio del pequeño almanaque que usamos para contar los días faltantes para el cumpleaños de mis pequeñas hijas.

Pasaron tantas cosas. Siento que estos tres años fueron eternos y me alegra que hayan sido así.

Cuando nos separamos con Diego, él siguió ayudándome con todo el asunto de las mellizas, y luego de mucha insistencia fui a un psicólogo. Lo que hizo que los primeros seis meses en la vida de nuestras bebés sean catastróficos, por un lado, mis ensayos constantes y las consultas con el psicólogo, por otro las grabaciones de Diego y sus consultas. Pero de alguna forma nos terminamos acostumbrando a esos horarios.

Los siguientes seis meses, o sea la segunda mitad de su primer año, fueron también terribles pero mejores. Con Diego habíamos madurado mucho y aprendimos mucho de nosotros mismos, aunque contábamos con la ayuda de Tomás y en mucha mayor medida Clara. Si, la bruja mala del oeste (Como la apodé el poco tiempo que Diego se quedo en su departamento) resultó y resulta ser nuestra salvadora. No solo nos coordinaba los horarios, sino que también se aseguraba de que íbamos al psicólogo. Lo cual, fue algo de mucha ayuda, sobre todo cuando se las arreglaba para cuidar de las mellizas o viajaba a donde yo estaba con la gira. Tomás también muy implicado en la crianza de ellas, ayudo un montón.

Al cumplir el año noté que no hacían lo mismo que Mia a su edad, entonces me preocupé y decidí parar la gira por un tiempo, habiendo solo recorrido Europa, y explicando en mis redes sociales que necesitaba un tiempo en algún lugar fijo, y que dos bebés no eran fáciles de cuidar, sin embargo que estaba trabajando en un nuevo proyecto. Y así fue, nos instalamos en Milán y comencé a traducir la voz de Alegria en Intensamente pero en Italiano, lo cual aunque llevaba muchas reuniones, tiempo grabando y conferencias de prensa se me hizo más cómodo, tanto para mí como para Diego.

En ese tiempo pasábamos de un médico al otro, los pediatras siempre nos decían que no nos teníamos que preocupar, que era normal que ellas no tengan el mismo aprendizaje por el hecho de ser prematuras pero yo siempre tenía miedo y le pedía a Diego que consultara con otro especialista que decía lo mismo.

Pocos meses después de que las mellizas cumplieron el año, Diego abandonó el psicólogo, ya que él se sentía bien e inclusive el psicólogo se lo había dicho (Qué milagro, un psicólogo que resuelve algo, estaba segura de que eso era algo completamente imposible). Nos comenzamos a acercar mucho más y al año y medio de las mellizas nos mudamos a España, a Barcelona, a tan solo dos o tres horas de Zaragoza, donde viven los padres de Diego. Nos mudamos separados, pero como siempre estábamos todo el día juntos.

Tres meses después de llegar a España yo dejé el psicolgo por una gran mejoría que había hecho. Con Diego decidimos darnos una oportunidad y así era como varias veces les dejábamos las bebés a los padres de Diego –Que por fin las habían aceptado– o las dejábamos con Tomas y su novia, Lorena. Sí, la chica que estuvo con él en el casamiento de Clara y Diego, resulta que es la mejor amiga de Diego y la novia de Tomi. La verdad espero que se casen pronto, y no solo porque me encantó lo cansadas que estaban Alessia y Antonella después del casamiento de Clara y Dante, solo digo que fue muy lindo que no hayan querido jugar todo el día, y que ninguna haya llorado.

La cosa más linda (Dievica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora