Kiri | NamTae || BOOK 1#

4. Sueños que Entorpecen

Escucha suaves murmullos a través de las rocas acumuladas a su alrededor. La pierna se le torció por un mal giro. Está con el pecho contra el suelo y pequeñas piedras y cristales encima. Nada muy grave.

—Ayúdenme... por favor ayúdenme...

No hay luz. Está todo oscuro, la lámpara de aceite rota. Es demasiado oscuro. Respira por la boca, tan acelerado que ni siquiera lo hace realmente. Absorbe tierra, polvillo del carbón y su voz no sale de lo angustiado que está. ¿Por qué el espacio se está cerrando? ¿Por qué todo está negro? La mina se lo va a tragar como a otros, no quiere eso.

Ruega sin voz que lo saquen de ahí, deshaciéndose en sudor y en sangre, con los labios pálidos, la cara sucia, el pecho desnudo, las manos destruidas en su intento inútil por abrirse paso. Está muy oscuro, no quiero, por favor, no quiero... El silencio total, la penumbra completa solo le hacen pensar:

¿Y si ya estoy muerto?

Grita desesperado, llorando a raudales y pidiendo que Jimin lo ayude. No se supone que estén alejados. Deben estar juntos. Si van a estar en la oscuridad, solo pueden estarlo juntos. N suave sonido lo hace bajar la mirada, con gemidos ininterrumpidos.

Es el cuarzo rosa.

Con manos temblorosas, teniendo una uña a medio desprender, lo toma y arrima hacia su pecho. No. Aún está vivo, aún puede salir de aquí. Tiene que salir y va a salir de aquí. Tan literal como puede sonar. Por más que intenta hacer surgir alguna planta que lo ayude, es imposible por lo agotado y desconcentrado que está.

Gimotea, siendo un pequeño trocito de existencia entre la roca cernida a su alrededor. Tan poca cosa que todo a su alrededor lo está consumiendo y manchando cada vez más. Pasa demasiado rato ahí, tanto que no lleva la cuenta. Levanta la cabeza. Un repentino rayito de luz penetró en el lugar. Pronto se agranda y debe guiñar repetidamente los ojos para adecuarse a tanta luz.

— ¡SAQUENLO RAPIDO!

Tiene el cuarzo metido en la boca, razón por la que no separa los dientes. Es puesto dentro de un carro para transportarlo más rápido y fácil. En un parpadeo, está fuera de la mina con todos viéndolo.

—Hey ¿Estás bien?

Niega con la cabeza.

—Que drama—Queja la mujer que les dio la instrucción temprano—. ¡Ya lo sacaron así que venga! ¡Vuelvan a lo suyo o no saldrán de allá! ¡Andando! —Ordena y no tienen más opción que obedecer—. Y ustedes dos-

—Trajimos los trescientos kilos, incluso más. —quejumbra Jimin, Taehyung no se dio cuenta de que lo tuvo al lado todo el tiempo. Jimin lo ayuda a levantarse y luego se lo monta en la espalda.

—Y luego generaron un gasto de aceite, perdieron las dos linternas y derrumbaron una sección que no estaba vacía—recrimina—. ¿En serio creen que me importa si llenaron la cuota o no después de semejante destrozo? No esperen que les llegue su ración completa. —afirma con desdén y cruel satisfacción.

— ¡SE LE DERRUMBÓ LA MINA ENCIMA ¿Y SE QUEJA POR ESA ESTUPIDEZ?!

—Va a tener una ayuda por eso, no te alteres tú también—Hace notar un capataz, la mujer rueda los ojos—. Vayan a descansar, su turno será una hora más tarde mañana.

— ¿Tiene que venir mañana?

—Él no.

Jimin exhala aliviado, bueno, es algo. Con mayor esfuerzo levanta a Taehyung en su espalda y empieza a caminar de regreso a la pequeña vivienda que habitan.

. . .

—Todo por un maldito cuarzo.

—Iba a derrumbarse de cualquier manera, Jimin.