Kiri | NamTae || BOOK 1#

25. Siestas de Pétalos

Abre los ojos debido a una luz molesta. Su expresión se llena de sorpresas al hallarse a sí mismo fuera de la habitación en la que ha estado ¿Cuánto? ¿Cuatro meses? Tal vez. No llevaba bien la cuenta y dado que estuvo tantos días inconsciente por el veneno de Jungkook -el cual pudo haberlo matado al no ser nada parecido al de Namjoon-. Exhala aliviado del espacio amplio y el aire fresco que le revuelve el cabello oscurecido. Estira en el suelo lleno de flores que van floreciendo a medida que pasa el tiempo y la dríada se relaja.

Gira en sí mismo, quedando boca abajo. La casa está a una distancia relativamente corta, es decir, puede que Namjoon esté viendo por alguna ventana que hará viéndose en esta situación de libertad aparente. Da toquecitos a una flor, clemátide, que está a medio marchitar y sus pétalos lucen secos. Diría que es una buena comparación de Namjoon. A final de cuentas tiene un buen tiempo sin comer nada y empieza a tener arrugas en las manos por tanto experimentar mezclando sustancias y demás elementos para hallar nuevas combinaciones. Entre ellas continua con lo de una poción para ver en la oscuridad.

O mínimamente unas gafas que lo permitan.

Sopla a la flor que en respuesta se abre y muestra colores ambarinos. Sonríe al ver tan bella como es en su toda plenitud de vida. Recuesta la mejilla en su mano y se permite más rato bajo el sol, con ligero cambio en su cabello purpurino. Se pone de pie en un salto y empieza a dar saltos andando por el campo abierto. En secreto y discreción se encuentra el agazapado felino color oscuro, con los ojos clavados en la complacida dríada que disfruta su tiempo de nueva libertad.

O ilusoria libertad, pero quizá ni siquiera se daría cuenta del todo. Avanza con lentitud y casual sigilo, guarda una distancia prudencial para cerciorarse de que Taehyung no se dé cuenta de que está ahí. Se aleja demasiado y Yoongi gruñe por lo bajo, fastidiado por el esfuerzo extra y da un susto debido a la enorme ventisca que hay junto al crecimiento desorbitante. Tiene la necesidad de cambiar a una forma más grande para poder ver.

—Ahora crecen más. —Ves sus manos un instante y luego da un salto, dando un golpe con los brazos y la cabeza, agitando el cabello y al mismo tiempo, generando una enorme y creciente arboleda de color púrpura.

Yoongi acaba, igual que Taehyung, en la copa de un árbol. Sacude la cabeza, está aún lejos, por lo que ni siquiera se ha dado cuenta en esta situación. Bosteza, mostrando los pequeños colmillos de lince moteado. Cambia nuevamente de forma, siendo un delgado y pequeño puma de las nieves saltando hasta otro árbol más próximo a la dríada.

— ¿Qué tanto piensas hacer? —se pregunta con la cola balanceándose en ritmo tranquilo e hipnótico. Taehyung no luce especialmente apurado por irse. En realidad, está jugando y es extraño.

Pues cualquiera que estuvo tanto tiempo encerrado debería tener por impulso primerio el largarse del maldito lugar. Taehyung es raro y estos de lo confirma a unos niveles tan grandes que raya lo imbécil. Se agazapa como puede para ser más discreto una vez la dríada pasa casi flotando por los arboles que creó.

No es la primera vez que lo ve y lo sorprende que... Jimin y él sean tan iguales.

Esa forma tan grácil de bailar entre hojas de árbol, parecer pequeñas y delicadas hadas de aire que no son. Llega a sentir envidia. Poder manifestar semejante libertad solo por estar al aire libre, cuando la realidad es que son más prisioneros que ninguno. Taehyung continua en su camino, bajando de los árboles que hizo crecer y pareciendo dar baile y salto a medida que se aleja más.

La dríada detiene su avance en lo que puede denominarse el "final" del territorio de Namjoon. Es muy amplio y con cierta energía que lo marca. A menos que se esté invitado, nadie entra. Si lo hace, buena suerte sobreviviendo a la protección que hay, por no decir que Namjoon no es precisamente amistoso ni siquiera con los visitantes.

— ¿Ahora qué vas a hacer? —Toma asiento, aguardando que la dríada haga el siguiente movimiento.

Taehyung estira la mano, con la perspectiva de una línea imaginaria que realmente no está ahí. La recoge, da media vuelta y regresa como vino en primer lugar. Pasa la pata por su oreja para rascarse y luego bosteza. Taehyung o bien es muy tonto como para no aprovechar el chance o muy consciente de que no va a lograr nada con eso. Cualquiera que sea de las opciones, posiblemente Namjoon esté feliz de esto.

A final de cuentas, está pidiendo que vigile precisamente por eso.

. . .

—Huele a berrinche en cada metro de esta vivienda.

—Hoseok.

—Solo digo—Ríe acercándose al Naga terriblemente enfurruñado—. Que estás exagerando mucho lo que sucede. Eres tan listo y al final acabas por estar más de a acuerdo con tu instinto celoso que de espectro racional. Eso, mi amigo, es extraño. Sobre todo, cuando nos reprochaste tanto el ser así.

—Con ustedes era de vida o muerte, no es lo mismo.

—Muerte por ti, que no querías que Yoongi fuese mi jinete—Blanquea los ojos—. De la manera en que sea. Sabes perfectamente que aquí no hay real problema. Te estás montando una tormenta apoteósica en un vaso de agua, cuando vives en una calma sin igual.

Ambos giran a la ventana, Yoongi retornando y poco tiempo después Taehyung, quien se deja caer en las flores y levanta una gran cantidad de pétalos en el proceso.

—Si llegó al borde, pero regreso. —informa tomando asiento y al instante tomando una fresa del tazón que hay en el desayunador. Namjoon mueve la cola hasta envolver al par de cambia formas que se ponen nerviosos en consecuencia.

—dejen de hacerse los que saben más que yo o en serio los voy a dejar tirados sin poder moverse por dos semanas—Hoseok asiente de forma frenética y Yoongi blanca los ojos, con el pelo negro cubriéndole parte del rostro—. Con respecto a que hacer con Taehyung—Yoongi gimotea, el apretón es muy fuerte y lo quiera o no, el veneno empieza a penetrar su piel—. Necesito que vayan a Jungkook y, de la forma en que sea, no me importa si tienen que chuparle cada uno un pene y alimentarlo después, lo convenzan de lo siguiente.

—Que imagen tan alentadora.

—E-el lado bueno es que ya lo hemos hecho ante no será tan horrible. —ríe Hoseok nervioso y tosiendo por la falta de aire. Namjoon los suelta únicamente tras decir el mensaje y así permitir que se vayan a su forma.

Taehyung permanece fuera hasta que el sol desaparece en el horizonte, entra, toma el tazón de fresas y va a su habitación como si nada hubiera sucedido. Llega a ser hasta gracioso para Namjoon el procedimiento tan normal. Cualquiera diría que no pasó nada importante en este lugar.

Sea como sea, está tranquilo y aclarándose nuevamente, lo que realmente importa.