35. Antes de Encuentro

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—Namjoon ya se ha tardado demasiado. —saca los labios y se estira en el sofá dónde está echado. Literalmente es imposible hacer crecer nada más en el taller de Namjoon y el jardín ya parece un bosque de tanto que hace por él. Ni siquiera está Rapmon para jugar.

— ¿Acaso lo extrañas? —cuestiona levantando la cabeza de su enorme cojín. Tan grande que puede estará hi echado como humano. Taehyung asiente con la cabeza, viendo por la ventana—. ¿Por qué? Creí que no-

—Yo lo quiero mucho, no me gusta estar lejos de las personas que quiero. —suspira con tristeza al respecto y Yoongi gira hasta quedar boca arriba en su lugar.

Para el cambia formas sigue siendo ligeramente extraño el cariño que Taehyung tiene hacia Namjoon. Tal vez fuese normal debido a la convivencia y a que no le ha hecho tanta cosa que pueda jugar en contra de la confianza. Sin embargo, es la misma persona que lo sigue tratando –de vez en cuando-, y llamando como un objeto. Como un trozo de comida.

¿Por qué le genera conflicto? Porque puede darse cuenta de que es un sentimiento totalmente genuino de su parte. No totalmente un reflejo ni una mentira dicha de dientes para afuera. Ni siquiera algo que pueda escapar del entendimiento de la dríada aun atolondrada.

Él de verdad tiene un afecto inmenso por Namjoon.

Supone que viene a que, a pesar de todo, Namjoon le da mucha libertad, así como considerarlo una criatura hermosa a pesar de las manos manchadas. Tiene que admitir que no le gustan. En un principio le daban un tanto de asco, pues luce como un leproso. Tras acostumbrarse sencillamente le dan igual.

Namjoon no es así. Se trata de un rasgo al que jamás ha mostrado desprecio. Incluso parece conservar relativa fascinación por él. Namjoon siendo raro como solo él. Lo típico. Igual que Jungkook. Quizá lo único que los diferencia es que Namjoon viene de un área más árida y se transportó al bosque –de ahí su color terroso propio del camuflaje en zonas secas-, y el otro ha estado entre manglares y arboles durante toda su vida.

Por lo demás son igual de extraños.

Quizá es propio de los Nagas considerar hermoso todo lo que pueda ser su compañero y comida. Es un rasgo que puede considerarse bonito. O tal vez lo seria si no se tratara más de una manipulación para mantener a sus presas contentas. Alma feliz, cuerpo que emite más magia y da más fluidos como sus alimentaciones lo amerita.

Conociendo a Namjoon como lo hace, quizá ni siquiera sea una manipulación. Nunca lo ha visto tan empeñado en mantener a alguien maniáticamente junto a él. Quiere creer que incluso está genuinamente y románticamente enamorado de Taehyung. Es una posibilidad. Más no sabe si eso aplicar a Taehyung. Si es capaz de entender ese concepto.

La dríada levanta y se va a su habitación para dormir un rato en ese lugar que parece un nuevo mundo. Yoongi permanece en la sala echado en el cojín. Se hunde en las sabanas, algunas son pieles de animales que Namjoon se comió por ahí o tenía guardadas de haberse comido a su dueño original.

A medida que el sueño se hace más profundo aprieta el entrecejo.

«No demores tanto, por favor»

«Ven conmigo, quiero verte»

«Quiero conocerte. Has estado mucho tiempo lejos.»

«Por favor ven»

«No tardes más, ven conmigo, por favor»

«Estoy muy solo, sin ustedes estoy muy solo, vengan»

«Quiero abrazarlos, vuelvan a mi»

«Vuelvan a casa.»

Yoongi se sobresalta por el fuerte portazo que se da. La figura que viene arrastrándose y haciendo pasar toda su cola. Poco después entra Hoseok, cerrando la puerta tras de sí y sacudiendo la cabeza. Su rostro cansado resalta incluso más con la delgadez que lo hace sentir preocupado por él. Levanta a prisa por el estado en el que llegan.

— ¿Qué pasa? Tardaron muchísimo y-

— ¿Dónde está?

—En su habitación. Se fue hace poco a dor- ¡HEY! ¿¡Qué pasó!? —dice esta vez hacia Hoseok que no tarda en apoyarse encima del felino. Yoongi lo lleva consigo al cojín, permitiendo que se quede acostado encima suyo.

—El árbol tiene unas raíces enormes—Exhala dejándose aún más estirado de lo que ya estaba—. Disminuirlo de tamaño fue un lío, mantenerlo pequeño fue aún más difícil y cuando dejábamos de avanzar por la noche teníamos que repetirlo otra vez por la mañana, tengo hambre dónde está comida me dijo que podía agarrar lo que quisiera. —lloriquea exhausto.

— ¿Dónde lo dejaron entonces? —logra quitarlo y dejarlo dónde está para ir a buscar todo lo que Hoseok pudiera comer. Queda al menos la mitad de lo que Namjoon dejó al irse. Es mucho en consideración a lo exagerado que fue en todas sus comidas. A propósito, evidentemente.

—Está en medio de este lugar y la casa de Jungkook. En teoría vas a llegar rápido si quieres... o si corres. —empieza a comer el pan que Yoongi llena de mermelada de frutas y entrega.

—Supongo que debe estar cansado a matar...

—Sip.

—Seguro no saldrán de ahí en unos días. Podemos seguir a expensas suyas hasta que lo haga—Hoseok se ríe y Yoongi frota su mejilla con la del cambia forma equino.

—Me alegra que llegaras bien.

—Y a mi que no pasara nada aquí. —Yoongi ronronea por los mimos entre las orejas.

. . .

—Te-tengo que salir-

—No, no tienes, tengo hambre-

—No quiero ahora. Tengo que salir. Volveré pronto, antes de que-

— ¡DESPUÉS IRÁS! Tengo... tengo mucha hambre...

— Des... ¿Después? —Namjoon respira con mucha fuerza, esperando a que diga que si puede. Está literalmente con las mejillas hundidas del hambre que está pasando. Taehyung por su lado se encuentra sorprendido que no fuese un no tajante—. Es decir, después de que comas ¿Puedo salir? —sonríe incrédulo y emocionado.

—Iré contigo.

—Pero-

—Iré a donde tú quieras, solo... déjame comer...

Taehyung lo toma de la cara para besarlo. La única condición es quitarle el hambre e irá a donde quiera que tenga que ir ¡ES PERFECTO! Es casi ganar-ganar, pues es imposible para sí mismo negar que no le gusta la idea de hacerlo ahora. Namjoon tarda poco o nada en empezar a frotarlo con su cola, rozando cada tramo de piel con su escamas ahora rasposas e irregulares.

Quisiera preguntarle que tanto hizo para estar de esta manera, pero es muy obvio que este preciso instante no va a decirle nada. Tampoco es momento de ponerse a hablar. Quiere vibrar como hace tiempo ya.


Kiri | NamTae || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora