11. Entorno cómodo

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Sentir tanta comodidad es algo de lo más anómalo, razón por la que ni siquiera toma el riesgo de moverse en dónde está. Cobijado, en una superficie tan suave que es irreal y un olor dulce y perfecto. Abre los ojos con lentitud, asegurándose de que no hay nadie para poder bailar la mirada por el lugar.

Es una habitación propiamente. La cama es tan grande que aun puede ver espacio sobrante. Paredes de tonos oscuros con muchas macetas sin nada en ellas. Unos espejos grandes que permiten reconocer el entorno. Atrás de la cama hay una ventana cubierta por cortinas, más repisas llenas de macetas, un mueble con espejo adornado, pequeñas cajas abiertas con piedras brillantes, un closet lleno de ropa de varios colores.

En sí, el peligro es invisible o bien, no existe. Exhala, moviendo un poco el cuerpo para acercarse al borde de la cama y levantarse. Apenas está cerca se hace atrás y cubre hasta la cabeza con la cobija. Alguien entró a la habitación. Aprieta los labios ¿Qué hace? ¿Dice algo? ¿ve quien es para empezar? Su tiempo de consideración acaba cuando la sábana es levantada y queda su cabeza a la vista.

—Vea que si despertaste. Empezabas a asustarme.

Guarda silencio. Namjoon coloca una bandeja llena de frutas a un lado, tomando asiento en la cama con la pierna cruzada. Su atención se desvía a la fruta, con su estómago exigiendo comer.

—Es para ti, puedes comerla.

— ¿Por qué me estas alimentando? ¿Por qué enviabas regalos a la mina? ¿Estás loco?

—Ni modo que te voy a dejar morir de hambre—ríe divertido de los cuestionamientos y los ojos enormes de Taehyung, con la clara ilusión que le brinda ver la fruta fresca tan cerca—. Venga, come, tienes muchos días sin hacerlo.

— ¿Días?

—Dormiste por ocho días, empezaba a creer que te habías muerto.

—Dor-dormido... Ocho días- ¡JIMIN!

Namjoon le pone una mano en el pecho, impidiendo que se levante de golpe y tire todo al piso. Taehyung ve sus brazos. Está usando un camisón manga larga. La tela es muy suave. Namjoon retira la mano una vez nota que no se va a ir corriendo a la puerta de la habitación.

—En realidad fue culpa mía. Con lo fuerte que eres, pensé que resistirías de mejor manera el haberte dormido. No obstante, estabas tan débil esa noche que eras poco más que una cosita que podías arrastrar a cualquier lugar. —explica con deje bromista y divertido, Taehyung frunce el entrecejo.

—N-no entiendo que hago aquí.

—te dieron como regalo por Yule, eres mi pertenencia ahora. Come.

—No soy una-

—Eres una cosa en la mina y ahora lo eres aquí. Come o te voy a obligar, créeme que no quieres colmar mi paciencia.

Si no fuese porque su estómago es el más grande traidor de la vida, seguiría replicando del tema. Toma varias fresas hasta llenarse las mejillas masticando varias a la vez. Se mancha los cachetes, la ropa y los dedos en el proceso sin importarle ello. Namjoon inclina la cabeza ¿Por qué habría de sorprenderse? Está frente a algo que es más animal que persona de momento.

Hay que dejarlo acomodarse y luego ya iría haciendo cambios para que sea más persona que animal.

—Aun no entiendo que hago aquí. —dice tras tragar.

— ¿Eres consciente de lo importantes que son las dríadas? —Niega con la cabeza. Aparte de poder hacer crecer plantas y ser ideal en una mina, no tiene ni idea—. Son una de las criaturas más raras que existen, de las más fuertes, de las más ideales. Hace años que no se veía una... Y aquí estás tú.

Kiri | NamTae || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora