23. Prescindible

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Namjoon lo ha dejado en la misma habitación, pero siempre con la luz encendida y con eso Taehyung puede estar más tranquilo. Obviamente tiene ganas de salir, enormes y bárbaras. No obstante, hay una mejoría y casi puede decirse que será un proceso de a poco. Namjoon sigue molesto y él desconoce el por qué real de eso.

Pues él tiene una línea muy definida que divide lo que ha hecho con Jimin toda la vida y lo que hace con Namjoon. Para empezar, lo interpreta como una ayuda a él que literalmente puede morir de hambre si no ingiere fluidos corporales como semen, sudor, sangre, lágrimas. La carne es un complemento insuficiente para su persona.

Luego lo tiene entendido como algo para buscar placer, generar esa vibración de la que aún tiene curiosidad que posiblemente jamás se borre. Es algo que sin dudas haría solo con él, porque en la forma que Namjoon le ha hecho ver que es el mundo aquí arriba y se ha demostrado, solo él va tomarse el tiempo de que disfrute ese sentir.

Experimentarlo poco a poco, con paciencia y aun si duele, conduzca al fin último: Placer, lujuria y una llenura distinta a la que puede darle estar con Jimin. El problema no es tanto que él lo entienda, pues ya tiene ambos conceptos definidos.

El problema aquí es que Namjoon lo acepte.

Porque él lo entiende, lo sabe y eso no significa que lo quiera aceptar como el hecho que es. Por eso no lo ha dejado salir de esa habitación y al mismo tiempo lo deja con la luz encendida. Consciente de que no es fallo de Taehyung, al menos no del todo.

— ¿Te has comido a una persona? —pregunta sorprendido. Hizo mención a la mandíbula gigante de Namjoon—. Entonces si puedo tener miedo de que me comas de un solo bocado. —se crispa. Namjoon niega con la cabeza, enroscando su cola. Ha permanecido así por pura flojera de perder poción. Siendo que su cola últimamente sale cuando le da la gana.

Es decir, cada vez que quiera comer, es más modo de esta manera.

—Por supuesto que me he comido a varias personas, principalmente gente que me molesta. Antes no vivía precisamente así, sino en un estado más... rural—dice sin saber cómo explicarlo—. Hasta que fui consciente de que lo que podía hacer no era tan fácil, que podía servir de mucho más e imitaba a los elfos, magos, hechiceros y humanos que veía pasando de aquí para allá.

—Eras como un animalito. —Resume con las manos en las mejillas y una sonrisa.

—Casi. —Da la razón al punto.

—Un animalito con doce metros de cola.

—Hay Nagas más grandes, eso te lo aseguro, aun así, no tengo mucho que envidiar, considerando lo impráctico que es andar así. —quejumbra hacia su cola—. Es más cómodo para que no me oigan llegar, también para comer y aparearme, pero no cuando vives en una casa como esta donde ya de por si rompo todo y esto lo hace más propenso.

—A mí me gustas de las dos maneras.

— ¿Te gusto?

—Mucho.

Otro detalle para Taehyung: Es poco o nada lo que guarda para sí mismo en términos de gusto. Sencillamente lo dice. No lo piensa. Namjoon solo quiere jalarse el cabello del estrés que le provoca que sea tan... ¡TAN NIÑO! ¡TAN SIMPLE! Peca en ello, en ser tan sencillo. Está acostumbrado a lo complicado, a los vericuetos y vueltas. Que Taehyung lo haga tan sencillo es darle un ictus.

—Tal vez si fueses un poco menos pensativo fueses capaz de entenderlo—Reflexiona dando toques a la cola de Namjoon que ocupa la pequeña cama, este frunce las cejas—. Lo meditas demasiado... Si fueses como un animalito, entenderías lo que hago con Jimin y no estarías molesto conmigo.

—Mi comida es mía, sea como sea, no me gusta que otro la ande manoseando.

—Pero-

—Me comí a muchos solo por estar con otros, también a esos otros y tenía que buscar a otro más para alimentarme. Era tan complicado tener comida fija—apoya los codos en su cola y suspira con deje agotado—. Prefiero a los hombres, pero la mayoría prefiere a las mujeres así que era un lío. A veces la chica llegaba a ayudarlo. Una vez intente tener a ambos y solo fue más complicado porque ella no desprendía casi nada por más que estimulaba correctamente.

La forma tan despectiva con la que habla de usar a las personas hace a Taehyung estar incómodo, un sentimiento similar al de la mina. Eres una cosa, tienes una función especifica. Te duela o no, te guste o no, tienes que hacerlo porque para eso estás aquí. Por eso tienes casa, comida, donde dormir y demás.

—Chillaba diciendo que no podría darle nada a una criatura como yo y bien, sirvió para una semana. Hay otras que si sueltan más.

—Parece que has tenido mucha... comida.

—De entre todas solo tres han valido la pena. Una está aquí dentro y las otras dos deben estar corriendo por el campo o copulando entre ellos. Quién sabe. Me da un poco igual llegado este punto.

Taehyung en su enorme despiste no entiende de quienes se trata a pesar de que las únicas opciones que tiene son Yoongi y Hoseok, par de seres capaces de hablar con Namjoon naturalmente sin que esta tenga la necesidad de echarlos apenas dos minutos después de que pisen su territorio.

—Si dejo de funcionar, me vas a devorar.

—No vas a dejar de funcionar.

—si lo hiciera te desharías de mí por no ser útil. —razona.

—No va a dejar de ser útil. — replica malhumorado

Taehyung tan solo piensa que ese día llegará. Lo que se usa mucho se daña con el tiempo, se deteriora, se vuelve inútil y por tanto solo queda desecharlo. Abraza sus piernas una vez Namjoon se va –tardando un rato para sacar toda su cola-, y piensa que todo lo que va a venir cuando se acabe este "castigo", la vida a la que Namjoon lo acostumbró va a acabarse una vez empiece a marchitarse.

Y él lo va a matar, lo va a devorar como a esos otros que ya no servían de nada

Exhala con repentinas ganas de llorar ¿Qué sentido tiene nada de esto si va a acabar así?

—Solo soy una cosa.

«Mi pertenencia»

«Mis cosas.»

Namjoon no lo ve como un ser pensante, sino un objeto que puede usar a su gusto y por tanto puede desechar si le da la gana. Tal vez aun no fuese totalmente consciente de cómo dejar de percibirse a sí mismo como un objeto, pero si anhela que Namjoon deje de hacerlo, que note su valor individual. Lo respete y sea capaz de ver lo mucho que lastima esa percepción tan simplista y alienante de su parte.

A veces el Naga es tan complicado. Siendo tan dulce y al mismo tiempo tan aplastante y desmoralizante. Gimotea, frotando su rostro, entristecido de que es prescindible en todos los lugares a los que va...

Excepto con Jimin.

Excepto con su árbol.

Quiere ir con ellos...

«Ya no quiero estar aquí»

Las sabanas se tuercen y empiezan a formar pequeñas flores. Brotes de tono azulado que exhiben la tristeza de la dríada desilusionada de los rumbos que han sido pesto para él en la vida y queriendo romperlos de una vez para hallar el suyo propio. Sin nadie diciéndole que hacer, obligándolo o desestimándolo.

Llega a preguntarse si es ser demasiado inconformista, pedir más de lo que debería o es lo que merece para empezar. Tan confuso.

Kiri | NamTae || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora