32. Confesiones y propuestas

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—Deja esa cara tan triste. Fueron dos semanas enteras contigo yendo de un lado a otro con él. —quejumbra cruzado de brazos con el instinto territorial a flor de piel. Taehyung hace un puchero. Ya están volviendo a casa, Jimin lejos como antes y él queriendo ir con él.

Ojalá pudieran vivir al menos más cerca. Están, literalmente, a un día y medio de distancia aun si se apurara corriendo. En caballo no deja de ser una distancia larguísima. Hoseok tiene semejante ejercicio por andar de una vivienda a otra y cumpliendo los encargos que Namjoon le imputa.

— Solo nos unimos una vez...

—Una que fue más que suficiente.

Los perdieron de vista por un maldito segundo, un solo maldito segundo y resulta que acabaron creando musgo, flores y algas en una cueva cercana a la costa. Tuvieron que controlarse a sí mismos para no matarse mutuamente. Cómo llegaron ahí tan siquiera es la preguntan que no dejan de hacerse aún en este momento. Ellos estuvieron casi tres horas buscándolos y los encontraron de semejante forma por segunda vez.

Jungkook se había limitado a bañar a Jimin en agua salada para que luego tuviera que andar llorando que no soportaba le dolor y lo persiguiera para conseguir aliviarlo. Namjoon hizo casi lo mismo con la excepción de que se limitaba a darle esperanzas mientras recibía los orales.

En comparación a la ocasión pasada, es todo un premio para esos dos que se supone que no debían de hacerlo en esta ocasión. O en ninguna otra. En fin. Hicieron lo que querían, hubo un castigo leve por ni siquiera avisar –y negárselos de todos modos-, que iban a hacer eso. Se le hizo curioso que se habían turnado. Con lo cual duda que tan cierto es que no hay placer puramente sexual ahí.

—No entiendo porque nos juntan y luego nos separan otra vez. Es muy tonto—Suspira con un puchero pronunciado—. Deberían estar más cerca y así nosotros estaríamos más cerca sin sentirnos tan...

— ¿Solos?

—Incompletos. Contigo no me siento solo en lo absoluto. —Sonríe cariñoso y Namjoon desvía la mirada a otro lado.

Por más que lo entiende, el procesarlo es igual a tragarte una pastilla. Simplemente se tranca en tu garganta y sientes que no baja de ahí aun cuando ya no está. Eso se siente entender la relación de estos dos. Llegar a ser casi insoportable.

— ¿Qué te dijo Seojoon aquella noche? —No han tocado el tema una cuando van un par de días. Taehyung blanquea los ojos y puede ser la primera vez que lo ve así de irritado.

—Que quería que trabajara para él. Puede darme lo que quiera y que tú no me estés dando. En fin, sonó bastante bien. —Frunce la expresión ¿Qué quiere decir con eso?

—Es decir, tú-

—No me iría con él. Sabe de dríadas, al menos eso parece y quisiera saber más sobre mie especie, pero vale la pena ir con él. —Recuesta para quedar mirando fuera. Rapmon viene corriendo tras ellos. Después de tanto dormir y comer nada más le hace falta el ejercicio. Apenas llegaran a casa Namjoon va a cortar su pelaje nuevamente y tal vez se vaya por ahí como acostumbra.

—Él trata de mejor manera a quienes trabajan con él, eso no te lo voy a negar, pero... —No sabe cómo decirle que lo va a matar si o si después de ese buen trato.

A final de cuentas, es mantener feliz y complacida a tu batería hasta que ya no tenga la más mínima energía que ofrecerte.

—No me interesa ir con él—Insiste con necedad—. Él me vio con asco, como si fuese una especie de... Alimaña. Tal vez no sea lo más importante y fuerte del mundo, tampoco quien tenga más presencia, pero no soy una peste, soy una Dríada de un Kiri.

Namjoon da un satisfecho bufido. Está mostrando orgullo. Antes no habría prestado atención a esa clase de miradas. Le habría dado totalmente igual o bien se habría entristecido. Ahora lo ofende porque aún muy dentro suyo, es consciente de que sus manos negras no es motivo para ser despreciado o ser visto desde arriba.

Que vale tanto como muchos otros, que es igual de fuerte que muchos otros y posiblemente mucho más elegante que muchos otros.

Kiri, árbol emperatriz.

—Cuando lleguemos a casa quiero probar algo. Es con todo lo que vi de ti y Jimin en este tiempo—asiente con la cabeza—. No es sexual ni vas a estar vomitando o algo del estilo. De eso no te preocupes.

—Lo haría de todos modos así que... —se encoge de hombros sin interés.

~ * * * * ~

La poción que Namjoon le da es sumamente líquida y tiene un color brillante hermoso. Casi parece algo bueno. Ahora empieza a preguntarse que hará exactamente cuando la tome. El Naga aguarda a que la beba toda. El vaso es enorme así que tarda su buen tiempo y se ensucia un poco al empinarlo más para vaciarlo.

Acaba y se cubre la boca para eructar. Namjoon deja le frasco a un lado y se cruza de brazos viéndolo hasta suspirar.

—Va a tardar un rato en hacer efecto, posiblemente suceda cuando estés dormido. Puedes relajarte. Tampoco será un bicho que te salga de las tripas.

Namjoon toma asiento junto a él y Taehyung se recuesta. Sonríe dando un pequeño y suave suspiro, acurrucado en el Naga que se lo queda mirando con extrañeza. Taehyung le toma la mano y enreda los dedos. Observando la diferencia de tonos. La morena y pálida mano de Namjoon con la suya de carbón.

—Si te pidiera... ir a buscar mi árbol con Jimin, prometiéndote que volveré cuando lo encontremos ¿Me dejarías?

— ¿Volverías? —cuestiona con ojos entrecerrados y cautela sutil.

—Por supuesto que lo haría, no quiero dejarte solo, sería incapaz de algo así. —Namjoon desvía la mirada.

Puede estar mintiendo...

—No.

Taehyung frota la mejilla.

A escapar entonces.

Kiri | NamTae || BOOK 1#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora