Kiri | NamTae || BOOK 1#

44. Esperanza de Retoño

—Tú mismo lo dijiste, es un árbol híbrido. Es imposible que nada de él vuelva a nacer. No importa cuánto te esmeres en ello.

Namjoon ignora en gran medida a lo que Yoongi le está diciendo, permanece con la vista fija en ese brote de árbol que crece de manera regular. Nada extraordinario. Pequeño, delgado y con apenas hojas. Parece una rama pegada al suelo. Suspira alzando la vista arriba. El sol está perfecto y Yoongi niega con la cabeza.

—No va a volver.

Guarda silencio y el cambia forma se marcha, habiendo cumplido con lo que Namjoon le pidió. El Naga pasa la mano por el tronco tan débil y pequeño. Pudo rescatar una pequeña raíz del árbol, la dividió y Jungkook se llevó una a casa. Él tiene la otra y la plantó frente a su vivienda. Han pasado tres años y apenas ha crecido lo que un árbol normal tarda al menos seis meses.

¿Es tonto de su parte esperar que, teniendo un árbol vivo y nuevo, Taehyung regrese? Tal vez sí, pero resulta inevitable. Quiere intentarlo al menos. Se esmera por cuidarlo. Lo riega, evita que le impacten rayos, le echa abono de vez en cuando, evita que tenga terminas.

En fin ¿Qué no hace? Empeñado en que crezca como mínimo, en tener algo lo más parecido posible a ese enorme árbol del que nació a quien pudo querer con tanto furor. A pesar del tiempo, sigue sin poder creer que se fue. Que se marchito y no pudo hacer nada para remediarlo.

Que lo último que sintió Taehyung fue miedo por la oscuridad.

No ha tenido comida fija desde entonces. A veces son personas sueltas, en otras Yoongi, Hoseok, quien sea con tal de estar alimentado y ahí se acaba. Exhala. Se siente muy solo. Es su culpa, pero no quiere dejar a otra persona aparecer. Que ocupe el hueco. No podría una si lo intentara y acabaría frustrándose.

Silba, balanceando las piernas. Por momentos cree que el árbol le sigue el ritmo. Que ríe. Que canta. Sin embargo, concluye que son imaginaciones suyas. Nadie más lo ha oído y son tan breves esos instantes que los desecha como una necesidad de su mente por seguir un fantasma que no está realmente ahí.

Las plantas que usa para trabajar florecen a un ritmo normal, los arboles de Kiri que tanto adornan también continúan con su curso natural. Similar a un camino que dejó Taehyung de su existencia. No lo siente suficiente.

Y así pasan años.

En la misma rutina.

Donde el árbol crece poco a poco, a su ritmo lento y calmado. Cada vez más ancho, llenándose de hojas, flores, aguantando inviernos, convirtiéndose en un árbol lleno de flores invernales al florecer siempre en esa época.

—De aquí a mí próxima vida termina de crecer. —Bufa Yoongi mal humorado. Pasa demasiado tiempo y no acaba de hacerlo.

—Algunos necesitan más tiempo para crecer. —responde al cambia forma.

—Y para morir ¿Seojoon sigue aquí metido?

Namjoon ensancha una sonrisa sádica. Claro que sigue aquí. Pudriéndose en una fosa de la cual no puede salir por resbalarse, envenenándose tan poco a poco que no muere, solo se hincha, se pudre por dentro. Necesitando energía, pero recibiendo la suficiente para curar lentamente. Una tortura hecha y derecha apropiada en lo que a Namjoon refiere.

Le dieron permiso de esto y obviamente no iba a desaprovecharlo. Nadie podía creer que fuese al extremo de asesinar a las dríadas con lo importante que era mantenerlas vivas. Admite que a veces come un poco de su carne frente a él. Solo para molestarlo.

Será una tortura eterna si Namjoon no se aburre antes.

—Creo que deberías dejar de esperar que salga algo de esto. Son solo flores. Nada más vendrá. —opina el felino. Namjoon se encoge de hombros.