5

23.6K 1.9K 138
                                    

Valentina:

—Cantas victoria antes de tiempo. —Es lo único que se atreve a responderme, Massimo ha vuelto a sonreír.

—Te odio.

Él se me acerca. —Te dije que cuidaras tus palabras, Valentina, si me obligas..

Nos interrumpen, es Francesco.

—Massimo, hay una llamada. —Se detiene al verme mientras sostiene el teléfono en sus manos.

En el momento en que aparto la mirada, una lagrima me traiciona, no le he dado el gusto a Massimo de verme así, pero Francesco si se ha dado cuenta.

Oigo a Massimo maldecir, me da una última mirada fría y sale de la habitación.







(*)








Hago presión del hielo envuelto en un trapo sobre mi mejilla, me quejo del dolor y al levantar la mirada, noto a Francesco de pie.

—¿Has intentado lavarlo con agua y jabón antes?.

Bajo el trapo de mi rostro y él se me acerca, Francesco toca mi mentón y me hace girar, luego me suelta enseguida.

—Ya sabes que no debes retar a Massimo.

—Me golpeo.

Francesco no responde.

—Ahora entiendo porque tuvo que comprar una mujer en lugar de intentar conocer a una.

—Valentina...

—Pero se equivocó y después de esto, jamás tendría sentimientos por un hombre como Massimo Gabbana.








(*)







Después de tratar de bajar la hinchazón lo que se pueda, voy a tomar un baño para quitarme la tierra del jardín.

Regreso a la habitación en toalla y el corazón salta de mi pecho cuando reconozco su silueta en la oscuridad, igual de imponente cuando puedo verlo

—Tardaste demasiado en el baño. —Me dice. —¿Algo interesante que estuvieras haciendo?

Se detiene frente a mí y acerca su mano a mi rostro, mi corazón se acelera por miedo.

Sus ojos suben a los míos. —¿Acaso estabas tocándote? Pensando en mi quizás.

—Si me masturbara. —Pronuncio mirándolo. —Créeme que no lo haría pensando en ti.

Su mano va directo a mi cuello, no puedo respirar, intento soltarme con una mano.

—Ya te dije que no debes hablarme de esa forma.. ¿No aprendes?

Suéltame. —Le exijo, araño la piel de sus manos y sus ojos enojados no se apartan de mi. —Massimo, suéltame..

Lo hace, no enseguida, cuando estoy a punto de perder toda la respiración.

Sus dedos dejan de forcejar y me dejo caer sentada sobre la cama mientras toso repetidas veces.

Cuando logro obtener mi respiración normal, sujeto la toalla contra mi pecho muy fuerte y me vuelvo hacia él.

—Salte.

—¿Olvidas que las ordenes las doy yo, Bella Ragazza?

—¿Qué es lo que quieres?

—Sabes a que he venido.

El corazón se me acelera mientras el sonríe.

—¿No que era yo quien iba a terminar cayendo por ti? Ahora vienes aquí ¿Por qué?

Su mandíbula se aprieta.

—Solo vine a aclararte algo.

Alzo mis cejas.

—No soy un hombre de aguantar mucho y mucho menos en el sexo, Valentina.

—¿Qué se supone que quiere decir eso?

¿Seria capaz..?

¿Lo haría?

Siento miedo en mi pecho otra vez.

Miedo, asco y repulsión, todo eso es lo que Massimo Gabbana provoca en mi.

El no agrega nada y para mi alivio al menos esa noche, él se retira.

Lo que me ha dicho a sonado a una amenaza y después de golpearme, yo de este hombre ya puedo esperar todo.





Las cosas entre estos dos empiezan a complicarse, como lo dije, Massimo no se parece a ningún protagonista en lo que va la saga.

El es peor, mucho peor.

Nos leemos.

>>Yiemir.

Me llaman Mafia (#3 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora