Me llaman Mafia (#3 Hijos de la Mafia)

25

Massimo:

—Ultima oportunidad, corazón.—Me avisa Chiara.

—Ya te he dado una respuesta.. ¿No te cansar de ser sofocante?

Ella tarda en responder y cuando lo hace, noto claramente el enojo en su voz.

—Voy a matarla, Massimo.

—Si la tocas yo te mato a ti.

—¿Acabas de amenazarme?.—Me pregunta.—¿De esa forma pagas toda la ayuda que te he brindado?

Mis manos se cierran en puños.

—¿Realmente te has enamorado de esa zorra?

No respondo y ella se ríe.

—Te has enamorado de ella.—Se ríe.—Genial, estoy voy a disfrutarlo más de ..

Cuelgo la llamada.

—¿Todo bien?.—Me pregunta Francesco después de aparecer en la puerta unos minutos después de cortar la llamada.

—Sí, todo esta bien.

Valentina:

He cenado con él.

Y mi primera cena con el después de este tiempo que he permanecido alejado, se ha sentido extraña.

—¿Ya puedes mover un poco el pie?.—Me pregunta mientras continua con los masajes.

Asiento con la cabeza.—Estoy bien.

Sus manos aprietan con suavidad y con la mirada fija en mi tobillo, el vuelve a hablar.

—Gracias..

Separo los labios.

—Por hacer un esfuerzo y cenar conmigo, Valentina.

Trago saliva.

—No importa si lo hiciste porque Francesco te lo pidió, de igual forma estoy...

—No lo hice por eso.

Él se detiene, sus ojos suben a los míos.

—No quiero vivir así, es todo.

Su mirada se mantiene sobre la mía.

—Aunque nunca pueda olvidar lo que sucedió.—Pronuncio.—No es la forma en la que quiero vivir.

Quiero dejar de ver su cara y pensar en esa noche.

Si ambos estamos condenados a vivir el resto de nuestras vidas así, solo quiero eso.

—¿Crees poder soportarme?

—Estas aquí ¿No?

Mis ojos tiemblan, lo hacen cuando el lleva la mano a mi rostro, su tacto me toca y mi cuerpo reacciona, el corazón me late muy rápido mientras el baja la mano delineando mi cara.

—¿Qué hay de esto?.—Me pregunta.—¿Puedes soportarlo?

El pecho me duele.

Los ojos se me cierran, es más fácil no ver su cara.

Duele menos, pero sé que debo abrirlos y que no podrá superarlo si no lo miro.

—Valentina...

Antes de que pueda abrir los ojos para apartarlo de mí, sus labios ya han tocado los míos.

Hola..

Nos quedan cinco capítulos y el epílogo.

Nos leemos.

>>Yiemir.