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Valentina:

El dolor que sentí esa mañana era intenso, incluso para ir al baño, me termine desmoronando después de abrir la ducha y lo saque todo mientras desesperadamente intentaba quitarme su olor de mi cuerpo.

Mis uñas rasguñaron mi piel y mis lágrimas no cesaban, no se cuánto dure ahí, debajo del agua de la ducha hasta que Francesco golpeo la puerta después de que los hombres de Massimo le avisaran que estaba tardando mucho, terminaron por derribarla y Francesco entro a la habitación.

Su mirada se pudo sobre la mía, no dijo nada, solo cerro el grifo de la ducha, se quitó el saco y me cubrió el cuerpo desnudo con él, me levanto en brazos y me llevo a la habitación.

Deje que me cubriera con las sabanas y aun en esta habitación no me sentía a salvo.

—Quiero volver a mi habitación.—Suplico.

El solo me observa.

Solo quiero irme de aquí, no lo soporto.—Sollozo.—No puedo.. No puedo estar cerca de él..

Deje que mis ojos se cerraran.

—Por favor..

Hablare con el.—Lo escucho.—Se lo diré.











Massimo:

"Solo quiero irme de aquí, no lo soporto.No puedo.. No puedo estar cerca de él.."

Solo falto escuchar eso para decidir no entrar en la habitación, intento distraerme en la oficina para olvidarme su voz débil atormentándome desde esta mañana.

—Massimo.. ¿Puedo pasar?

Le ordeno que lo haga, Francesco entra a la oficina y se detiene frente a mi escritorio.

—¿Pasó algo con las cargas.. ?

—Sabes que no estoy aquí por eso.

Trago saliva.

—Si no son las cargas no me interesan.

Aun así, me lo dice.—Valentina quiere cambiar de habitación.

—¿Y crees que voy a aceptar su capricho?

—¿Capricho?

Aparto la mirada.

—Todo el tiempo estoy de acuerdo contigo y te apoyo en tus decisiones, pero esto..

No lo hagas.

No lo digas.

—La violaste.

Mi mandíbula se aprieta.

—Lo hiciste incluso después de obligarla a ver como matabas a un hombre por lo mismo que tú le hiciste.

Trago saliva.

—Deberías ver sus brazos.—Me indica.—Se ha lastimado con las uñas a tal punto de sangrar su piel.. Solo para quitarse tus huellas en su cuerpo.

—No va a cambiar de habitación.

Francesco se me queda viendo.

—Ella es mi mujer, su deber es actuar como tal.—Le recuerdo.—Solo tome lo que debí haber tomado el primer día. Amarme y el sexo son cosas que ella está obligada a darme.

—¿Realmente piensas así?

—Lo hago, ahora retírate.












(*)











Voy tarde esa noche a la habitación, aunque intente negarlo lo hago por ella y al menos cuando ingreso la encuentro dormida, sin embargo no puedo dejar de ver sus manos con rasguños.

Tiene heridas abiertas como dijo Francesco, trago saliva y siento repulsión, voy hacia los cajones y busco un par de vendas y alcohol, tomo asiento a su lado y le cojo el brazo después de llenar el alcohol sobre el algodón.

Ella se despierta con solo sentir mi tacto, su mirada es la misma que esta mañana, llena de terror, de miedo, de dolor, sus ojos solo me miran de esa forma y un jodido sentimiento me consume el pecho.

—Valentina..

Te amo, Massimo.

Siento el pesado nudo en mi garganta, ella repite las palabras e intenta soltarse.

—Te amo..

Las palabras solo brotan de mi boca.—Ya basta.

Pero ella sigue diciéndolas.

Te amo, Massimo...

Cierro los ojos.

Te amo.

—Ya basta.—Suplico con los ojos cerrados.—Por favor, ya basta.

Te amo... Massimo, te amo..

—¡Te dije que ya basta!

Abro los ojos y veo su rostro lleno de miedo, entonces mi agarre se suelta y ella se encoge.

—Solo para, por favor..—Le pido.—Ya no lo digas más, Valentina.

Las lágrimas se deslizan por sus mejillas.

Trago saliva y alzo la voz.—¡Francesco!

Unos minutos más tarde esta en la habitación.

—Que curen esas heridas.—Le ordeno mirándola a ella, ella me mira a mí con esa misma expresión de miedo.—Y lleva a Valentina a otra habitación.

Me levanto de la cama y regreso a la oficina.

Cierro la puerta y doy vueltas frente al escritorio, termino arrojando todas las cosas sobre él, los papel y la maldita laptop.

Mierda...





Hola...

A partir de ahora las cosas no serán fáciles para Massimo.

Massimo va a sufrir y tendrá que hacer mucho, pero mucho para ganarse a Valentina y peor aun, su perdón, uno que quizás nunca llegue.

¿Hasta donde sera capaz de llegar?

>>Yiemir.

Me llaman Mafia (#3 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora