Valentina:
—Me ha dicho que me ama.
Francesco me observa en silencio mientras acaricia a Lio, yo aun estoy dentro de la cama, con las sabanas alrededor de mi cuerpo.
—¿Y qué le has dicho?
Trago saliva.
—Lamento que hayas tenido que pasar por todo esto, Valentina, no lo merecías.
—Si.—Pronuncio.—No lo merecía.
El se me queda viendo.
—¿Te ha dicho que lo ames?
No respondo.
—No lo ha hecho ¿No? Porque sabe que es imposible que lo hagas.
Me muerdo el labio.
—¿Cómo piensa que voy a amarlo? lo que me hizo...
—Fue horrible, lo se.—Me interrumpe Francesco.—Y el lo sabe, es por eso que no te ha pedido que lo ames.
Ni debería hacerlo.
—¿Y qué debo hacer?
—¿Quieres hacer algo?
No respondo.
—Valentina.
Paso el nudo en mi garganta.—Si el no hubiera echo lo que hizo, si desde el inicio el..
—¿Qué?
—Seria diferente.—Pronuncio.—Pero Massimo tomo otras decisiones. El pudo detenerse y no lo hizo, me lastimo y..
—¿También quieres lastimarlo?
Me quedo viendo a Francesco.
—Yo no soy como el.
—¿Y qué vas a hacer? ¿Qué harán? ¿Vivir de esta forma hasta que uno de los dos muera?
Mis labios se separan.
—Si sigues sintiendo eso, jamás podrás avanzar.
—¿Y qué me sugieres, entonces? Yo no puedo amar a Massimo, no puedo amar al Massimo que golpeo, ni al que me ..
—Entonces no ames a ese Massimo, no lo ames si no quieres.—Me dice.—Solo intenta mirar al Massimo de ahora.
¿El de ahora?
Aprieto los labios.
—No por ti, sino por el.
—Francesco.
—Empieza así e intenta sanar.
Los ojos me duelen.
—Amar a alguien olvidando todo lo que hizo en el pasado... ¿Crees que puedo hacer eso?
—Ya te lo dijo ¿No?.—Me recuerda.—El ya no quiere que lo ames.
(*)
Massimo regresa a mi habitación para aplicarme otra vez el hielo, al principio no digo nada y dejo que continué, que sus manos me toquen e intenten curarme.
Irónico que el mismo desee curarme.
Pero algo es cierto.
Si quiero sanar.
Quiero hacerlo.
—La hinchazón a bajado un poco.
—Igual sigo sin poder caminar.
—Apenas han pasado unas horas, Bella Ragazza.
Intento tomar el hielo con la franela y nuestros dedos se tocan, lo miro un segundo y aparto mi mano de su roce.
—Lo siento.
Massimo ya no parece ese Massimo.
Y yo quiero sanar.
Pero no puedo perdonarlo.
No puedo..
—¿A qué hora debo ir a cenar al comedor?
Massimo me observa con sorpresa.
—Valentina...
Trago saliva.—¿A que hora, Massimo?
Su expresión de dolor cambia y solo me mira.
—A las siete, Bella Ragazza.
No puedo perdonarlo, no hay forma de que lo haga, pero no quiero vivir de esta forma toda mi vida.
No quiero vivir una vida llena de rencor.
Lo que deseo es sanar.
Solo sanar...
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Me llaman Mafia (#3 Hijos de la Mafia)
RomanceValentina Ferrer tiene un carácter fuerte, motivo por el cual a sabido sobrevivir, incluso cuando se entero que sus padres la vendieron a un hombre como Massimo Gabbana. Contra su voluntad, ahora se encuentra en cautiverio. Y la única ruta de escap...