Me llaman Mafia (#3 Hijos de la Mafia)

23

Valentina:

Te amo...

—¿Por qué me dices eso?.—Mi voz suena temblorosa.

—Porque es lo que siento, Bella Ragazza.

Mis ojos siguen llenándose de lágrimas.

—Pues no debiste decirlo, Massimo.—Pronuncio.—No puedes decirme eso justo ahora.

—Valentina...

—¿Por qué lo haces?

El no responde.

—¿Quieres que sienta compasión? ¿Qué me sienta culpable?

—Claro que no.

—¿Entonces por qué?

—Porque simplemente te amo.—Me confiesa dejándome helada otra vez.—Te amo.

Niego despacio.

—¿Y qué esperas que haga con eso?

Sus ojos se abren.

—¿Quieres que te corresponda?.—Le pregunto.

—Valentina...

—¿Quieres que te diga que te amo?.—Le pregunto esta vez.

—No quiero que me digas que me amas.

Abro los ojos.

—Ya no deseo escucharlo nunca más.—Dice bajando la mirada.

Trago saliva.

—Creí que era lo que querías.—Pronuncio luego de unos segundos.

Los ojos de Massimo regresan a mi rostro.

—¿No deseabas eso? ¿Por qué?

—Ya no puedo escucharlo sin recordar tus ojos.—Me interrumpe.

Mis labios se separan.

—Cada vez que lo digas solo pensare que es mentira.—Me asegura.—Es por eso que por favor...

Sus ojos se cierran.

—Por favor ya no lo digas más.—Me suplica.—A menos que en algún momento sea cierto, no quiero oírlo.

—Massimo.

—No lo digas.

Trago saliva.

¿Cómo nos ha hecho llegar a esto?

—De acuerdo, no lo diré.

Sus ojos me miran con esa expresión dolida.

Retraigo mi pie y me aparto de él.

—Quiero descansar, Massimo.—Le pido.

El asiente con la cabeza.

—Descansa, Bella Ragazza.

Massimo se levanta de la cama y me apaga la luz de la habitación, se va cerrando la puerta y cuando estoy sola, dejo que las lágrimas vuelven a caer.

¿Por qué lloro?

No, se exactamente porque lo hago.

Porque una parte de mi ha vuelto a imaginar una vida con él, una vida de haber tenido si no me hubiera dañado tanto.

—Ojala todo fuera diferente.. —Pronuncio con voz rota y me limpio mis lagrimas. —Ojala todo hubiera sido diferente, Massimo.