Valentina:
—¿Massimo no vendrá a cenar?. —Pregunto mientras ceno yo sola en el grande comedor de la mansión.
Francesco responde. —Tuvo un compromiso.
—¿No dijo la hora?
—No pensé que quisieras cenar con el. —Me dice con una sonrisa.
Paso la carne que hay en mi boca.
—Solo es una pregunta.
Mantiene su sonrisa. —Entiendo, Massimo no dijo la hora, Valentina, pero es probable que regrese tarde.
¿Tanto dura una reunión?
Me levanto.
—Ya terminé. —Pronuncio poniéndome de pie.
—Que descanses, Valentina. —Escucho mientras salgo del comedor.
(*)
Me despierto cuando Massimo está de regreso, su peso sobre la cama me hace despertarme, me siento sobre la cama y me vuelvo hacia él, esta con los ojos abiertos y huele a Whisky.
—¿Te desperté, Bella Ragazza?
Sus ojos parecen pesados, le cuesta cerrarlos y abrirlos otra vez.
—No quise hacerlo, vuelve a dormir.
—Es tarde. —Menciono.
—Lo sé, tuve asuntos que atender.
¿Qué clase de reunión se tiene a estas horas?
—Valentina..
Me coge la cara, se inclina y su boca se presiona sobre la mía, esta vez se mueve despacio, muy diferente a la primera vez.
Después de besarme como lo hizo en su patio de tiros, no podía imaginarme a Massimo Gabbana besando de esta forma.
Más calmada, de cierta forma tierna.
El mismo rompe el beso y se aparta para mirarme, lo que me dice me deja sorprendida.
—Necesito que me ames.
Mis labios se separan.
—¿Por qué?
Trago saliva.
—¿Por qué necesitas eso?
Sus ojos no dejan los míos. —Porque nunca nadie lo ha hecho.
Abro los ojos y recuerdo las palabras de Francesco el primer día, Massimo siempre ha estado solo.
—Buenas noches, Valentina.
Massimo no agrega nada más y yo esa noche tardo en dormirme.
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Me llaman Mafia (#3 Hijos de la Mafia)
RomanceValentina Ferrer tiene un carácter fuerte, motivo por el cual a sabido sobrevivir, incluso cuando se entero que sus padres la vendieron a un hombre como Massimo Gabbana. Contra su voluntad, ahora se encuentra en cautiverio. Y la única ruta de escap...