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Massimo:
La mañana siguiente cuando termino de vestirme y ella no ha dicho nada.

Valentina solo está ahí, sentada en un rincón de la cama, el rincón más lejos de mí.

Abotono la camisa.

—No finjas que no te gusto.

Ella no responde.

Joder…

—Valentina.

Me impaciento y me acerco a ella al terminar de vestirme, voy a sujetarla del brazo.

Te amo.

Mi mano se detiene justo antes de tocarla y estoy en shock.

—Te amo, Massimo. —Pronuncia, pero sus ojos no me miran.

Tiene la mirada sumisa hacia abajo y se cubre los oídos con ambas manos.

—Te amo.. te amo te amo.

Valentina…

Te amo.. te amo.. solo..

Su voz se quiebra.

Te amo, pero por favor solo no me toques. —Suplica y algo se quiebra en mi pecho. —Ya no me toques, Massimo…

Mis dedos se cierran y ella no me mira, mantiene los ojos abajo y no hace contacto visual.

Bajo la mano y formo puños en ellos.

Te amo, Massimo. —Solloza. —Te amo..

Aprieto la mandíbula y hago lo único que puedo hacer, irme de la habitación.
Y aun así, logro escucharla una vez más.
Su desgarradora forma de protegerse de mí.

Te amo..

Ya está.

He conseguido que me lo diga, he logrado que me “Ame”

No..

He conseguido que ella me odie.

Que realmente me odie.

Me llaman Mafia (#3 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora