La Jedi que yo amo

Ben Solo

Dedicado a bebemiau, gracias por todo 😘😘

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Rey seguía llorando abrazada a Ben, él le acariciaba con ternura el vientre y le susurraba palabras de cariño al oído cuando la general se dio cuenta de que el pequeño espacio estaba abarrotado.

—¡Suficiente! Todos fuera, el show ya terminó—. Leia fue sacando a los que se habían acercado a ver lo que estaba pasando, al final, solo se quedaron Finn, Poe, Rose y Trudy.

—¡Tonto! —la voz de Rey sonó amortiguada porque había escondido el rostro en el pecho de Ben.

—¿Por qué?

—Se supone que yo estaba enojada contigo —le respondió ella con voz llorosa.

—Lo sé.

—¿Cómo se te ocurre pedirme que me case contigo frente a tanta gente?

—Perdón, pero cuando llegué solo estaban mi madre y tú.

—Es verdad, hija —Leia se acercó a abrazarlos—, todos los demás se acercaron cuando vieron a Ben de rodillas.

—¡Ay, no! —Rey volvió a esconder el rostro en el pecho de Ben.

—¿Acaso te arrepientes de haberme aceptado? —le preguntó él con la ceja arqueada.

—¡No! Pero si siento un poco de pena.

—Deberías sentirte halagada Rey —Poe se acercó a palmear la espalda de Ben—, no todos los días se ve al temible Kylo Ren de rodillas, rogándole a una mujer.

—Algún día te tocará a ti también, Dameron.

—Tal vez, pero espero que tú no estés presente, Ren.

—Estaré presente, Dameron —le respondió Ben mirando de reojo a Trudy—, créeme, estaré presente.

En ese momento llegaron los caballeros de Ren y con la enorme altura de todos, sumado a los que estaban ahí presentes, la vivienda pareció encogerse y Rey empezó a sentir que le faltaba el aire, Leia se dio cuenta y decidió sacar a los pocos que quedaban ahí antes de que la muchacha se desmayara.

—Bueno, ya, esta plática es privada y afuera hay muchas cosas por hacer, vamos, vamos.

—Pero ¡general!

—Pero nada, Poe, esto no nos incumbe, andando —con una facilidad asombrosa, los echó a todos fuera, incluidos los enormes hombres que formaban el grupo de los caballeros de Ren, que no atinaron a decir ni pío.

—¿Qué pasó ahí adentro? —preguntó Cardo acercándose a Trudy.

—Pues verán chicos —los otros Caballeros se acercaron también esperando la respuesta—, hay una boda y un bebé en camino.

—¿Qué? —fue la pregunta general a lo que Trudy hizo un gesto con los hombros y se fue tras Leia.

Cuando se quedaron solos, Ben tomó a Rey en sus brazos y se sentó con ella en su regazo, si antes le costaba trabajo dejar de abrazarla, ahora era casi imposible que quisiera soltarla, su corazón, ese que él había llegado a pensar que no tenía, ahora latía a un ritmo casi imposible por esa mujer que se fundía con él en ese abrazo que parecía ser eterno.

Fue dejando pequeños besos en su mejilla hasta llegar a los suaves labios que lo recibieron hambrientos, las lenguas se enredaron y sus cuerpos ardieron de deseo mientras el beso se hacía más y más apasionado y cuando estaban a punto de perder el control, la algarabía de afuera se coló entre la espesa bruma que los tenía envueltos y poco a poco, Ben fue rompiendo el beso hasta que solo sus frentes de tocaban.