Un día especial II

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Capítulo especial.

Advertencia ⚠️ sexo explícito + 🔞

Ben contemplaba a Rey dormir entre sus brazos, después de hacer el amor dos veces, habían quedado agotados y no quería despertarla, pero tenía que hacerlo, ya que era necesario hablar cuanto antes con su madre y sobre todo con su abuelo porque quería que los casara lo más pronto posible.

Rey se movió al sentir una caricia en la cadera y se apretó más contra el cálido cuerpo que la envolvía.

—Ben —al escuchar su voz, él dejó de acariciarla para apartarle el cabello del rostro.

—Dormilona, tenemos que levantarnos —las mejillas de Rey se colorearon al recordar cómo le había hecho el amor antes de caer rendida en sus brazos.

—Otro ratito, amor, no quiero moverme de aquí —se movió para quedar frente a él, le pasó la mano por la espalda y lo besó en el cuello.

—No tenemos otro ratito, tenemos que volver a Tatooine, quiero que nos casemos lo antes posible

—¿Estás seguro?

—Claro que estoy seguro, ya te lo dije, no voy a permitir que me separen de ustedes.

—Entonces no perdamos tiempo, vamos —se levantó de la cama y se envolvió en la sabana dejando a Ben desnudo y excitado y con una sonrisa pícara al ver su sonrojo.

—¿Todavía te da pena después de cómo te entregaste a mí? —se levantó también y le quitó la sabana para llevarla al baño.

Ajustó la temperatura del agua y la ayudó con el shampoo, Rey no podía tener las manos quietas, mientras él le aclaraba el cabello, ella le acariciaba el pecho pasando sus dedos por las tetillas y bajando más allá de la cintura para tomar su enorme erección en sus manos.

—Mi amor, no seas traviesa —le pidió él, con voz ronca.

—Solo te quiero acariciar —le respondió con un puchero.

—Esas caricias llevan a otra cosa, lo sabes —le estaba pasando la esponja con espuma por el cuerpo y ella hizo lo mismo con él, demorándose en esa parte de su anatomía que la volvía loca.

La llevó bajo el chorro de agua y él mismo se demoró también quitando la espuma de los pechos de ella.

—¡Ben! —empezaba a sentir entre sus piernas ese estremecimiento que solo él, con sus manos, le provocaba

—Tú empezaste —la besó y bajó su mano a la entrepierna que ya palpitaba de necesidad e introdujo un dedo en la cavidad ardiente mientras ella seguía acariciando su miembro erecto—. Agárrate a mi cuello, amor —le pidió dejando las caricias, la tomó de las piernas, la levantó y la hizo rodearlo con ellas de la cintura, ella al darse cuenta de lo que pretendía, jadeó, sorprendida y se agarró más fuerte mientras él la recargaba en la pared y la penetraba de una fuerte estocada seguida de muchas más, hasta que sus gemidos se convirtieron en gritos de placer, cuando llegó a la cima junto con él, se quedó sin fuerzas en sus brazos tratando de recuperar la respiración.

—¿Estás bien? ¿No te lastimé? —susurró Ben en el oído, ella negó con la cabeza—. ¿No qué? —ella lo miro a los ojos al escuchar la risa en su voz.

—Eres un... —lo que iba a decir se perdió en los labios que la volvían a besar mientras la dejaba de pie para lavarla de nuevo, cuando terminaron la envolvió en una toalla y salieron juntos del baño.

Rey se estaba secando el cabello cuando por accidente, la toalla que la cubría resbaló y se quedó desnuda frente a Ben a quien se le dilataron las pupilas e inspiró con fuerza.

La Jedi que yo amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora