Un día especial

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Advertencia ⚠️ sexo explícito +🔞

—¿Maz? —Rey quiso salir para saludar a la pequeña mujer, pero Ben la detuvo por la cintura.

—Creo que mejor nos vamos, adiós, abuelo —el alto hombre se estremeció y tomó a Rey en sus brazos para salir por la puerta trasera mientras Anakin se reía a carcajadas y desaparecía.

—¿Qué pasa, le tienes miedo? —Rey también reía por lo bajo.

—Le debo un castillo, ¿recuerdas? No creo que me esté buscando para saludarme y darme un abrazo.

—Es verdad, el día que me llevaste contigo llegaste en modo Kylo Ren, destruyendo todo.

Ben hizo un gesto de incomodidad y subió con Rey a la nave lanzadera, dando órdenes de despegar.

—¿A dónde crees qué vas muchacho, sinvergüenza? —se escuchó a lo lejos la voz de Maz, pero la rampa de abordaje ya estaba subiendo.

—Algún día tendrás que dar la cara, Ben —Rey trataba de disimular la risa, pero no podía

—No te rías, además fue tu culpa, te buscaba a ti —la apretó más contra él y estaba a punto de besarla cuándo un miembro del personal de sistemas se acercó a él para darle un mensaje muy extraño.

—Líder supremo, llegó un mensaje de Coruscant

—¿Coruscant?

—Sí, señor.

Ben dejó a Rey en un asiento para escuchar y un minuto después soltó una maldición, seguida de algunos epítetos que hicieron sonrojar a todos lo que lo escucharon.

—¡Ben Solo! ¿Qué clase de vocabulario es ese? —lo reprendió Rey indignada levantándose de dónde estaba sentada.

—Lo siento, ven conmigo —la tomó de la mano y bajaron de la nave porque ya estaban en el Fulminatrix.

—¿Qué pasó? ¿Por qué te pusiste así?

—Te lo diré cuando lleguemos a nuestros aposentos, tengo que contactar a mi madre, y a mi abuelo y creo que tendré que ver a Maz antes de lo que yo creía.

Ben pensaba a toda prisa mientras Rey se quedó en silencio sintiendo un ligero estremecimiento, las emociones de Ben estaban otra vez en conflicto, no cómo antes, pero lo sentía.

Cuando llegaron a sus aposentos, Ben aseguró la puerta, la tomó en sus brazos y la besó de manera desesperada, mordió sus labios y buscó entrada a su boca con su lengua  haciéndola gemir mientras la iba guiando hacía la cama y la desnudaba, sin resistirse, ella enredó los brazos en el cuello de él y se dejó hacer.

—Quiero hacerte el amor, Rey —le dijo cuando liberó sus labios—. ¿Tú quieres?

—Sí, Ben, si quiero —respondió ella empezando a quitarle la ropa también.

Volvieron a besarse desesperados mientras caían en las sábanas en un enredo de brazos y piernas, se despojaron de todo hasta quedar desnudos piel contra piel, se tocaron, se acariciaron, dieron y tomaron por igual hasta que el deseo se hizo insoportable y Ben bajó la mano buscando la intimidad de Rey que ya estaba húmeda y palpitando de la necesidad.

—Mi amor, me vuelves loco —mientras bajaba los labios a los senos y atrapaba uno de los pezones con los dientes, la penetró de una sola embestida arrancando de la garganta de Rey un grito de placer que lo encendió más.

—¡Ben! —la respiración de Rey era errática, sus piernas abrazaron la cintura del hombre y sus manos lo agarraron del cabello mientras este la penetraba con desesperación y a la vez succionaba los rosados pezones dejándo leves marcas en ellos.

La Jedi que yo amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora