Capítulo 24

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Taehyung

Jungkook se aproximaba hacía mí con pasos algo torpes y nerviosos, y si no fuese porque lo había visto hablar con ese chico, sus pasos fuesen decididos porque él sabía que lo menos que quería hacer ahora era de hablar sobre las calificaciones.

Sus labios estaban apretados al igual que sus manos a sus costados, y yo esperé porque pasara así al salón y cerrar la puerta detrás de mí con llave, asegurándome de que verdaderamente estuviésemos solos.

Él me miró algo temeroso y apretó las manos en las correas de su mochila. —Él tenía problemas para comprar y le di un billete, no fue nada.

—¿No debo ser yo quién decida si fue o no fue algo? —cuestioné frunciendo las cejas en dirección a él y caminando hacía mi mesa para recostarme de esta misma.

Las ideas que tenía ahora mismo, viéndolo así de vulnerable me hacían emocionar de anticipación.

Pero, yo no le quería asustar. Jungkook era un buen chico.

—De verdad lo siento, no quise ponerte celoso, ni siquiera sabía que estabas aquí —dijo apresurándose al hablar y yo asenti con una risita. Hice un gesto para que se acercara y cuando lo tuve cerca puse mis manos en su nuca, moviéndolas en su cabello suave y luego pasando mi pulgar derecho por su mejilla y sus labios lentamente, disfrutando de su respiración que de vez en cuando fallaba. —. ¿No estás enfadado?

—¿Tengo que estarlo? Después de todo, sólo le estabas ayudando a comprar una bebida, ¿no es así? —Murmuré y él asintió exhalando, como agradecido de que mi respuesta no fuese otra.

—Sí —murmuró igual y yo asenti lentamente acercándome a dejar besos vagos en sus labios y mandíbula, sacando pequeños suspiros extasiados. Mis manos fueron a los lados de su cuello apretando un poco, haciendo que se removiera y suspirara con más fuerza mientras mis besos iban a su cuello, dejando algunas mordidas.

—Sin embargo... Estoy celoso —dije sin terminar mi tarea. —. Y tengo muchas ganas de ser malo contigo —dije subiendo mis besos nuevamente a sus labios de forma repetida y rápida. Esas palabras en él tuvieron una especia de desconcierto pero no puso resistencia.

—¿Qué-que harás? —murmuró. Los ojos le brillaban al igual que la boca.

Mirar a Jungkook en ese estado realmente me gustaba.

—Te voy a follar aquí mismo, y algo me dice... Que no traes contigo lubricante —Murmuré ladeando la cabeza. Él me miró desconcertado, mordiendo su labio ligeramente.

—P-pero va a ser doloroso, Taehyung —susurró temeroso apretando las manos y luego lamiendo sus labios, mirando en consecuencia los míos. Sus gestos, su expresión corporal, negaba lo que sus labios decían. Porque claro que él en el fondo lo quería, por supuesto que sí.

—¿Y no es eso suficiente castigo para ti? —pregunté ayudando a que se quitara la mochila de encima. —. Vas a tener que ser silencioso, nene, porque de lo contrario seré más duro contigo, ¿estamos?

Él asintió de forma rápida pero temerosa, yo me acerqué entonces a sus labios besándolos de forma parsimoniosa y hasta tediosa, de esos besos que te dejan y a la vez no satisfecho.

Metí mis manos debajo de su camiseta tocando la piel de su abdomen suave y definida y luego bajando para tocar el borde de su pantalón, jugando con él pero sin hacer nada más.

Las manos de Jungkook estaban en mi camisa pero sin apretarla o arrugarla, era un agarre flojo. Me separé de sus labios para hacernos dar vuelta y sentarlo en el escritorio. La diferencia de altura era casi nada, pero igual Jungkook debía bajar un poco el rostro para besarme, porque él era un poco más alto que yo.

Le quité la camiseta de forma rápida, queriendo hacer esto rápido antes de que llegara alguien más a tocar la puerta y besé todo su pecho y su abdomen dejando lamidas cortas que le hacían erizar los vellos y jadear en voz baja. Palpé la erección en sus pantalones con mi mano y lo vi morderse el labio rojo y echar la cabeza hacía atrás.

Claro, el tenía miedo de lo que pasaría, pero no se estaba resistiendo ni un poco.

Lo bajé de ahí de nuevo, sólo para bajarle los pantalones y agacharme un poco para besar su pelvis y el rastro de vellos casi inexistentes que tenía en la zona.

Sus boxers tenían aquella mancha de presemen, y una erección dura esperando por ser atendida, la besé por encima de la tela y Jungkook apretó las manos a sus costados tratando de no hacer mucho ruido. Entonces yo toqué sus muslos que tanto me tenían fascinado y los besé también, dejando espacios húmedos por los movimientos de mi lengua.

Terminé de bajar su ropa, y me levanté para besar sus labios mordiéndolos y recorriendo cada espacio de su dulce boca con mi lengua, él devolviendo la acción con gemidos ahogados cuando mi mano bombeó su roja erección. Me separé para respirar y lamí mis labios llevando tres de mis dedos a su boca, él los lamió insistentemente tratando de dejar toda la saliva que se pudiese y yo los saqué para ir a sus nalgas, al agujero en medio y prepararlo.

Debía doler.

Sus cejas estaban fruncidas y mordía sus labios apretando las manos en mi pecho, y me dediqué a seguir dándole placer con la otra mano, pero pronto él comenzó a moverse al ritmo de mis dedos.

A Jungkook le gustaba el dolor.

—¿Estás listo? —pregunté desabrochando mi pantalón y buscando en mi bolso el condón y él asintió.

—S-si —murmuró. Yo besé sus labios por ultima vez antes de hacerme paso en su estrechez sacándole jadeos. Joder, como me gustaba escucharlo.

Tócame | Vkook+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora