Capítulo 33

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Taehyung

Dejé a Jungkook suavemente en la cama del cuarto de afuera, el más cercano a la playa en la planta de abajo. Sus manos estaban en mi nuca jalando de mi cabello mientras nos besábamos suavemente, entonces hacia un poco de frio
porque las puertas a la playa estaban abiertas, y aun no era lo mejor de esta habitación.

Me separé de los labios de mí ahora novio, solo unos centímetros para poder hablar. —Abre los ojos, amor.

Él me hizo caso, y cuando vio más allá de mí sus ojos brillaron y fueron las mismísimas estrellas las que vi reflejadas en los ojos de Jungkook.

El techo era puro vidrio, y se veía completamente el cielo.

Sus labios se entreabrieron y sus mejillas se tiñeron suavemente. Sonreí de verlo, porque Jungkook para mí era pura luz, era un chico muy dedicado, tenía cierto brillo en él que era lo que en primer lugar me había atraído y lo que hacía que me preguntara cómo era que había estado antes sin conocerle.

Sus ojos eran brillantes siempre y cómo me gustaba.

—Debo tachar esto de la lista de fantasías sexuales —dijo asombrado, volviendo su mirada a mí y tocando descuidadamente mi mejilla con sus dedos. Me reí.

—¿Cuáles son las otras? —pregunté interesado, para luego hacerlas realidad.

—Los espejos —dijo divertido, con una sonrisa ladeada y yo besé sus mejillas asintiendo. —. Y ya tendremos tiempo para mis fetiches con tus tantas corbatas, ¿verdad?

Asentí y él hizo un sonidito satisfecho mientras enterraba mi rostro en la nívea piel de su cuello, donde primero pasé suavemente la nariz antes de comenzar a besarle lentamente, arrastrando mi boca por los lugares más recónditos de su piel como si me costara, mi lengua hizo acto de aparición en los besos y de vez en cuando dejé trazos de su piel húmeda encantado con los sonidos que salían de la boca de Jungkook y los jalones a mi cabello.

No era muy fan de hacer chupetones, porque luego taparlos resultaba un problema, pero me costó esta vez no hacerlos, porque estaba encantado con todo de Jungkook y sus jadeos bajos me hacían querer sacarle gemidos, y lo
hice.

Dejé suaves mordidas al principio, luego le quité las prendas dejándolo sólo en bóxer, y al sentir su dureza contra la mía, succioné su piel y una
pequeña mancha violácea apareció llegando a sus clavículas.

Un chupetón mío, porque Jungkook era todo mío. Y yo era suyo.

—No es justo... tú aun tienes toda tu ropa —hizo una protesta suave y yo me rei quitándome de encima quitando mis zapatos y mis medias, para luego quitarme la ropa lentamente con la mirada oscura de Jungkook en mí. —. Así está mejor.

Me reí de nuevo roncamente y me volví a ubicar encima de él para besar sus labios sin delicadeza algún disfrutando de cómo me jalaba del cabello y como levantaba la cadera para frotarse contra mí sacándonos a ambos jadeos ahogados.

Un gemido salió de sus labios cuando me despegué de sus labios para quitarle el bóxer y comenzar a bombear su dureza en un ritmo lento y seguro desquiciante y apretando con la fuerza justa.

Mordió sus labios para tratar de hacer silencio y jaló de mi nuca hacia abajo para chocar nuestros labios de nuevo, y deshacernos a ambos en besos mojados.

Me hizo acostarme entonces a mí y se sentó en mis piernas, haciéndome jadear por el contacto.

Comenzó dejando besos en mi cuello y mordiendo mi piel sin temor alguno, seguro de sí mismo; como me gustaba verlo.

Tócame | Vkook+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora