Jungkook
Me dejé caer en el sillón con un suspiro cansado, porque el día había sido largo y joder, como me arrepentía de haberle dicho a Taehyung lo mucho que me gustaba nuestro jueguecito.
Él por supuesto que me respondió con un dulce beso, diciéndome que estaba más que encantado conmigo y con todo de mí, y yo interpreté eso como que también le gustaba tener sexo conmigo, lo que era normal.
Pero, cierta parte de mí se... ¿decepcionó de su respuesta?
Me costaba aceptarlo, pero me gustaba pasar tiempo con Taehyung, y no sólo para tener sexo. Me gustaba su compañía, era un sujeto increíble, con cientos de cosas buenas y yo me sentía terriblemente cómodo cuando él estaba cerca.
Me asustaba demasiado la idea de que me gustara, porque era mi profesor, era mayor que yo, mi padre lo vería mal, y yo estaba un cincuenta por ciento seguro de que él no me vería nunca de otra forma.
La noche había caído conmigo en un sillón pensando sobre mis sentimientos hacía Taehyung, y me levante con flojera dispuesto a pedir pizza porque no tenía muchas ganas de cocinar. Me devolví al sillón sentándome en este, preguntándome si Haerin estaría bien en casa de mis padres y giré mi cabeza cuando la puerta fue abierta y un Jimin sonrojado y cansado atravesó ésta.
—Hola Jungkook-ah —murmuró como saludo cerrando la puerta detrás de él y caminando hacía la cocina, lo miré expectante. El rubio tomó una botella de agua y caminó en mi dirección —. Mi departamento está en buenas condiciones, ya podré mudarme —comentó y yo asenti hacía él, un poco raro, porque me había acostumbrado mucho a su compañía.
—Vaya, que bueno —dije tranquilo mirando hacia la televisión encendida. —. Te extrañare.
Él se rió y se acercó a revolverme el cabello amistosamente con una sonrisa encantadora en los labios. —No me iré del país, Jungkook-ah. Simplemente me mudare y aún nos veremos en la universidad y saldremos —dijo simple levantando los hombros. —. A menos que quieras pasar mucho más tiempo con Taehyung y no conmigo
Una risita escapó de mí y negué llevando mis piernas a mi pecho haciéndome un ovillo, incómodo. —Mh... Jimin-ah, tengo que decirte algo.Él me miró expectante bebiendo del agua y alzó las cejas graciosamente, tomé aire pensando en cómo decirlo. —Este pues... Mhm... Creo que me gusta Taehyung.
—¡Pensé que dirías que te gustaba yo! —exclamó con una risa contagiosa y sonora, palmee mi frente mentalmente y él recuperó la compostura, mirándome como si no pudiese creer aquello.
Bueno, yo tampoco me lo creía.
O no lo quería aceptar.
—¿Y por qué estás así de raro? ¿Es eso malo? —preguntó.
—Por supuesto que es malo.
—¿Por qué?
—Jimin, es mi profesor.
—Y aún así eso no impide que salgan y tengan sexo, ¿por qué eso es normal y que te guste no?
—Porque es mayor, y porque mi papá se volvería loco, y es mi profesor, y mi socio de negocios y-
—Basta, Jungkook-ah —me detuvo frunciendo las cejas levantando la mano. —. Estás poniendo excusas ahora mismo.
—Pero es que...-
—Pero es que nada, Jungkook. No está mal que te guste, y yo apuesto a que él debe estar sintiendo lo mismo por ti porque eres extremadamente lindo y un buen chico, cualquiera con ojos se fijaría en ti —dijo seguro. —. Tal vez no estamos en el mejor contexto pero tampoco es algo malo, tampoco hagas un caos por esto, ¿vale? Mañana saldrás con él a su casa, y si no busca la oportunidad de tirarte sabiendo que te tiene ahí a su merced debe ser porque le gustas, ¿entiendes? Nadie que busca sólo sexo no aprovecha una oportunidad.
•••
—Pues tienes una casa muy bonita —dije mirando a los lados con un tonto suspiro por lo bonita que era, tenia los lujos que me esperaba de Taehyung, pero no era una gran casa en cuanto al tamaño. Era lo justo para alguien que vive solo.
—Gracias, Jungkook —dijo asintiendo y dejando las llaves en una mesa cercana y caminando hacía un pasillo. —. Ven
Le seguí pensando en las palabras de Jimin y tomé una respiración corta comenzando a caminar detrás de él.
nos llevó hacía una puerta de madera, y él la abrió lentamente entrando primero, a un taller. El olor a pintura me hizo perderme completamente, porque era un olor suave pero que de cierto modo se sentía perfectamente y no me disgustaba para nada.
El taller estaba repleto de pinturas, de todos los colores, tamaños y marcas. Pinceles, grandes y pequeños, lienzos vacíos y otros rellenos del arte más bonito, pero que no eran suyos. Y a lo lejos había un piano.
¿Él tocaba piano?
¿Hay algo que este joven no haga bien?
Detalle bien el lugar y mi vista se detuvo en una pintura, que era bastante bonita debía admitir. Era un retrato, de una mujer, la mitad de su rostro estaba en blanco y negro y con expresión seria, el otro lado desbordaba color y felicidad. Como lo opuesto la una de la otra.
Busqué mirar a ver dónde decía el nombre del artista pero no le encontré el nombre y lo miré interrogante. —No hay firma
—Es mía, Sherlock —dijo riendo acercándose. —. ¿Te gusta?
Me reí por el apodo y volteé de nuevo a la pintura asintiendo. Dios, Taehyung es perfecto.
—Está hermosa —dije asintiendo. Sentí la presencia de Taehyung detrás de mí y luego se posó a mi lado, poniendo una de sus manos dotadas en mi cintura.
—Representa a lo que una persona demuestra, y lo que realmente es —dijo tranquilo, brotando pasión al hablar. —. Por fuera somos correctos, mostramos una imagen que los demás quieren ver y que piensan que está bien. Pero, por dentro somos color y felicidad. Fingimos cosas que no somos por complacer a otros.
Medí sus palabras, y de inmediato supe que hablaba en parte de mí, no quería ser muy evidente con que sus ultimas palabras estaban más que todo dedicadas a mi fracasada experiencia ocultando cosas por complacer a papá, pero yo lo había notado, por supuesto.
Volteé un poco hacía él y mordi mi labio. —¿Y tú finges? —cuestioné susurrando y él asintió de forma ida.
—No sabes cuánto, pero después te cuento —dijo levantando los hombros, y se me hizo muy cómoda la situación, recordando que él no se estaba sobrepasando con el contacto, y que no miraba nada más que mis labios, él me observaba, justo en los ojos.
Me sentía seguro en ese momento, recordando las palabras de Jimin. Dios, era más difícil estar con él sabiendo que me gustaba.
La dirección de todo cambió dejandome desorientado y un poco decepcionado cuando jaló mi cuerpo para besar mis labios con esa pasión que siempre tenía.
«Mañana saldrás con él a su casa, y si no busca la oportunidad de tirarte sabiendo que te tiene ahí a su merced debe ser porque le gustas, ¿entiendes? Nadie que busca sólo sexo no aprovecha una oportunidad.»
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Tócame | Vkook+18
FanfictionKim Taehyung era el dulce profesor de literatura, un hombre culto y lleno de tantas cosas buenas como malas. Su clase en la universidad de Seúl era de literatura, y no había nada que le gustara más que enseñar eso. Él era lo contrario a problemas...