Cap 38.

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Narra Purre

- Deja de moverte, Purre!
Pilar me regaña cuando intento sostener el control del televisor.
- Ya estoy bien, princesa. Trato de sonar convincente. - Ya ni duele.
No, porque el que duele es mi orgullo.
Mi padre y su puta discusión, no había otra cosa que podría terminar de arruinar mi noche, no más que sorpresiva aparición, joder, hubiera preferido quedarme arrestado lo que quedaba de la noche con tal de no verle la estupida cara de capullo, pero estoy siendo egoísta al pensar solo en mi cuando Pilar estaba presente y ahora sigue estándolo mientras cura mis heridas.
Ella realmente me sorprende, cada día que pasa lo hace, otra hubiera huido con todas las cosas que mi padre dijo sobre ella.
Quiero golpearlo, quiero darle el doble golpes del que me dio a mi, joder, quiero que sienta el doble de lo que me hizo sentir a mi.
Ella se resigna y deja caer su precioso trasero a mi lado.
- Esta bien. Dirige la mirada al reloj de la pared. - Ya es tarde.
Ni jodiendo voy a dejar que se vaya.
- Y qué con eso?
Sus ojos verdes se abren.
- Quieres que me quede?
- Ya sabes la respuesta a esa pregunta.
- Supongo que ya es tarde como para ir a casa, además mis padres no me esperan.
- Les dijiste que te quedarías en la casa de una de las tontas de tus amigas?
Su ceño de frunce.
- Mis amigas no son tontas.
- Eso es porque las quieres y no quieres ver la verdad, princesa.
- No son tontas, deja de hablar así de ellas, y si, me quedare en la casa de Rena esta noche, pero papá llamara en la mañana, así que debo estar antes de ir a la escuela.
- Todavía quedan varias horas antes de entrar clases.
- Quizá deberíamos dormir.
- Quizás, pero me siento decepcionado, pague por ese concierto y al final...
- Puedo solucionarlo.
Me interrumpe.
Frunzo el ceño.
- A que te refieres?
- Tal vez no pueda igualarse al concierto, pero. Se muerde el labio buscando algo en la sala hasta que da con la portátil. - Esto.
- Mi laptop?
- Donde está el cd que te regale?
Interroga levantándose del mueble.
- En mi habitación, por qué?
- Traelo.
Me ordena.
- Que estás tramando, princesita?
- No vamos a ir dormir antes de escuchar Morat, merezco mi concierto así tenga que escucharlos solo en la laptop. Me guiña un ojo. - Tengamos nuestro propio concierto privado.
Eso suena interesante.
Le sonrío.
- De acuerdo.
Me levanto del mueble y me dirijo a la habitación en busca del cd, se lo entrego una que regreso a su lado y ella lo coloca dentro de la portátil antes de buscar la aplicación, luce emocionada y suelta un "Bingo" cuando Aprender a quererte se escucha de fondo.
- "Para enseñarte a extrañarme
Voy a escribirte mi canción mas honesta. Darte una vida con mas sumas que restas. Si tu me dejas no habrá preguntas solo respuestas... "
Tararea y termina por cantar.
No puedo evitar sonreír.
Esa canción la done dos veces y no me queda duda que es su favorita, se gira hacia mi y no puedo evitar perderme en sus ojos, extrañamente mi corazón se acelera, pero esta vez lo dejo pasar y me acerco hasta presionar mis labios sobre los suyos, escucho como la música de fondo continúa mientras su cuerpo cae sobre el mueble y mi cuerpo la aprisiona así como mis labios van fundiéndose sobre los suyos.
He dicho lo mucho que me gusta besar a Pilar? Pues si, me encanta, me vuelve loco.
La música termina, pero no me detengo y continuo repartiendo besos por su cuerpo, Pilar gime en mis labios y mis manos se deslizan hasta sus pechos, presiono y ella vuelve a gemir, me acomodo sobre ella para no incomodarla aunque mismo estoy detestando a Santiago por escoger estos muebles tan pequeños, decido olvidarme de eso y ella quien lo logra cuando vuelve a besarme.
- Quieres que me detenga?
Pregunto sobre sus labios y me aparto para ver su reacción.
Parece sorprendida.
- Desde cuando El Purre pide permiso para poder continuar metiéndole mano a una pobre chica?
La sonrisa en mi rostro es evidente.
- Pobre chica? No lo se, desde que es una chica dispuesta a darme su virginidad.
- Uhmmm..
- Acabo de arruinarlo? Joder..
- Puedes solucionarlo?
- Tal vez debí decir que esa chica eres tú, princesita.
Se sonroja.
- Y bien? Puedo continuarlo?
Se demora em contestar.
- Puedes hacerlo.
Apenas la aprobación sale sus labios vuelvo a besarla nuevamente y no se en qué momento a este punto, pero me doy cuenta de que ahora la tengo en mi habitación, en mi cama mientras mi cuerpo vuelve a presionar el suyo.
- Quiero tocarte, Purre.
Jadea sobre mis labios y quiero que lo haga.
- Estas segura? No quiero que al verla.. salgas huyendo .
Debí guardarme eso último para mi.
- Estas raro. Dice echando la cabeza contra el colchón. - Es la segunda vez que me preguntas si estoy segura, te sientes bien?
- Perfectamente, al principio con lo de mi padre creí que terminaría de arruinar este día, pero ahora..Mis ojos se encuentran con los suyos y me quedo en silencio unos segundos. - Quiero hacerte mía, princesita.
Ella vuelve a sonrojar.
- Pero primero voy a dejar que me toques.
Me retiro de encima de ella y me mira confundida.
- Ven aqui.
Menciono golpeando mis piernas.
Ella duda, pero lo hace y estoy sorprendido, hace unas semanas no esperaría que se dejara llevar de esta manera intima, después de todo soy el primer chico y joder, me siento afortunado y extrañamente ansioso por saber cómo se sienten sus dedos al hacer contacto con mi erección.
- Adelante.
- Y que hago?
Es tan inocente, Joder, y me gusta.
- Primero debes desabrochar los botones.
- Lo se, idiota, refiero a..
- Sabra o que hacer, continua..
- Ya entendi.
Me interrumpe y no puedo evitar sonreír.
Aún parece irreal que vaya hacerlo, pero no lo es y lo se cuando sus dedos hacen camino por mi abdomen hasta detenerse en los botones, se muerde el labio nerviosa y se sonroja más cuando esos dedos desabrochan los botones, entonces tira despacio mi de mi pantalón.
- Oh Dios..
No puedo aguantar más la risa.
- No te rías, idiota.
Golpea mi hombro.
- Deja de ser una princesa agresiva.
- Entonces deja de burlarse de mi.
- No, jamás estoy burlándote es solo que tu inocencia me encanta, y es la primera chica que ve mi polla y reacciona de ese modo.
- Dios.. yo.. no se
Una carcajada escapa de mi garganta.
- Te gusta el tamaño?
- Purre!
Me regaña y me da otro golpe.
- Joder, Pili, deja de ser tan agresiva.
- Deja de burlarte de mí.
- Eres muy divertida, princesa! Venga.
Traga despacio y aun con las mejillas color rojitas hace caso a mi petición, su mano me toca a través de lo bóxers y un gemido se escapa de lo más profundo de mi garganta, la excitación me golpea aún más fuerte cuando empecé a besarla sobre mi cama y lo hace más cuando termina por liberar mi erección, jadeo quedándome sin aliento y un silencio nos invade, ahora sí luce más sorprendida que la primera vez, pero cuando voy a decir algo, rodea mi erección con sus dedos y no puedo evitar separar los labios al sentir este primer contacto, quiero cerrar los ojos, pero no lo hago porque no quiero perderme este momento, quiero ver cada una de sus expresiones en nuestra primera vez y así tenerlo en mi memoria, joder, estoy comportándome contra lo que voy siempre pero, no quiero detenerla.
Pilar presiona los dedos y un gruñido sale un sale de mi boca, entonces ella me mira y se detiene, y me odio a mi mismo por haber sido tan estupido, no quiero asustarla, maldición, quiero que ella sepa lo que me esta haciendo y lo disfrute tanto o quizá igual que yo.
- Yo...
- No, no te detenga. Jadeo apoyando mi rostro en su cuello. - Sigue, princesa.
No tarda en seguir el proceso y me siento tan maravillado no solo por lo libre que está actuando si no porque al fin está sucediendo, luego de largas oportunidades y un día de mierda, por fin estamos haciendo esto, siento mis abdominales tensarse dejado de la ropa, y el aire escapar de mi boca, estoy apunto de quedarme sin él, pero no me importa, me gusta mucho la sensación que me provoca esos dedos.
Voy a correrme.
Lo haré.
- Mierda... Pili! Digo cuando estoy casi listo y sus ojos se encuentran con los míos. - Voy a terminar corriéndome en tu mano, si quieres parar hazlo ahora.
Que demonios sucede conmigo?
Nunca le he dado a una chica la opción de detenerse, solo me corria y ya.
- Eso fue.. increíble.
- Estas bien?
- Estoy perfectamente bien princesa, tienes unas increíbles manos.
Paso las manos por su mejilla y presiono mis labios sobre los suyos, muerdo su boca y mi lengua juega con la suya mientras sus manos se aferran a mi cuello y las mías bajan por su cintura hasta presionar su precioso trasero, esta comenzando a hacer calor en la habitación y se que es por nosotros, me gusta que sea así, y quiero que esa noche sea por fin nuestra noche, he estado esperando esto tanto tiempo que me es difícil aceptarlo, pero quiero hacerlo al igual que quiero hundirme entre sus piernas.
Pilar jadea en mi boca al sentir otra vez mi erección, pero no se retira, así que cambio de postura de tal modo de que ella quede debajo de mi, le separo las piernas con una arrodilla y me acomodo encima repartiendo besos por su cuello y termino por volver nuevamente a boca, me aparto de ella cuando necesito tomar aire y me detengo a observarla cuando me pierdo en su expresión, apoyo ambas manos a cada lado de la cabeza y me quedo maravillado, esta rojita y tiene el rostro hermoso, igual al de un ángel, y la excitación que me golpea la entrepierna me la pone más dura que una puta roca, no lo se, pero justo ahora lo estoy viendo cómo es y jodidamente hermosa.
Ella es muy hermosa, lo es.
- Y ahora que?
Pregunta con los labios hinchados y al darse cuenta de mi silencio.
Separo los labios para responder.
- Ahora voy a hacerte el amor, princesa.

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