Cap 47.

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Narra Pilar

Pasar toda una mañana de domingo en casa de Purre tal vez no es una buena idea, no si quieres prestar atención a la pelicula y comer palomitas, y en lugar de estar haciendo eso estoy probando el sabor de las palomitas que quedan en sus labios mientras sus manos se meten dentro de la camiseta blanca que me he puesto hasta que mi vestido termine de secar.
Tira de mi labio y separa su boca de la
mia, a estas alturas mi labio inferior
debe estar muy hinchado.
- Deberíamos volver a la cama. 
Me dice con una sonrisa picara.
Elevo una ceja y no me deja protestar.
Me toma del brazo y me carga, mis piernas envuelven su cintura y mIs brazos su cuello, camina conmigo de retorno a la habitación, pero lo detengo.
- Espera!
- Que ocurre?
- El televisor. Señalo y él frunce el ceño. - Voy a apagarlo.
- Dejémoslo prendido
Trato de moverme y él resopla, aun cargándome camina hasta detenerse
frente al televisor, me incline y presiono el boton de apagar.
- Ahora podemos regresar donde nos quedamos, señorita?
Asiento y con una sonrisa me lleva de
regreso, sin embargo nuestros planes se quedan ahi porque el timbre no tarda en sonar, escucho a Purre maldecir y lo unico que hago es reír aprovecho su molesta y me bajo, mis pies descalzos tocan el suelo y un aire frio me recorre, el se acerca a abrir, y yo me subo con todo y pies sobre el mueble.
Santiago aparece en mi campo de visión.
- Vaya manera de arruinarlo todo, joder, Santiago que haces aqui?
Le pregunta frunciendo el ceño. Santiago me saluda desde la puerta y regresa su atención a Purre.
- Encontre a una chica perdida por el camino.
Las alarmas se prenden mi cabeza y una sola imagen me invade, Malena, pero Purre ni siquiera se inmuta, es mas ni siquiera piensa que se trata de ella y su respuesta me lo confirma.
- Tu tambien? Ya le he dicho a Facundo  que no quiero que traiga a sus chicas
aqui. Le reprende. - Ahora, tu,maldita sea.
Santiago levanta ambas manos.
- Hey, antes que me mates deja que termine.
Santiago tira de alguien que espera en la puerta y la cabecita de mi amiga aparece, me levanto como un resorte del mueble.
- Rena?
- Tu amiga tonta? 
Dice bajito.
Le doy un codazo y el se queja, me sonríe. Renata se acerca a mi y me rodea con los brazos.
- Dios, estabas aqui, estaba tan preocupada.
Me aparto de ella.
- Viste que fui detrás de Purre.
- Lo se, pero después de lo que paso no crei que lo solucionarian tan rápido, crei que.. Lo mira y Purre frunce el ceño, Renata regresa su mirada a la mía. - Que quizás te dejó botada y te perdiste.
- Que confianza..
- No soy un capullo, Renata! Le suelta y me extraña que recuerde su nombre. - Crees que dejaria botada a mi novia a mitad de la noche?
Renata no le responde y pone toda su
atención en mi.
- Tus padres creen que estas en mi
casa, no te preocupes, Pili.
- Gracias, Rena.
- Bueno, vine para que tomemos desayuno.
Le suelta Santiago volviéndose a Purre.
Purre frunce el ceño.
- Eres consciente que es medio dia?
- Bien, pues Facundo esta con una chica y tu eres mi otro mejor amigo, asi que vamos por el puto desayuno o el almuerzo no me importa.
Renata se vuelve hacia mi.
- Siempre, son así de vulgares?
Eso no es nada.
- Yo, deberia irme.
Aclaro mi garganta.
Pero me detengo al recordar que traigo su ropa puesta, dirijo mi mirada a Rena y ella me sonrie con una sonrisa que quiere escuchar explicaciones, despues coloca su bolsa delante de mi.
- Te traje ropa de mi casa, si te encontraba crei que lo podrías necesitar.
Ella siempre piensa en todo!
- Buen pensado, hermosa.
Le grita Santiago.
Ella lo fulmina con la mirada.
- Vuélveme a llamar así y veras que
sucede.
- Vas a besarme?
Oh Dios.. Rena y Santiago?
Ella se sonroja.
Oh mierda.. chica!!!
Aclaro mi garganta.
- Iré a cambiarme y nos iremos.
Me doy media vuelta, pero Purre me detiene del brazo.
- No tienes porque irte.
Hay un silencio sepulcral en la habitación. Mis mejillas se sonrojan.
- Puedes venir con nosotros. Suelta mi brazo y rasca su nuca. - Las dos pueden venir. 
Se vuelve hacia su amigo.
- Si por que? no, una cita doble.  Le sonrie a Renata. - Me encantaria tener una cita con la chica hermosa.
- No es una cita.
- Lo que tu digas, hermosa.
- Rena..
Me vuelvo hacia ella y resopla.
- Bien, pero si este energúmeno. Señala a Santiago. - Intenta algo o me toca, no me responsabilizo por los golpes que le daré.
Se encoje de hombros. 
- No hare nada que no quieras, bonita.
- Lo que yo quiero es completamente lo opuesto a lo que tu quieres.
Le espeta.
Santiago solo sonríe.

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