EPILOGO

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Seis años después.

Narra Pilar

Lo primero que mis oidos escucha en la silenciosa sala de emergencias es el creciente llanto de esta nueva vida que tengo en mis manos, este pequeño ser que he traido a este mundo.
Una nueva vida.
Acabo de traer a un bebe.
Una sonrisa se dibuja debajo de mi mascarilla quirurgica mientras intento tomarla en brazos, la bebe comienza a llorar moviendo sus manos y piernas agilmente, sin embargo se niega a mostrarme sus bellos ojos, llora con mucha fuerza y tras escucharla no me cabe duda que tendrá unos fuertes pulmones.
- Mi bebe...
Escucho en un leve susurro que me hace parpadear. Le entrego la recien nacida a mi compañera y me acerco a la madre de la bebita.
- Tranquila, senora Carter. Le doy una respuesta rapida intentando que se tranquilice. - La trasladaremos a
una sala y podra estar con su bebe.
Puedo ver las lagrimas llenar sus ojos
marrons, aprieta la mano de su esposo y el se acerca a besar sus labios repitiendo una otra vez lo mucho que la ama.
- Pascual, ve con la bebe. Me dice el doctor en jefe y se vuelve a mi compañera. - Las dos, vayan.
Asiento y proseguimos a quitarnos las
mascarillas y las batas antes de salir de la sala de parto, seguimos los procedimientos hasta cambiar al bebe
dejarlo en la encubadora.
A lo largo del tiempo que he llevado como practicante esta es la primera vez que he participado por completo en un parto, sin embargo aun cuando ha sido una experiencia maravillosa, nada se compara a lo hermoso que es al ver la expresión de los padres al conocer a sus recen nacidos, ayudar en un parto es increible, pero las emociones que sientes cuando esas cortinas se abren y el ver sus rostros felices por haber contribuido en algo tan importante en sus vidas hace feliz a cualquier medico.

Son mas de las dos y aun no hemos almorzado, le ofrezco a Amy mi compañera ir a la cafeteria, cuando llegamos escucho a nuestro grupo aplaudir y reír mientras se acercan a recibirnos con abrazos, lo cual es algo normal siempre que uno de nuestro grupo logra algo parecido llenamos la cafeteria de unas felicitaciones al estilo de cumpleaños.
- Oí que trajiste un bebe tu sola. Dice Bridney antes de rodearme con los brazos. - Felicidades, Pilar.
- Gracias!
Observo como felicitan tambien a Amy mientras le dan un vaso de jugo me dan uno igual a mi.
- Ya que soy un medico responsable. Empieza Douglas y todos lo abuchean, me río. - De acuerdo, ya que son muchos de los presentes tenemos turno noche, solo nos queda brincar con jugo.
- Por nuestras chicas!
Dice Peyton y nos rodea tanto a mi como a Amy con un abrazo.
Me río y bebo del jugo.
- Y quiero decirte unas palabras importantes.
Menciona Douglas.
Mi celular suena en mi bolsillo todos me observan y Douglas separa los brazos regañándome por la interrupción abrupta de mi telefono a su discurso, dirijo mi mirada al identificador y sonrio, es Renata y no hay forma de que no conteste, le doy
el pase para hablar a mi compañero y me dirijo hacia afuera de la cafeteria mientras ellos se rien de las palabras que intenta decir Douglas.
- En serio, Pilar?
Me encojo de hombros.
- Lo siento!
Grito por ultima vez antes de perderme por los pasillo.
Lo escucho quejarse y empieza a hablar de nuevo.
- Hola, mi doctora favorita.
Me responde Renata enseguida y escucho a la pequeña Melisa quejarse con su padre al otro lado de la línea, al parecer ella quiere un dulce y Santiago se niega a dárselo.
Ahora escucho llantos.
- Santiago, solo cómprale el dulce!
Le regaña.
Me río.
- Aún no soy doctora.
Le recuerdo.
- Lo olvidava, el sábado no?
Muerdo mi labio inferior.
- Vendrás?
- Sabes que lo desearía, cariño. Me responde con un tono triste. - Lo siento.
- Esta bien, nos veremos luego, ire la siguiente semana. Respondo tratando de sonar convincente. - Itziar tampoco vendra, tiene una obra ese dia y no voy a pedirle que falte por mi, aunque no voy a negarte que desearla tener a mis mejores amigas el dia de mi graduación.
- Pero tendras a tu sexy novio.
Me recuerda intentando sacarme una sonrisa, lo logra.
- Aún no lo se. Respondo con sinceridad. - Hay un juego esa semana y, es muy importante para Purre.
Mi carrera requiere de unos años mas que el suyo, sin embargo a pesar de acabar antes, Purre termino dándose cuenta que su pasión estaba en jugar, decidió dedicarse 100% al equipo por ahora y se encuentra viajando junto a todo Brown Bears mientras yo cada vez que puedo suelo ver sus partidos por televisión, ademas de que siempre que un juego acaba o empieza me llama para decirme como se siente, es algo dulce pero también me hace extrañarlo mas, sin embargo me queda claro que esta cumpliendo su sueño y me siento muy feliz de ser testigo al saber que esta logrando lo que se propone.
Desde que Purre comenzo a jugar en el equipo selecto de la universidad ha tenido mas oportunidades, incluso le ofrecieron trasladarse para estudiar fuera del pais y el cual termino rechazando solo por mi, aunque sigue insistiendo que esa no es la razón y que lo hizo porque no se adaptaria a otro cambio, ademas de eso se le abrieron mas puertas referente a becas que le sirvieron para terminar la carrera, así que el dinero que le enviaba su padre lo guardamos en una cuenta, contado todo eso y lo que he ido ganando en cada una de las practicas podria decirse que y tenemos todo para una casa, aunque aun no hemos hablado de eso.
Por el momento vivimos en un departamento que casi nunca usamos
ahora que el esta lejos y que yo ya no tengo un horario fijo en el hospital, por un lado es bueno porque el departamento se siente vacio sin él al estar en el trabajo puedo dejar de pensar en lo mucho que lo extraño, eso si hablamos todas las noches y incluso cuando yo no lo llamo, el le hace recordándome que no debemos
dejar de hablar ni un solo dia.
- Si, vi el partido de la semana pasada. Me lo recuerda Renata. - Santiago me obligo a verlo todo Meli ya se estaba aburriendo, no dejaba de pedirme que cambiara a Discovery kids, al final salimos y tuvimos nuestro dia de chicas.
No lo dudo, Renata no es de ver partidos, sin embargo me siento feliz por ella, ahora mi amiga tiene a su pequeña para reemplazarnos a mi y a Itziar a la hora de ir de compra.
- También lo vi, y tú eres una aburrida.
Ella resopla.
- No es lo mio pero como te decia, estoy segura que hará un espacio.
La verdad no lo se, ahora nuestros horarios son complicados.
- Eso espero.
Escucho a Melisa llorar otra vez.
- Santiago! Se queja Renata y suspira
con frustración. - Tengo que dejarte, Pili.
Me rio.
- De acuerdo.
- Esta bien, ya va mami, cariño. Le dice a Melisa con un tono meloso, cambia al dirigirse nuevamente a mi. - Que tengas una feliz graduación, Pili.
- Gracias, mandale mis saludos a la
pequeña Melisa y Santiago.
- Lo haré.
Apago el celular y regreso a la cafeteria.
- Ya? Me suelta Douglas con los brazos abiertos. - Puedo dar mi discurso?
- Ahora Puedes.
Respondo sonriendo.

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