- Adiós papá, nos vemos.- gritó Atsumi antes de salir de casa.
Caminó hasta la escuela, aunque hoy no se encontró con Kenma, al llegar se preparó mentalmente para ir más tarde al club de voleibol para presentarse.
Las clases transcurrieron normalmente, habló con Kenma normalmente, comió normalmente y hasta que llegó el momento, no había estado nerviosa. Los nervios vinieron después de pisar el gimnasio, al momento de entrar sintió una atmósfera nueva y notó muchas miradas sobre ella.
Se acercó al entrenador y al profesor, al igual que Kenma y otros chicos, y luego de un intercambio de palabras surgió un tema que le heló la sangre.
- Deben presentarse ante el equipo.- el entrenador habló severamente.- sobre todo tú.- apuntó a Atsumi.- hace tiempo que no tenemos una mánager.
Sonrió temblorosamente, sabía que su fuerte no era hablar frente a mucha gente, y este grupo de chicos para ella era mucha gente.
El entrenador llamó a todos los chicos que estaban golpeando los balones para que se acercaran.
- Estos son los nuevos integrantes de este año, ahora se presentarán y quiero que los escuchen respetuosamente.
- La chica de la falda linda.- pensó para si mismo Kuroo, al menos eso creyó él.
- ¿Ella es?- susurró Yaku.- es muy linda.
- ¿Cómo sabes lo que estaba pensando?- preguntó bajito.
- Idiota, lo acabas de decir, no lo pensaste.
Decidió por no contestar gracias a que la mirada del entrenador Nekomata se encontraba sobre él, sino, ambos se llevarían un castigo.
Los chicos se presentaron primero que ella, se veía nervioso, él la notaba, aunque los demás se presentaran él solo le prestaba atención a ella, la manera en la que ponía su cabello tras su oreja una y otra vez le hacía notar lo nerviosa que estaba. Esto hizo que sonriera inconscientemente, era hermosa, todos lo habían notado, excepto Kenma y el entrenador por razones obvias, pero todos habían pensado lo linda que era su nueva mánager.
La castaña acababa de llamar la atención de la mayoría del equipo, incluyendo a los chicos de tercer año, su cabello llamativo y lindo, sus facciones bien definidas, pero no lo suficiente para que se vieran masculinas y lo formado que se notaba su cuerpo aún con el uniforme.
- Atsumi Azumane, me presento como la nueva mánager del equipo de voleibol del Nekoma.- anunció la chica, incómoda con todas las miradas de los chicos mayores sobre ella.
Las miradas la ponían nerviosa, pero había una en específico que la estaba volviendo loca, el chico alto de cabello negro la miraba con una sonrisa mientras los demás se presentaban.
"Por qué me mira así" se preguntó en su mente, el chico no dejaba de sonreírle y estaba segura que nunca en su vida lo había visto.
- Estos serán sus nuevos compañeros, espero que se lleven bien y sobre todo que se traten con respeto.- terminó de hablar el entrenador, haciendo que los demás se dispersaran.
Se les entregó la chaqueta oficial del club a los chicos nuevos incluyendo a Atsumi, quien la abrazó al tenerla en sus brazos, jamás había estado en un club y estarlo le parecía algo excitante.
Estuvo todo el entrenamiento al lado del entrenador, quien mediante las jugadas le hablaba y ella anotaba lo que le pareciera importante.
- Al parecer le tendré que pedir ayuda a Asahi.- pensó al ver todos los conceptos que había en el juego.
Notó que con la única persona con la que hablaba Kenma era ese chico de la sonrisa.
- ¿ese será el tal Kuroo?- se preguntó.
Lo miró detalladamente, era bastante atractivo, lo que más llamó su atención era su cabello levantado, ¿cómo logrará esa figura?
Y así pasaron las horas en el club de voleibol, luego de ayudar a limpiar, Atsumi pudo disponerse en ir a casa. En la salida vio a Kenma, quien la esperaba para acompañarla hasta su casa.
- Esperen.- gritó alguien desde atrás, la voz se le hacía familiar pero no sabía de donde, era un recuerdo vago.
Ambos se voltearon y vieron a Kuroo correr hasta ellos, quienes iban saliendo de la escuela.
- Hola.- saludó y pudo reconocer su voz.
Era él, el chico que mencionó su falda, ese tal Kuroo.
- Nos acompañaras, ¿verdad?- preguntó Kenma con la mirada en sus juegos.
- Sin mi, te pierdes y llegas tarde a tu casa.- mencionó el alto.
- Hola.- pudo reaccionar la chica.
- Así que tú eres la nueva mánager.- la miro de lado con una sonrisa en el rostro.- me alegro de que sea una mánager hermosa.
Esas palabras bastaron para encender en fuego la cara de Atsumi, no estaba preparada para esto, el que un chico le dijera tales cosas le parecía algo que no sucedería luego.
No dijo nada más en todo el camino, sabía que si abría la boca lo único que saldría de adentro serían balbuceos y no quería avergonzarse con eso, no frente al chico de la sonrisa bonita.
Le gustaba oír hablar a esos dos chicos, se notaba que se conocían bastante, pues Kozume hablaba mucho más cuando estaba él.
No tenía el valor para decir ni una sola palabra, cosa rara, ya que cuando solamente estaba con Kenma ella era la que siempre hablaba, pero el hecho de que el chico más alto la mirara incontables veces y le sonriera le ponía el mundo de cabeza.
- B-bueno, aquí me despido.- Atsumi tartamudeo cuando se detuvo frente a su casa.
- Adiós Atsumi, nos vemos mañana.- se despidió Kenma para seguir caminando.
- Nos vemos mañana, hermosa mánager.- Kuroo habló y luego sus miradas se juntaron.
Quizá fué un segundo en el que sus miradas se juntaron, quizá menos en lo que sus ojos se toparon frente a frente, pero eso bastó para que algo entre ellos se conectara.
Al fin y al cabo, los ojos son las ventanas del alma.
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No puedo contigo. |Kuroo Tetsurō|
FanfictionACTUALIZACIÓN LENTA. A veces, no puedo contigo ¿Sabes, Atsumi? Una mirada bastó para que dos almas se entrelazaran, podrían llamarle amor a primera vista, aunque ella se ha esforzado en refutar tal concepto, y él se ha esforzado en no volver a caer...