FRACCIÓN 12

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Al fin las vacaciones llegaron y a diferencia de lo que esperaba esto se volvió un momento agridulce, pues por un lado estaba emocionado por dejar de lado la escuela y poder distraerme un poco con Jack, pero por el otro el estar lejos de Haru por tanto tiempo me creaba un nudo en el estómago. Pero bueno solo eran dos semanas no era algo tan grave, tal vez estoy exagerando.

Por la tarde todos los que pasaríamos las vacaciones fuera ya estábamos con el equipaje listo y esperando que nos dejaran salir, ya solo me faltaba lo más importante despedirme de Haru.

Sin más le encargue mis maletas a Jack y le pedí que si me ganaba el tiempo me hiciera el favor de llevarlas a la salida y yo lo vería allá.

Esta bien amigo no hay problema, por cierto me saludas a Haru. Dijo y sonrió.

Gracias, claro de tu parte jaja. Respondí y salí corriendo hacia el club de jardinería.

Al entrar a la habitación de Haru pude ver que ya todo estaba ordenado y sus maletas estaban listas junto a la puerta, pero ni rastro de ella así que salí a buscarla en el inmenso jardín.

A caso perdiste algo. A pesar de lo dulce de su voz me hizo saltar de la sorpresa pues me encontraba perdido en mis pensamientos.

Sí a ti. Respondí girando hacia ella con un leve sonrojo en mi rostro.

Jaja muy gracioso amor, perdón por asustarte no esperaba que vinieras, pensé que te irías sin despedirte porque no soportabas la idea de decirme adiós. Afirmó y sonrió.

Bueno no exactamente digamos que lo que no soporto es la idea de tener que pasar dos semanas completas lejos de ti, pero no me queda más así que tendré que hacerme a la idea y conformarme con esto. Dicho eso me arrodillé para estar a su altura, tomé su rostro con una mano y la besé sorpresivamente, en respuesta ella soltó la regadera que tenía entre sus manos y enredó sus brazos en mi cuello para corresponder.

Luego de varios segundos nos vimos obligados a separarnos para tomar aire.

¿Qué fue eso Legoshi?. Preguntó curiosa mirándome fijamente.

Nada en especial mi vida, sólo es mi manera de despedirme y dejarte algo para que me recuerdes en todo este tiempo que no estaremos juntos. Respondí confiado y volví a besarla.

No te preocupes por eso amor te prometo que todos los días pensaré en ti, además tienes que prometer que me llamaras todas las noches esta bien. Dijo separándose otra vez.

Claro que sí te lo prometo. Respondí inmediatamente.

Bueno eso quería escuchar, siento no poder seguir, pero aún tengo que terminar de regar algunas plantas antes de irme, me ayudas por favor. Afirmó dándome la espalda y tomando de nuevo la regadera.

Claro que sí.

Así pasamos cuarenta minutos, regando plantas y platicando a cerca de lo que haríamos con nuestros amigos, a diferencia mía ella la pasaría en el campo relajándose con su amiga Natsu y al parecer estaba entusiasmada por verla y convivir con ella. A mi me daba mucho gusto verla tan feliz.

Cuando al fin terminamos le ayudé con sus maletas y ella dejó todo cerrado bajo llave.

Bueno entonces esto es todo nos vemos en dos semanas, no olvides que te amo y te voy a extrañar mucho Legoshi. Dijo en cuanto la lleve salió de la cerradura y tomó sus maletas dándome la espalda.

Espera amor porque te despides tan pronto si aún no estamos en la salida. Dije un poco extrañado.

Bueno es que es mejor que cada uno salga por su lado, no lo crees. Respondío algo nerviosa.

Claro que no Haru, sé que aún te preocupa lo que los demás piensen al vernos juntos, pero sabés que a mi no me importa y es mejor que se enteren y se vayan acostumbrando a nuestra relación. Dicho eso con una mano tome su maleta y con la otra sujete su pequeña mano aún nerviosa.

Estás seguro.

Sí.

En silencio nos dirigimos a la puerta de salida por el camino más transitado que había e ignoramos por completo las miradas de extrañeza y sorpresa junto con los cuchicheos a nuestro paso.

Ya en la salida reunidos con el resto de los estudiantes, eran más evidentes las expresiones de asombro, pero nosotros nos dedicamos a conversar con Jack e ignorarlos, pues esta era la presentación oficial de mi novia con mi mejor amigo.

Sin embargo había una penetrante mirada que era difícil de ignorar. La de Juno.

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