FRACCIÓN 19

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Después de que Juno se fue me quedé solo terminando mis deberes y con sus palabras dando vueltas en mi cabeza... aborto.... cachorros.

Lo más probable es que sólo hubiera dos posibilidades o Juno esta mintiendo o esto es una confusión ya que de ninguna manera Haru pudo haber abortado a nuestros hijos.

Al salir y durante todo el camino al club de jardinería traté de pensar en una forma ideal de sacar esto a tema de conversación para poder aclararlo de una vez con Haru, pero por más que lo intente no encontré la mejor opción para hacerlo.

Al llegar entré en silencio y me quedé en la puerta viendo a mi pequeña coneja apresurarse en poner la mesa y servir la cena, se veía tan perfecta ella era completamente incapaz de hacer al así.

¿Quién te comió la lengua amor?. Preguntó mirándome fijamente y sacándome de mis pensamientos.

Lo... lo siento que decías. Dije por demás distraído y nervioso.

Nada Legoshi, es solo que me extraña que estés tan callado, vamos siéntate ya todo esta listo y por cierto te haz olvidado totalmente de esto. Dicho eso una vez sentado a la mesa me besó tiernamente pero yo me quedé inmóvil ni siquiera correspondí al beso.

Legoshi mírame a los ojos y dime que pasa es obvio que no estás bien en absoluto. Afirmó entre preocupada y molesta.

No te preocupes estoy muy bien, es sólo que estoy cansado mejor vamos a cenar y me cuentas como te fue hoy. Afirmé tratando de sonar lo más normal posible y le devolví un fugaz besó para disimular mi incertidumbre.

Luego de eso me dediqué a cenar en silencio mientras ella me contaba como la había pasado durante el día, sin  embargo mi mente no le prestaba atención pues seguía ocupada con lo mismo. Cuando terminamos en silencio le ayudé a levantar los platos y seguí sin encontrar las palabras indicadas para encararla.

Bueno ya es tarde tengo que irme, mañana me levantaré temprano para hacer un poco de ejercicio junto con Jack y no quiero desvelarme. Asegure y tomé mi mochila para dirigirme a la puerta.

Espera amor, pensé que te quedarías conmigo esta noche. Dijo un poco confundida tomándome de la mano y jalándome hacia la cama.

No puedo. Respondí en tono frío esquivando su insistente mirada.

¡AAA, ya basta Legoshi escuchaste! Habla qué es lo que te pasa y no mientas. Exclamó molesta y sujetando mis muñecas.

En ese momento sentí como una extraña sensación entre rabia, enojo e impotencia recorría toda mi espalda hasta llegar a mi cabeza y la hacía estallar, con un movimiento brusco me solté de sus pequeñas manos.

Quieres la verdad, ¡así como tu me dijiste lo del aborto!. Grité sin pensar.

Parece que mis palabras se clavaron en ella como una flecha pues se desplomó en la cama.

¿Qué haz dicho, cómo lo sabes?. Dijo con voz tenue y bajando la mirada.

¡Así que es verdad Haru, cómo pudiste por qué no me lo preguntaste, qué acaso no tienes corazón también son... eran... mis cachorros¡. Grité lleno de coraje al confirmarlo.

Legoshi cálmate por favor dime ¿quién te lo dijo?. Preguntó preocupada y eso me molestó aún más.

¡Eso no importa Haru!, tienes mucho  que explicar ¿porqué no me dijiste? Yo también tenía derecho de opinar eran mis hijos, cómo fuiste capaz de tomar una decisión así por tu cuenta. Al terminar con estas palabras las lágrimas ya empezaban a salir lentamente de mis ojos.

¡Porque no lo sabía!. Soltó.

¿Qué?

Fue un accidente Legoshi, yo ni siquiera sabía que estaba embarazada, fue un aborto espontáneo cuando desperté ya estaba en el hospital y todo había pasado.

Sus palabras me dejaron impresionado, por lo menos no fue lo que yo pensaba.

Por un momento me quedé callado sin saber que decir.

¿cómo pasó, porqué, cuándo?. Pregunté un poco más calmado pero sin poder controlar las lágrimas.

Bueno... fue una semana antes de regresar de vacaciones, lo que pasó es que estuve haciendo mucha actividad física y eso provocó que los embriones se desprendieran porqué mi cuerpo no los asimiló como debía. Afirmó con la cabeza baja y sus lágrimas cayendo sin control.

Al verla comprendí que al igual que yo estaba sufriendo.

Despacio me acerqué y me senté junto a ella en la cama al mismo tiempo que tomaba su mano.

¿cuántos eran?. Cuestioné.

Ella me miró y dijo.

Eran seis cachorros.

Sus  palabras me dolieron mucho, seis vidas con nuestra sangre se perdieron.

Haru amor, yo de verdad siento mucho que hayas tenido que pasar por esto tu sola. Dije y la abracé fuerte contra mi pecho.

No te preocupes, no importa de todas maneras es mejor que los haya perdido ya que no serían cachorros normales. Aseguró. Bajando la cabeza.

¿A qué te refieres?

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