FRACCIÓN 37

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Este había sido un momento perfecto, tal como lo esperaba, pero no quería que esto terminara, no quería dejarla y me negaba a regresar a la realidad yo sería feliz si pudiéramos quedarnos aquí juntos por siempre y estoy seguro que Haru también anhela ese momento.

Sin embargo no podemos, al menos no por ahora. Aún no tengo muy claro que voy a hacer para alejarme de Juno, pero lo que sí sé es que debe ser lo más pronto posible ya que no quiero seguir en esa mentira.

En qué piensas amor.

La voz de Haru me sacó de mis pensamientos.

Eh nada, bueno es que no quiero dejarte. Respondí y besé su frente.

Lo sé cariño, yo siento lo mismo pero tenemos que irnos, además si hemos soportado tanto tiempo nada nos cuesta esperar un poco más para poder estar juntos. Afirmó levantándose de la cama y comenzó a vestirse.

Si tienes razón. Dije en voz baja he hice lo mismo.

Ya afuera del hotel me quedé inmóvil y sujete su mano muy fuerte.

Qué pasa amor.

No quiero separarme de ti, no sé porqué pero tengo un mal presentimiento... siento que si te dejo ir no volveré a verte. Susurre angustiado.

Ella me miró y tomó mis manos.

Esos son sólo tus nervios, por favor Legoshi no te preocupes lo peor ya pasó verás que pronto seremos libres para amarnos y ya nadie nos va a separar, por favor confía en mi y no te preocupes.

Mientras hablaba su mirada estaba llena de alegría y esperanza algo que hacía tiempo ya no veía en sus ojos, esa expresión y el calor de sus manos hicieron que mis adentros se tranquilizaran.

Si tienes razón tal vez sólo soy yo.

Una vez en el parque llegó el momento de la despedida y cerca de la salida sin importarme los demás la estreche entre mis brazos y finalmente la besé hasta que la falta de oxígeno nos hizo separarnos.

Te voy a extrañar amor, dime cuándo nos veremos otra vez. Dije impaciente.

Bueno mi vida qué te parece la próxima semana, el mismo día a la misma hora. Sugirió y volvió a besarme.

Me parece perfecto, hasta entonces, te amo. Dije soltandola.

También te amo. Respondió y se fue.

El camino de regreso a Cherryton me pareció tan diferente, tan acogedor y esa sensación no se fue ni siquiera en mi dormitorio.

Al fin llegas, no crees que tardaste demasiado.

Esas palabras me hicieron saltar de la impresión cuando entré al dormitorio.

Por Dios Jack, casi me da un infarto. Afirmé en voz baja.

Lo siento Legoshi, pero eso de cubrirte resultado más complicado de lo que imaginaba, todo mundo Preguntó por ti los maestros, los del club de teatro, los demás caninos con los que tenías un compromiso y por si fuera poco no pude quitarme de encima a Juno que prácticamente me acosó toda la tarde para que le dijera dónde estabas. Lo cual por cierto debes agradecerme, pues no le dije nada... ¡esa loba es insoportable!.

Lo sé, lo sé... dije y le di unas palmadas de Consuelo en la espalda.

Gracias hermano eres el mejor, te debo una... bueno tal vez dos. Afirmé.

Oh no Legoshi, no pongas esa cara no lo haré.

Por favor Jack sólo un día la próxima semana si por favor.

Lo voy a pensar Legoshi, ahora por favor quita tu expresión de cachorro y cuéntame cómo está Haru y qué tal te fue, creo que eso no hará falta se ve que la pasaron muy bien eh... dicho eso me dio un codazo y vi su expresión pícara.

Bueno... sí... digamos que ya hacía falta jaja. Respondí apenado.

Al día siguiente no sé porque pero todo parecía diferente, las clases fueron más ágiles de lo usual, todos me parecía que estaban relajados y el tiempo pasó muy rápido.

Incluso mi relación con Juno cambió, poco a poco nos llevamos como simples compañeros, dejó de ser posesiva y empalagosa eso era algo muy bueno.

Por fin llegó el día para encontrarme otra vez con Haru y no supe como pase de la mañana a la tarde lo único que me importaba era ella.

Como pude escapé del ensayo de teatro sin que nadie lo notará y corrí hasta el parque, esta vez no la haría esperar.

Después de recuperar el aliento la busqué pero aún no llegaba eso quiere decir que llegué muy pronto.

Ya hacía media hora que estaba esperando y no aparecía por ningún lado, de pronto esa sensación de angustia regreso a mi y sentí una opresión en el corazón.

Vamos Legoshi, no seas exagerado tal vez esta ocupada o tuvo algún imprevisto y llegará tarde. Dije en voz alta para calmarme.

Así pasaron otros cuarenta minutos y ella no llegó, así que decidí regresar a Cherryton.

Mañana iré de nuevo al parque seguro que aparecerá para darme una explicación y comprobar que estoy exagerando. Pensé en el camino.

Cuando llegué al colegio las luces aún estaban encendidas y algunos estudiantes recorrían los pasillos.

Decidí ir por algo a la cafetería para cenar y calmar mis nervios, por suerte llegué justo a tiempo antes de que cerraran.

Tomé la taza de café caliente y me senté en una mesa, la cafetería vacía se veía inmensa y algo tétrica.

Demonios porqué no le pedí su teléfono para poder comunicarme con ella, sabía que debía hacerle caso a ese mal presentimiento. Me reclamaba en mis adentros.

¡Maldición, lo sabía!. Exclame molesto y golpeé la mesa.

Te sientes mal ¿qué tienes?.

Eh, Juno qué haces aquí. Dije mientras se sentaba a mi lado.

Bueno vine por un te para los mareos y noté que estabas aquí, pareces preocupado quieres que te haga compañía. Preguntó poniendo su mano en mi hombro y se acercó.

Esta bien no te preocupes quiero estar sólo. Dije sin mirarla.

Ella se levantó y me dio la espalda.

Ya veo que de nada ha servido todo este tiempo, darte mi amor, mi comprensión y ni siquiera ser la madre de tus cachorros, tu sigues despreciando me.

Sabés yo pude hacer lo mismo que esa inútil coneja, pude abortar en cuanto supe que estaba embarazada, pero no lo hice decidí seguir con esto y todo porque te amo, pero aún así no te importó.

En vez de estar conmigo prefieres irte a coger con esa cualquiera y aún cuando no la vez sigues obsesionado con ella mientras que yo estoy aquí junto a ti y no te importa. Exclamó furiosa demasiado rápido y me dejó muy confundido.

¿Qué?, cómo sabés que estuve con ella. Cuestioné.

Por favor Legoshi hace días que apestas a esa maldita coneja, es obvio que tuvieron sexo. Gritó.

Bueno pero ahora eso ya no importa, no te preocupes te perdono, finalmente eres el padre de mis cachorros y sé que estarás siempre con nosotros... Afirmó con una voz muy dulce y volteó a verme mostrando una expresión muy tranquila.

Ese cambio de personalidad tan drástico era algo terrorífico parecía otra.

Juno por favor tranquilízate, le puede hacer daño a los cachorros, mira siempre te respetaré como la madre de mis hijos, pero tu bien sabes que no te amo porque el amor de mi vida es Haru.

Si Legoshi lo sé, pero eso ahora ya no importa porque aunque la ames jamás la volverás a ver. Aseguró y su voz se escuchó totalmente desquiciada.

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