FRACCIÓN 15

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¡Qué,  embarazada!. Exclame muy impresionada sin entender muy bien todo lo que acababa de pasar.

Por favor calmese y escuche. Pidió el doctor mientras yo estaba al borde del llanto.

Sí supuse que usted no se había dado cuenta, esto pasó por dos razones la primera me imagino que en estos días usted realizó actividades que implican mucho esfuerzo, así que su endometrio se desprendió junto con los embriones y la segunda esos embriones eran demasiado grandes para que su útero los soportará y el dolor que sintió es consecuencia de todo esto. Explicó

Si entiendo y ¿cuántos eran?.

¿Qué?

¿Cuántos cachorros perdí?. Pregunté ya sin aguantar las lágrimas.

Bueno pues eran seis embriones, pero como médico le puedo asegurar que es mejor que los haya perdido ya que debe saber que esos no eran embriones normales de conejos y lo más seguro serían cachorros deformes.

Esas palabras se clavaron en mis adentros como una daga. DEFORMES.

Por ahora lo más importante es que guarde reposo y se cuide mucho y le repito que los perdiera fue lo mejor. Dicho eso el doctor dio la vuelta y salió.

Ahí estaba yo sola de nuevo y con un gran vacío en mi interior, me sentí como si estuviera soñando y todo esto lo viviera una versión ajena de mi, por más que lo intente no asimile el suceso y me mantuve distante.

Tiempo después llegó una enfermera a darme comida y yo comí por puro mecanismo y no dije nada en absoluto.

Inmediatamente que la enfermera salió, Natsu entró a verme.

¿Cómo estas amiga? ¿cómo te sientes?. Dijo parándose frente a mi.

Bueno yo...

No te preocupes por explicarme ya lo hizo el doctor, sólo quiero saber como lo tomaste. Dijo en tono serio.

Pues creo que estoy tan bien como es posible en esta situación ya que fueron dos noticias catastróficas en el mismo día. Respondí con el rostro abajo.

Si lo entiendo, no te preocupes Haru te ayudaré en todo lo que pueda dime quieres que llame a alguien, tu familia o tal vez a... Legoshi. Cuestionó.

No gracias, no quiero que nadie se entere y mucho menos Legoshi. Afirmé

Sin más Natsu se quedó en silencio y me acompañó durante toda la noche.

Por la mañana muy temprano volvió el doctor a examinar examinarme.

Bueno parace que todo esta bien ya se encuentra fuera de peligro, así que hoy mismo será dada de alta. Aseguró y se retiró.

Poco después llegó la enfermera con mi desayuno, durante ese tiempo Natsu solo me miraba atentamente en silencio.

Cerca del medio día mi alta estaba lista así que al fin pude abandonar el hospital, me llevaron hasta la puerta en una silla de ruedas y se ahí hasta la camioneta Natsu me ayudó.

Todo el camino a la granja ambas permanecimos en silencio absoluto, al llegar otra vez me ayudó con mucho cuidado hasta llegar a la habitación para recostarme cuando al fin estuve acomodada mi amiga se sentó en la orilla de la cama me miró fijamente y dijo.

Si sabés que Legoshi tiene derecho a saberlo ya que no puedes ocultarle algo tan importante.

Sí lo sé, pero tú no sabes el daño que esa noticia podría causarte y no quiero romper su corazón. Afirmé mientras unas lágrimas recorrían mis mejillas.

Bueno Haru no lo sé exactamente, pero imagino que el mismo daño que te causó a ti, el es el padre de esos cachorros y si se lo ocultas eso puede traerles graves problemas como pareja, él creerá que no te importa y por eso le mentiste.

¡Es que no le voy a mentir!. Grite.

Pero le vas a ocultar la verdad y eso va a herirlo mucho más, es mejor que se lo cuentes y aunque sufra será un dolor que los dos curaran como pareja y eso los fortalecerá porque es una muestra de confianza, cariño y amor. Finalizó.

Desde que la conozco nunca había oído a mi amiga hablar con tanta convicción y seguridad, pero aún así sus palabras no hicieron eco en mi, pues mi sufrimiento no las dejo entrar.

Lo siento Natsu, pero mi decisión está tomada, Legoshi jamás se enterará de esto pues ni tu no yo le diremos nada y esa es mi última palabra.

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