Contrario a lo que yo esperaba, Natsu reaccionó muy bien al saber que Legoshi era un lobo, aunque la noticia sí le impresionó.
Desde que lo supo no hubo día que no lo sacara a tema de conversación para saber más cosas sobre él, nuestra relación y como nos ha ido en la intimidad.
Esa había sido una semana un poco extraña, pero bastante buena, al fin me sentía despreocupada, feliz y libre sin ningún tipo de presiones ya que podía ser yo misma con mi amiga.
A parte de nuestras conversaciones también nos habíamos dedicado a trabajar y atender la granja, así como ir a correr por el campo, pasear tranquilamente y como hoy venir a nadar un rato al lago.
Cuando al fin regresamos a casa de Natsu nos duchamos y cenamos, en cuanto terminamos sonó mi celular obviamente era Legoshi así que fui a mi habitación para hablar con él.
Hola amor que alegría escucharte, cómo estuvo tu día. Respondí.
Hola mi vida muy bien, un poco ocupado pero divertido, ayudamos un rato a Bruce en el taller y cenamos en un restaurante y tú.
Que bueno, si que estás aprovechando el tiempo, también tuvimos mucho que hacer aún así lo estoy disfrutando mucho, es una buena experiencia, pero sería mejor si estuvieras aquí. Dije con voz sugerente.
Si yo pienso igual, pero hay que ser pacientes. Respondió el un poco nervioso.
Si tendré paciencia amor y en cuanto nos veamos vamos a recuperar el tiempo perdido. Respondí
Luego de mi llamada con Legoshi me fui a dormir pues me sentía muy cansada, pero al poco rato de conciliar el sueño desperté inquieta tenía un malestar que no lograba identificar además de un mal presentimiento como si algo malo fuera a pasar.
No sé cuánto tiempo estuve despierta, ni en que momento me quedé dormida. Ya por la mañana desperté sólo porque Natsu ya estaba sentada en mi cama insistiendo para que me levantara y fuera con ella a correr.
Sin más abrí los ojos y sentí los párpados pesados como piedras, al moverme para levantarme de nuevo apareció ese malestar en todo el cuerpo pero intenté ignorarlo así que me levanté y me dirigí al baño.
Cinco pasos después una punzada gigantesca me recorrió todo el cuerpo, me doble de dolor y solté un grito agudo.
Haru qué pasa, qué tienes. Dijo Natsu angustiada acercándose a mi.
No sé me duele mucho. Respondí sin poder enderezarme.
No te preocupes ahora mismo vamos a buscar al doctor. Dicho esto como pudo me ayudó a caminar y subir a la camioneta ambas con pijama.
En todo el camino yo no podía parar de retorcerme y gritar por el dolor que se hacía más fuerte, de pronto la camioneta se detuvo y Natsu bajó apresurada, minutos después se abrió la puerta y alguien me tomo en brazos y me sacó de la camioneta, pero no pude ver con claridad quién era ya que el dolor me segaba.
Cuando al fin pude tomar conciencia de mi alrededor gracias a que el dolor había disminuido estaba sola, recostada en una habitación con luz tenue, el tiempo pasó y nadie entró. No sé cuánto pasó exactamente ya que de pronto me quedé dormida nuevamente.
Cuando abrí los ojos otra vez estaba en la misma habitación, pero esta vez la luz era intensa, al moverme lentamente en la cama sentí todo mi cuerpo agotado y más extraño que antes.
De pronto un ruido me hizo mirar hacia la puerta, ahí pude ver al doctor que era una cebra.
Que bueno que ya recobró el conocimiento eso quiere decir que todo resultó bien. Dijo acercándose.
A qué se refiere que salió bien, qué me hicieron, qué fue lo que me pasó para sentir ese dolor tan horrible. Cuestioné preocupada pues no entendía nada.
Bueno esto va a ser un poco duro pero es mejor que lo sepa así que le pido por favor que escuche con atención y mantenga la calma. Dijo el doctor en un tono bastante serio.
Bueno para empezar tuvimos que practicarle un legrado porque ya venía muy mal debido a...
Qué es eso de legrado.
Bueno es una limpieza a su útero ya que ese dolor tan intenso era debido a que usted está... estaba embarazada.
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Instintos Salvajes
FanfictionCuando al fin Haru y yo logramos dejar de lado los complejos que nos impedían estar juntos como pareja descubrimos que la pasión entre nosotros era muy fuerte y nos hacía conocer otras partes de nuestra personalidad y sentirnos plenos. Sin embargo...