Desde que Haru me dio la mejor noticia de mi vida muchas cosas habían cambiado, tuve que ingeniármelas para conseguir un trabajo y comenzar a ahorrar, pues tenía tres cachorros que mantener y no sé cuántos más en camino y para mi suerte Gohin aceptó contratarme como su asistente.
Por las mañanas iba a clases y por las tardes me dedicaba a trabajar, era algo pesado, pero afortunadamente Jack me ayudaba con las tareas.
Haru seguía en la universidad y también consiguió un empleo de medio tiempo.
Aparentemente su embarazo iba muy bien, pero para estar seguros en cuanto me dio la noticia fuimos a que la revisará el ginecólogo y afortunadamente nos confirmó que todo iba bien y le recetó algunas vitaminas.
Tres semanas más tarde recibí la notificación por parte del juzgado de que "me otorgaban la patria potestad de mis cachorros", así que al fin pude llevarlos a vivir conmigo y Haru al apartamento que rentabamos entre los dos.
El tener a los cachorros con nosotros implicó aún más cambios, ahora Haru sólo estudiaba por las tardes para que en la mañana cuidara de ellos y por la tarde lo hacía yo.
Este ritmo de vida tan acelerado nos tenía bastante cansados, pero a pesar de eso el tiempo avanzó rápido, tal vez demasiado para mi gusto.
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Una noche, que por cierto nos habíamos dormido ya pasadas las doce, gracias a que las pequeñas no podían dormir a diferencia de su hermano, todo cambió de nuevo.Yo estaba tan cansado que en cuanto toqué la almohada caí profundamente dormido y Haru ya descansaba a mi lado desde hace unos minutos.
El resto de la noche pasó en completa calma, la mañana siguiente era sábado así que podíamos levantarnos un poco más tarde y quedarnos en casa menos presionados a cuidar de los bebés.
Cuando desperté los cachorros estaban llorando hambrientos y al parecer Haru ya se había levantado a preparar sus biberones, así que decidí alcanzarla en la cocina para ayudarle.
Al entrar la vi quieta recargada a la barra, así que me acerqué, me arrodillé y la abracé por la espalda.
Buenos días amor. Susurre y la besé, pero ella sólo se encogió entre mis brazos y no respondió.
Inmediatamente la solté y la giré hacia mi. ¿qué pasa cielo te sientes bien?. Cuestioné mirando la expresión de dolor en su rostro.
Calma Legoshi no te preocupes, no es nada sólo un pequeño dolor, pero estoy bien seguramente es porque los cachorros se están moviendo mucho. Respondió, respiró profundo y me devolvió el beso.
¿segura?, creo que deberíamos ir al médico para estar seguros. Sugerí algo angustiado.
No hace falta amor de verdad estoy bien, ahora vamos con los cachorros que deben estar muy hambrientos. Afirmó y tomó los biberones.
Esta bien si tu lo dices. Respondí no muy convencido.
Minutos después estábamos en la habitación alimentando a los pequeños y Haru se veía muy tranquila, así que mi preocupación se fue.
Después del desayuno les dimos un baño y calleron profundamente dormidos, así que nosotros aprovechamos para ducharnos y comer algo.
En estos momentos lo que menos quería era dejarla sola, pero había acordado encontrarme con Jack para ponerme al corriente con el proyecto que debíamos entregar la próxima semana y que por cierto el ya casi lo terminaba entonces no podía seguir abusando de mi amigo.
Haru me voy, cualquier cosa estoy al pendiente del celular no dudes en llamarme. Dije tomando una chaqueta y yendo a la puerta.
¡Aaaay! ¡aaay!. Se escucharon dos gritos desgarradores seguidos de un golpe seco.
Inmediatamente corrí en busca de Haru, la encontré en el suelo al final de la escalera encogida y gritando de dolor.
Rápidamente la tomé entre mis brazos.
¡Legoshi me duele, duele mucho!. Exclamó retorciéndose de dolor.
Era urgente ir al hospital, pero no podíamos irnos y dejar solos a los cachorros, así que puse Haru en el sillón con mucho cuidado y llamé a Jack para que viniera a cuidarlos mientras íbamos al hospital.
Sin dudar mi amigo aceptó y cinco minutos después ya estaba en el departamento.
Así que salimos directamente al hospital en un taxi.
El camino me pareció eterno mientras escuchaba a Haru gritar y cada vez se quejaba más por el dolor.
Finalmente llegamos a la sala de urgencias y al ver la condición de Haru y su sufrimiento no dudaron en atenderla.
Momentos después me encontraba en espera fuera de la sala de partos, pues aunque a Haru aún le faltaban dos meses para concluir el embarazo y dar a luz que causa de la caída se le adelantó el parto, sólo espero que ella y los cachorros estén bien.
No sé exactamente cuántas horas estuve sentado en esa sala de espera hasta que el doctor salió a hablar conmigo.
Por favor ya no se preocupe, todo esta muy bien, ella está algo agotada pero se recuperará pronto y los cachorros tendrán que pasar unos días en la incubadora para ganar algo de peso pero estarán listos para irse a casa en poco tiempo. Finalizó.
Que bueno me alegra, muchas gracias doctor y dígame los cachorros... ¿qué son?. Pregunté curioso.
Bueno eso tendrá que verlo usted mismo.
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Después de un mes finalmente pudimos llevar a los cachorros con nosotros al departamento, aunque no sería por mucho tiempo ya que estábamos buscando un lugar más grande para vivir ya que ahora seríamos ocho y Legoshi, trataba de disimular pero estaba emocionado y preocupado a la vez.Luego del parto finalmente conocimos a nuestra camada de cachorros, eran tres dos machos y una hembra, la pequeña era muy parecida a mi, mientras que sus hermanos eran dos conejos grises bastante grandes y al parecer los tres eran conejos sin ningún rastro aparente de lobo gris a excepción del tamaño pues eran muy grandes en comparación de otros conejos de su edad.
Ya con seis cachorros en casa y el pago de nuestro nuevo hogar los gastos aumentaron significativamente, así que Legoshi tomó la difícil decisión de dejar la escuela para dedicarse a trabajar de tiempo completo, mientras yo seguí con la universidad a distancia para poder estar al pendiente de los niños.
Esta era una vida algo complicada, pero satisfactoria a pesar de no ser una familia "Normal" como decían todos, por lo cual ya estábamos acostumbrados a las miradas de extrañeza cuando salíamos a pasear todos juntos.
Conforme los cachorros van creciendo son más concientes de sus diferencias, pero Legoshi y yo hacemos todo porque se vean como hermanos y se lleven bien, eso sí sin olvidar la naturaleza de cada uno ya que los pequeños lobos conocen a Juno y saben que es su madre hasta la visitan de vez en cuando, finalmente es su derecho.
Sin embargo los seis me llaman mamá y me tienen el mismo cariño que a su padre y yo los quiero a todos como si fueran mis hijos, pues ellos no tienen la culpa de nada y son pequeños dulces e inocentes.
Este ha sido un camino muy largo para nosotros y ambos estamos concientes de lo que pasamos para llegar aquí, sin embargo tenemos claro que este apenas es el principio de una vida llena de retos y que tenemos que ver por nuestro bienestar y el de nuestros hijos es por eso que no nos vamos a dar por vencidos y juntos afrontaremos todo lo que venga.
FIN
GRACIAS POR LEER ESTA HISTORIA
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Instintos Salvajes
Fiksi PenggemarCuando al fin Haru y yo logramos dejar de lado los complejos que nos impedían estar juntos como pareja descubrimos que la pasión entre nosotros era muy fuerte y nos hacía conocer otras partes de nuestra personalidad y sentirnos plenos. Sin embargo...