FRACCIÓN 41

315 23 15
                                    

Como todos sabemos no hay día que no llegue o plazo que no se cumpla y desde el rescate de Haru y la detención de Juno ya habían pasado tres meses así que por fin sucedió lo inevitable.

Había sido una mañana muy tranquila en el colegio y era hora del almuerzo, ya en la cafetería recibí una llamada.

Hablaron desde el centro de detención para avisarme que Juno había dado a luz esta mañana y podía ir a conocer a mis cachorros, debo decir que la noticia me sorprendió mucho, pero decidí esperar a que terminaran las clases para ir.

Luego llamé inmediatamente a Haru para darle la noticia y pedirle que me acompañara, misma petición que le hice a Jack y con gusto aceptó.

Eran ya cerca de las cuatro de la tarde cuando los tres llegamos al reclusorio y luego de veinte minutos nos permitieron la entrada y nos guiaron hasta el área dónde tenían a los recién nacidos.

Un gran cristal era el que nos separaba de los cuneros y sólo podíamos ver a varios cachorros muy pequeños envueltos en mantas durmiendo tranquilamente.

Una enfermera salió y se acercó.

Así que usted es el padre de los cachorros de lobo verdad.

Si soy yo dígame cuáles son mis cachorros. Cuestioné emocionado.

Por favor tomen asiento en un momento los traigo para que los conozcan.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Yo estaba completamente nerviosa, pero obviamente no iba a arruinar el momento de Legoshi ya que él si estaba muy emocionado por conocer a sus cachorros y era algo normal así que yo debía tomar todo con calma.

La puerta de los cuneros se abrió de nuevo y la enfermera salió empujando tres pequeñas cunas.

Aquí están ellos son sus hijos. Dijo la enfermera haciéndose a un lado.

Entonces pudimos ver dos pequeños bultos envueltos en mantas de color rosa y otro en manta color azul.

Así que son dos hembras. Afirmó Jack.

Sí y un macho. Respondió Legoshi acercándose para tomar al pequeño entre sus brazos.

Yo no pude más con la curiosidad y miré de cerca y detenidamente a las otras dos bebés.

Al darse cuenta de nuestra presencia los tres abrieron sus ojos lentamente.

Todos los cachorros tenían los enormes ojos de Juno, incluso una de las hembras, la más pequeña era idéntica a ella en todo sentido, la otra tenía el pelaje de su padre y la cara de su madre y finalmente el pequeño que mi amado cargaba era su viva imagen, tenía la misma expresión de tranquilidad que él, su mirada era muy limpia, era completamente tierno y adorable.

Se parece a ti. Dije tocando el rostro del cachorro cuando Legoshi se sentó a mi lado.

Así parece. Respondió mi lobo algo sonrrojado.

Claro que sí, amigo me recuerda mucho a ti cuando eras cachorro, mira nada más esa mirada tan inocente. Afirmó Jack con algo de nostalgia.

Bueno creo que tienen razón. Finalmente Afirmó.

Entonces no se diga más hermano, este cachorro será el pequeño Legoshi. Sugirió Jack.

Sí es buena idea. Asentí y Legoshi hizo lo mismo.

Legoshi puso en mis brazos al cachorro, se levantó y cargó a las dos pequeñas. En ese momento mis nervios se fueron y sentí una inmensa ternura al tenerlo entre mis brazos.

Bueno creo que también hay que escogerles un nombre. Dijo mirándolas tiernamente.

Ya haz pensado en algo. Cuestioné.

Si una se llamará Lino como mi madre y... bueno aún no se me ocurre otro nombre, tu que opinas amor cuál nombre le queda a esta niña tan linda. Dijo mirándome y descubriendo un poco el rostro de la que se parecía a él.

Bueno, se ve que es muy linda que te parece Amai para que sea una niña linda y dulce como su papá. Sugerí.

Suena bien yo estoy de acuerdo. Afirmó el labrador.

Bueno pequeños ya todos tienen su nombre, es hora de volver con los demás. Dijo la enfermera antes de pedir que los pusiéramos de nuevo en los cuneros.

En cada cunero pegó una pequeña etiqueta con el nombre del cachorro y desde el gran cristal podíamos apreciar perfectamente "Legoshi, Lino y Amai".

Luego de ese lindo momento regresamos a los pasillos principales del reclusorio, ahí Legoshi se puso muy serio y nos pidió que lo esperaramos afuera, si bien nos extraño su actitud Jack y yo obedecimos.

Minutos después él nos alcanzó en la salida, pero seguía algo serio y pensativo.

Haru te acompaño al departamento, Jack nos vemos más tarde en el colegio. Dijo llegando a la parada del autobús.

Ahí nos despedimos de Jack y abordamos el transporte, sin embargo el camino fue muy largo pues mi lobo no dijo palabra alguna.

Quieres por favor decirme lo que te pasa, no soporto que estés así. Solté en cuanto entramos al departamento.

Pero él no respondió y me jaló hasta el sillón.

Haru amor, lo siento tengo que decirte algo. Dijo algo preocupado.

Muy bien habla.

Antes de salir fui a hablar con Juno y le dije que yo... bueno le aseguré que voy a pedir la custodia de los cachorros para que se queden conmigo, yo... espero que esta noticia no te moleste cariño. Finalizó tomando mi mano y mirándome a los ojos.

¿Qué?... claro que no me molesta amor yo estoy de acuerdo con tu decisión, finalmente son tus hijos y tienes que ver por ellos, además yo te apoyaré en todo para cuidarlos. Aseguré demostrando así cuanto lo amo.

Legoshi yo estoy segura que criar una camada de cachorros no es nada fácil pero te prometo que pondré todo mi esfuerzo, porque bueno con todo esto será una labor titánica, pero estoy segura que podremos.

Gracias Haru, gracias por tu apoyo te amo eres...

Legoshi cariño, tengo algo importante que decirte.

Lo que sea dime.

Legoshi, nosotros seremos padres.

Si lo sé y valoro mucho que aceptes a esos cachorros como si fueran tuyos...

Legoshi amor... estoy EMBARAZADA. Solté.

Y pude ver la cara de felicidad de mi amado antes de desmayarse y caer en el sillón.

Instintos Salvajes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora