Nubes [México x Canadá]

9.

—¡Ame! ¡Ame!

Vieron entrar al canadiense con apuro, una sonrisa amplia y con el ánimo de un niño.

Era lindo.

Todos aceptaban que a veces Canadá era muy lindo.

—Dime, sweetie.

—Aprendí a hacer algo con mi lengua.

—¿Con tu... qué?

—Un truco maravilloso.

—Pues ahora tengo curiosidad.

USA escuchó la explicación breve y después vio a Canadá mostrarle un pedacito de cuerda un poco gruesa. No entendió bien el asunto hasta Canadá metió la cuerdita a su boca y después de muchas muecas graciosas, le mostró el truco.

—Oh my god.

En la lengua de su hermano posaba la cuerda envuelva en un perfecto nudo.

—¿Cómo? ... ¿Cómo carajos hiciste eso? ¿Dónde lo aprendiste?

—Intedned.

Canadá empezó a reírse y USA a hacer decenas de preguntas. Ninguno entendió la importante situación que había ahí, con los testigos.

Porque con esa lengua.

—Debe hacer maravillas, parce.

—Imagínate las maravillosas mamad...

—Boludo, ¿a dónde vas?

—A conquistar a mi crush —México caminaba decidido—, para protegerlo de ustedes, bola de cabrones cochinos.

Todos lo miraron mal, porque de entre todos ellos, el mexicano era el menos indicado para tirar la primera piedra.

—El maplecito va a ser el amor de mi vida.