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—Eres un chamaco pendejo.

—Sólo me sé divertir.

México reía a viva voz por la anécdota de su hijastro, porque armaron plática mientras esperaban a Canadá. Aceptaba que Hub tenía historias dignas de contar.

Todo fue bien.

Fue como otras veces, una bienvenida agitada y llena de abrazos y besos, preguntas y planes para del día.

O Así debió ser.

Pero Canadá se detuvo en seco cuando descubrió el secreto, y su rostro cambió de felicidad a enojo.

—Hub... sabes que no me vas a engañar.

—Mami sexy, no pasa nada —sonrió antes de encogerse sutilmente de hombros.

—PornHub... —la seriedad de Canadá incluso alertó a México—, vas a decirme qué pasó.

Porque cuando Canadá abrazó a su hijito, claramente notó como éste se encogía suavecito, como si le doliera algo, y fue peor cuando le apretó un poco el brazo. Lo vio hacer una mueca clara.

—¿Me perdí de algo?

México se confundió más cuando el siempre confiable y alegre Hub se volvió un niño asustado que se refugió en brazos de su "mamá".

Y se confundió aún más cuando su maplecito le pidió que cuidara del chamaco mientras él daba una vuelta.

De un momento a otro, las risas cambiaron por las lágrimas de aquel chiquillo.

No tuvo tiempo siquiera de reaccionar correctamente, porque entre sus brazos tenía a Hub a quien intentaba consolar, y a lo lejos se escuchó el portazo de Canadá.

—¿Me dices? Porque estoy muy preocupado.

—Alguien me atacó —respiró profundo y paró de llorar por la fuerza.

—¿Un novio tuyo?

—Qué más quisiera —Hub soltó una risita, pero también un sollozo—. Porque con eso puedo lidiar muy bien... Pero no.

—¿Entonces?

—Fue alguien con mucho poder —se agarró del brazo y volvió a sentir dolor.

—No pos... —sus manos le temblaron—. Sea quien sea, voy con mi maple pa' apoyarlo si se arman unos pinches chingadazos —despeinó a Hub—. Porque tampoco voy a dejar que toquen a mi hijastro.

—No es buena idea —intentó detenerlo.

—Vamos, Hub —lo empujó amablemente mientras tomaba las llaves del carro—. Tú me guías.

—Mami dijo que nos quedáramos aquí.

—No te hagas que también estás preocupado. Así que vamos. ¡Rápido! Ora —hizo una mueca—. Antes de que pase una desgracia.

Nubes [México x Canadá]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora