XI

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— ¿Así que eso es lo que pasa? — cuestionó Monzón luego de que el morocho desapareciera. — Ignacio me dijo que tenían problemas, pero no me especificó de qué tipo.

— Siempre que Ecko tiene alguna diferencia con Matías o Ignacio suele desquitarse con quiénes ellos aprecian. — contestó el más alto tomando asiento. — Puede ser demasiado caprichoso a veces. Ha llegado a darles serios problemas, hasta he pensado que Nacho es más maduro que él. — argumentó dando un suspiro.

— ¿Pero no deberíamos ir con él y tratar de calmarlo? — preguntó el ojiverde de nuevo. — Es que se veía bastante enojado.

Si no querés terminar igual o peor que yo, mejor dejalo tranqui. sugirió. — Si vamos nos va a agarrar de bolsa de boxeo, y creeme que pega duro. — continuó llevándose una de sus manos a donde el morocho le había pegado ayer.

Tiene que haber una forma de llegar a él. No puede ser tan antipático el salame. — soltó Lit. — Alguien debe caerle bien, ¿no?

Braian y Mel serían esos. — analizó el más alto. — A Braian ya lo conociste, Ignacio me contó que estaba con él en la fiesta donde se encontraron. Son amigos desde chicos, de cuando se mudó para acá. A Melisa la conocemos de la facu, estudia audiovisuales.

Ah, me acuerdo sí. El de ojos claros, ¿no? Estaba re mamado y no me dio mucha pelota. — dijo Monzón al recordar la fiesta. — Y a la Melisa esa creo que la saco, la vi con Igna en la facu. Es re bonita la piba, ¿le gusta a Ecko?

Uh no, no. Ni ahí. — rio Dam ante la pregunta, que lo tomó desprevenido. — Es como una hermana casi. ¿Igna te habló del tema de su sexualidad y eso?

Sólo que él es bi, Ecko es hetero y Mati es gay, y que por eso Ecko te odia. — respondió el peliblanco.

Sí, eso tiene sentido. Pero bueno, Ecko en sí es un hetero arromántico. — explicó el castaño, y rio ante la mirada confusa de Monzón. — Quiere decir que sexualmente se siente atraído por minas, pero no le interesan las relaciones amorosas y eso. Se conforma con la familia y las amistades, bueno, excepto con la mía.

Eso es por lo de Mati, ¿no? ¿Porque le gustas? — consultó con cautela el ojiverde, aunque se removió incómodo ante la expresión de pena del más alto.

Sí, es algo con lo que venimos lidiando hace mucho, la verdad. — confesó LaFuente. — Nos conocimos en cuarto año del secundario, cuando me cambié de colegio. En ese entonces Ignacio ya era el anfitrión y Ecko todavía no había aparecido como un alter.

¿O sea que eran tres nomás? ¿Igna, Mati y Nacho? — cuestionó nuevamente. — ¿Cómo apareció Ecko?

Es un tema delicado, te voy a contar pero evitalo con ellos. — suspiró el castaño. — Antes el Anfitrión era Matías, viste que él es muy introvertido y eso. A finales del primario lo acosaban una banda, siempre lo molestaban, porque una vez Nacho tomó el control en medio de un receso, y bueno te podrás imaginar..

Uh no me la conté, que hijos de puta. La re sufrió imagino. — susurró Lit, a lo que el otro asintió.

Y eso pasó por varios años, entonces Mati no aguantó más y terminó cediendo el puesto de Anfitrión a Ignacio. — continuó. — Un día, en sexto del secundario, volvió sólo a la casa porque yo tuve que quedarme a un recuperatorio, y dos pibes que lo acosaban lo siguieron. Cuando terminé salí para su casa como habíamos quedado, pero lo encontré temblando en un callejón, con sangre en las manos. — agregó, sorprendiéndose ante la cara de rabia del ojiverde.

Fragmentado - LitckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora