Fragmentado - Litcko

VI

— Bueno, como te dije, conviven cuatro personalidades. Técnicamente se les llaman alters, aunque ellos prefieren que no les digan así. — comenzó la rubia. — Cada uno tiene su nombre propio, y les molesta que les digan de otra manera.

— Eso explica por qué se puso mal Matías ayer. — soltó Monzón, a lo que Dam asintió. — ¿Y cómo me doy cuenta de con quién estoy hablando?

— Por actitudes, formas de hablar, etcétera. Te acostumbras con el tiempo. Aquellos que no saben sobre su condición generalmente no se dan cuenta. — respondió Natalia. — Pero Ignacio diseñó una forma sutil de hacerlo más fácil. Siempre lo vas a ver cargando con su mochila, en la que lleva cuatro cosas. Si anda con un buzo o remera negra que dice "Freestyle", es Ignacio. Si tiene un gorro y algunas cadenas de oro, es Ecko. Si se puso un buzo bordó, cortesía de Dami, es Matías. Y si está cargando con un osito de peluche, es Nacho.

— ¿Un osito de peluche? No me la conté. — cuestionó el teñido, notoriamente confundido.

— Sí, Nacho es lo que se conoce como alter Niño. Son personalidades que quedan "estancadas" en el tiempo. — explicó LaFuente simulando comillas con los dedos. — Tiene la mentalidad de un niño de siete años, así que tenés que tratarlo como tal.

— Exacto. Ignacio es lo que se conoce como el Anfitrión, es quien tiene el control la mayoría del tiempo y organiza a los otros tres. — continuó la rubia. — Además, es un Protector Principal, es decir, el alter que se encarga de proteger al Sistema.

— ¿Sistema? — consultó Mauro. — ¿Qué es eso? Les juro que literalmente siento mi cerebro derretirse.

— Sistema se le llama al "conjunto" de personalidades. Es como lo que identifica a la persona en sí, pero no a cada alter. — respondió. — Ellos decidieron nombrarse Golden Team.

— Creo que lo entiendo. ¿Y Mati y Ecko? — continuó con sus dudas.

— Mati es el alter Núcleo, es algo así como la personalidad "original". — dijo Natalia. — Pero entre muchas comillas. Ecko por otro lado es el alter Persecutor, que es algo más complejo.

— ¿Es violento? — cuestionó, preocupado por la escena que había presenciado. — ¿O es por otra cosa eso?

— Es.. de mal carácter. En sí, un Persecutor no es violento hacia el exterior, sino hacia el propio Sistema. Pero no es por ser malo, sino porque es su forma de proteger al Sistema. Igual, es muy protector también, siempre sale si los demás están en una situación complicada. — explicó la anciana.

— Eso fue lo que pasó recién. — agregó apenado Damián. — La escena puso muy mal a Matías y Ecko tomó el control para defenderlo. Y bueno, se fue de las manos.

— Pero cuando uno tiene el control, ¿los otros saben lo que está haciendo? — soltó el ojiverde. — ¿O cada uno tiene su memoria separada?

— Es entreverado eso. Igna y Ecko son co-conscientes, es decir, son espectadores siempre, aunque otro tenga el control. Nacho se entera un poco más tarde, es como si en lugar de verlo en el momento, se lo "cuentan" en su mente. — aclaró Natalia. — Mati por otro lado es el que más barreras amnésicas presenta. Aunque los demás pueden ver a través de él, generalmente no se entera de algo hasta que Ignacio se lo hace saber.

— Uff, es tanto para procesar. — bufó Lit, analizando demasiada información a la vez. — Voy a tener que ponerme a leer una bocha si quiero entender mejor esto.

— Sí, nosotros convivimos hace años con ellos, y aún no nos terminamos de acostumbrar del todo. Pero son nuestra familia, y como tal, hay que estar siempre para ellos. — confesó la rubia.

— Además, se portan bien. — agregó Rosa. — Ignacio se las arregló para que puedan convivir lo mejor posible. Él los convenció de ponerse a estudiar, le da su tiempo a cada uno para hacer lo que le guste y van a la terapeuta sin falta.

— ¿Qué cosas les gustan? — preguntó el teñido curioso. — Supongo que a Ecko le gusta el free, por lo que me enteré va seguido a la compe de la plaza. Ahí fue donde me lo crucé la semana pasada y me ignoró.

— Sí, Igna me contó sobre eso. — respondió Dam. — A él y Ecko les encanta el free, aunque solo Ecko se anima a competir. Igna lo disfruta de otra manera. A ambos, y a Nacho también, les encanta el taekwondo. Y Mati disfruta más de leer, escribir canciones y estar chill.

— Ay, sí. — sonrió Natalia. — El taekwondo fue de lo mejor. Los primeros años Ecko era muy difícil de manejar. Cuando empezaron a entrenar gastaba su energía en eso y mejoró su relación con Igna y Nacho. A tal punto que empezó a grabar sus prácticas para que Nacho las viera luego.

Mientras prestaba atención a todo lo que contaban, Mauro notó un extraño movimiento en el labio de la anciana. Parecía involuntario, lo que le trajo a la memoria lo sucedido el día anterior con Matías y su brazo.

— Eh, perdón, es que recién me acordé. ¿A Matías le pasa algo en el brazo? — cuestionó el ojiverde. — Ayer cuando nos encontramos el brazo izquierdo se le empezó a mover raro, como si tuviera un tic.

— Ah, sí. Eso es de mi parte. — sonrió Rosa, uniendo ambas manos. — Yo sufro de Tourette, y al parecer Mati también lo heredó. Lo extraño es que sólo él lo presenta, ni Ignacio, Ecko o Nacho lo tienen.

— ¿Turet? ¿Qué es eso? — consultó confundido.

— Tourette, se escribe. El Síndrome de Tourette es una afección neurológica que provoca espasmos involuntarios. — explicó Damián. — A veces los tics varían, puede ser en un brazo, en la cara o otras partes del cuerpo. A veces pueden salir como palabras o frases sin sentido. — continuó, ganándose una mirada curiosa de Mauro. — Sí, tuve que aprenderlo para poder explicarlo. A Mati le cuesta un montón hablar de eso. — confesó levemente sonrojado.

— Ah, creo que entiendo. Entonces, es algo que escapa a su control, ¿no? — agregó el teñido.

— Sí, encima que Mati es muy tímido, los tics hacen que llame la atención a veces, y eso lo pone peor. — explicó la rubia. — Así que por favor, si tiene algún episodio de muchos tics, llevalo a un lugar abierto y que no haya mucha gente, así se tranquiliza. Y no le preguntes, trata de tomarlos como algo normal, aunque parezca un tic nuevo. Que lo ignoren conscientemente le ayuda muchísimo.

— Sí, no hay problema. Tengo que estar preparado, por las dudas. — sonrió Monzón. — Lo bueno es que puedo tener cuatro amigos en uno, ¿no? — analizó, ganándose las carcajadas de los presentes. — Ay, ¿qué? ¿Fue muy boludo lo que dije? Perdón. — se arrepintió al instante.

— No te disculpes. Me alegra que lo estés tomando tan bien. Les es muy difícil hacer amigos. — confesó Natalia, quien luego observó la escalera y sonrió. Parado con una remera de Spiderman y un osito de peluche medio viejo se encontraba Spallatti mirándolo con curiosidad. — ¿Te vas a quedar ahí como una momia? — dijo, y su hijo se escondió detrás de una pared, apenas asomando la cabeza. — Vino un amigo de Ignacio a conocerte.

— Hola Nacho, ¿verdad? Soy Mauro compa, pero podés decirme Lit. — saludó con una sonrisa, que él chico devolvió mientras se aproximaba.