XVIII

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Casi dos semanas pasaron desde el incidente, y Mauro estaba insoportable. Spallatti lo evitó todo ese tiempo, no le contestaba los mensajes, y si lo veía en facultad se daba media vuelta, sin importarle quien lo estuviera acompañando. El ojiverde incluso fue a su casa para hablar con Natalia, quien le explicó que estaba demasiado conmocionado, y hasta que no se le pasara, era mejor dejarlo tranquilo.

Al menos Damián y Melisa sí le hablaban, su amistad había mejorado bastante. Le contaron que Ignacio la estaba pasando mal por haber perdido el control y le prohibió a todo el Golden Team hacer contacto con el ojiverde. También que desde el incidente Ecko no volvió a tomar el frente, no sabían nada de él y Matías era quien estaba en control la mayoría del tiempo.

Por otro lado, las cosas con Londra aún seguían algo tensas. Monzón y Moreno le explicaron, lo más pacientemente posible, todo sobre la condición del morocho. Le hablaron sobre cada uno de los alters, de que lo que implicaba el trastorno. Aún así, el ojiazul era demasiado obstinado como para aceptarlo y ya, incluso poniendo en duda la veracidad de lo que le pasaba a Spallatti.

Esa fue la primera vez que Mauro vio a Rocío y Paulo pelear tan fuerte, y se sintió horrible. Sus bardos habían generado más problemas entre sus mejores amigos, se arrepintió de presentarles al morocho, nunca debió hacerlo. Moreno intentó tranquilizarlo, diciéndole que fue una disputa y ya, que amaba al cabeza dura de su novio, pero que tenía que abrirle los ojos.

Londra pasó unos días en el apartamento de Monzón hasta que se disculpó con la castaña y el teñido. Aún así, aún no quería que éste se acercara a Spallatti. Mauro incluso llamó a Maia, le explicó la situación y ésta le contó que el ojinegro se lo había dicho, y que estaban tratando de solucionarlo en las consultas. Mónaco incluso le planteó a Lit que asistiera a una, cuando ella lograra convencer a Ignacio, que se mostraba demasiado reacio.

El morocho por su lado la estaba pasando muy mal también. Se responsabilizaba de permitir que Ecko lastimara a Lit, el pibe que había llegado a darle un giro a su vida. Ignacio se la pasaba casi todo el tiempo en el mundo interno del Golden Team, discutiendo con Ecko hasta el cansancio, y esto provocaba que Matías o Nacho tuvieran el control. Igna no sabía cómo volver a mirar a los ojos a Monzón, el recuerdo de su pómulo lastimado y el labio cortado sólo le traía rabia, que terminaba en otra pelea con Ecko.

Maia, al igual que su familia y amigos, le recomendaba hablar con Mauro, que él entendería, pero Ignacio se negaba una y otra vez. Mónaco le dijo que no podría seguir negando la realidad de lo que pasó, terminaría por alejar al ojiverde, y ambos sabían que eso es lo último que querían. Hace unos días le contó también que Monzón la había llamado, preguntando por él, el teñido estaba preocupado por su bienestar.

Su terapeuta le recomendó que lo invitara a una consulta, al menos ella podría ayudarlo a tranquilizarse durante la charla, y ayudarlo de alguna manera. Obviamente, Ignacio se negó rotundamente, había lastimado a Monzón. ¿Encima obligarlo a asistir a una consulta? Nunca, y a pesar de las quejas internas de Matías y Nacho, volvió a prohibirles acercarse al ojiverde.

Pero en esta ocasión, por primera vez en mucho tiempo, uno no acataría la orden de Ignacio. Mauro estaba tirado en el sillón mirando Netflix sin ganas, hasta que el timbre sonó. Se levantó con toda la paja del mundo, no esperaba visitas y era muy improbable que fuera Paulo.

— ¿Sí? ¿Quién es? — cuestionó a través del comunicador del timbre.

¿M-Mau? — respondieron del otro lado, y Monzón se paralizó. — ¿Este es el apartamento de Mauro Monzón?

Ya bajo. — alcanzó a decir, justo antes de salir casi corriendo por la puerta. Bufó al ver el ascensor en el último piso y optó por las escaleras. Se arrepintió en el momento que llegó al vestíbulo, casi sin poder respirar. La falta de actividad física en serio le pasaba factura, se prometió salir a correr al menos una vez al día.

Fragmentado - LitckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora