Varios días más tarde, Mauro se removía somnoliento mientras despertaba, la luz se colaba entre algunas rendijas de la persiana, con el sol matutino brillando en lo alto. Tardó unos segundos en comprender sus alrededores, su colchón incómodo, la baja temperatura de su habitación, el calor que lo envolvía por la espalda y la extraña comodidad que éste le generaba.Se acurrucó un poco contra el morocho, sus piernas enredadas con las contrarias, el brazo ajeno que lo atrapaba por la cintura y la respiración en su nuca que le provocaba escalofríos. Se percató de un contacto diferente contra uno de sus glúteos, el miembro caliente de Spallatti se apoyaba contra él, aunque el mayor parecía dormido. Lit agradeció por lo bajo, aún sentía las piernas entumecidas luego de la noche anterior.
El ojiverde no podía quejarse, disfrutaba al máximo de Ignacio, pero ahora que se había abierto la canilla, parecía que pasaría mucho tiempo antes de que volviera a cerrarse, y realmente necesitaba un descanso. El aguante y apetito sexual del morocho lo había sorprendido, cuando finalizaron la última ronda de la noche, el mayor estaba como si nada, mientras que Monzón luchaba para regular su respiración, sin mencionar que apenas sentía las piernas.
El frío repentino en su espalda lo sacó de su ensimismamiento, Spallatti se había levantado y lo cubrió apenas con las sábanas. Volteó curioso porque ni siquiera le dijo algo al levantarse, disfrutando de la vista mientras el contrario revisaba su mochila. Parecía estar renegando con algo, Mauro no lograba comprender el repentino mal humor, hasta que le vino una idea.
— Cuando la música suena.. — soltó el peliblanco, atento a la reacción del más alto.
— El Golden rapea. — contestó seco el morocho mientras le dedicaba una mirada de pocos amigos.
— Uh, no me la conté. ¿Era de Ecko esa no? Ya me olvidé. — masculló el menor. — ¿Todo bien wachín? Perdón si te molestó esto.
— Ya fue, al menos no me manoseaste mientras dormía. — acotó Spallatti, hundiéndose de hombros.
— Má' vale que no compa, yo soy un tipo honorable, vo' sabé'. — bromeó Lit, haciendo que el contrario rodara los ojos. — Uh, dale ofendido Pit, no te pongá' la gorra.
— ¿No tenés que ir a laburar vos? — cuestionó, ignorando los comentarios del ojiverde, quien asintió. — Bueno, levantate dale porque tenemos que compartir la ducha que sino el agua caliente no alcanza. No lo voy a repetir, movete.
Acto seguido lanzó su ropa sobre la cama y agarró una toalla para dirigirse hacia el baño. Mauro no sabía qué hacer, necesitaba esa ducha, pero podría ser extremadamente incómodo con el morocho ahí, estarían demasiado apretados.
Dejó de darle demasiadas vueltas al asunto y agarró algo de ropa y su toalla antes de seguir al morocho. Spallatti abrió la ducha luego de mirarlo de reojo cuando el ojiverde colagaba su toalla, soltando un bufido por lo bajo cuando sintió a Ignacio aproximarse al frente. No se lo permitiría, hoy Ecko necesitaba estar concentrado para la tarde y el Anfitrión había prometido cederle el control.
Reguló la temperatura del agua antes de meterse, seguido por el peliblanco, que intentaba distraerse con los azulejos y manchas de humedad que se extendían por las paredes. Lit se sintió mal, el apartamento era demasiado humilde, por no decir que estaba en un pésimo estado, pero era todo lo que podía costear con su sueldo si quería seguir estudiando.
Mientras tanto, Ecko tenía una lucha interna con Ignacio, que básicamente le rogaba que le permitiera salir. Estaba poniéndose de mal humor, bastante había soportado bloqueándose toda la noche para no tener que presenciar los actos con el ojiverde. Observó a Monzón a sus espaldas, parecía más apagado de lo normal, algo que le llamó la atención.
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Fragmentado - Litcko
FanfictionSi quieren formar parte de mi vida, entonces tienen que aceptarlos a ellos también. - Colaboración con la mejor, @Okupa-09