Enamorada de un fantasma ( Justin Bieber & Tú)

Capítulo 28 Corre

Capítulo 28.   Corre

Narra _____

Giró su cabeza en mi dirección en cuanto oyó la puerta abrirse. Su mirada cambio radicalmente a una de desprecio y asco, yo simplemente la miraba esperando que hablara o mejor dicho, que saliera de allí o si no iba a sacarla yo de una patada.

-¿Que haces aquí?.-

- Vengo a ver a Justin.-

- No quiero que te acerques a él. - si tu supieras, tenia ganas de gritarle a la cara que se callara, que dejara de mentir  y que nos dejara en paz, pero obviamente eso no estaba en sus planes aunque lo del bebe tampoco era bueno, no me importaba que tuviera un hijo, lo quiero y es todo lo que importa.

- No vas a hacer que deje de ver a mi....mejor amigo.-

- Claro que lo haré.-

- No, no lo harás, porque no tienes ningún derecho sobre mi o algo por el estilo.-

- Ya lo veremos Smith,  ya lo veremos.- en un rápido movimiento agarró su bolso y se fue de allí con aire de superioridad no sin antes besar la mejilla de Justin en todas mis narices y echar su cabellera rubia hacia atrás con una mano. Maldita perra. Cerró la puerta de un portazo, busqué con mi mirada a ver si estaba por algún lado, lamentablemente sólo estaba su cuerpo postrado en una camilla, todo en silencio a excepción del constante pitido de la máquina que indicaba su pulso, las cortinas estaban levemente abiertas dejando entrar la poca luz que quedaba en la calle, se había echo tarde y ni siquiera me había dado cuenta,  fue por el tráfico.

Lentamente me acerqué a la camilla, cogí una silla y la arrastre hasta dejarla a un lado de él,  cerca. Con la mano temblorosa acaricie su pelo castaño o rubio, era una mezcla, tan suave como siempre, baje mi mano por su frente y mejilla donde paré dándole leves caricias con mi dedo pulgar. No pude contener las lágrimas que se iban acumulando en mis ojos, así que como nadie me veía deje que se deslizaran por mis mejillas sin pudor. Mire sus ojos cerrados, lo que daría para que los abriera al menos por un segundo para ver ese color miel o ese brillo que ambos tenían, esos ojos que te hipnotizaban o esas miradas que enamoraban a cualquier mujer, esos ojos que me enamoraron a mi. Mi mirada se paseo por todo su rostro, mirando cada detalla, esos lunares que tenia en la mejilla o en el cuello, de sus dulces labios que una vez me besaron y que desearía volver a probar. Eran como una adicción,  un veneno dulce, mi perdición.  Quité la mano de su mejilla para agarrar su mano y acariciarla mientras miraba a la nada lamentando haberlo tratado tan mal como lo hice, por no creerlo, por no confiar en él,  por pensar que él me haría daño. Un escalofrío recorrió mi espalda haciendo que me incorporara y mirara hacia todos los lados buscándolo, sabia que era él, me estaba mirando, lo sentía, sentía su presencia, y aun siendo un espíritu podía sentir su aroma envolviendome. Solo quería que se dejara ver, lo necesitaba. Pero nada cambiaba,  no se dejaba, aun sabiendo que lo notaba a mi lado.

- Por favor.- susurré.- Dejame verte.- dije con las lágrimas empapando mis mejillas, lamí mis labios nerviosa. Seguramente estaría horrible, mis ojos rojos, mis labios hinchados y todo mi maquillaje corrido. Y antes de que pudiera decir algo mas, sentí el vacío.  Esa sensación desapareció dejandome sola, Justin se había ido.

No sabia cuanto tiempo había estado en el hospital pero ya era de noche, solté su mano y fui hacia el cuarto de baño que tenia la habitación, me mire en el espejo, arregle como pude mi pelo, me lave la cara quitando cualquier rastro de maquillaje para después salir de allí. En ese momento unos toques en la puerta me hicieron girar para ver a una enfermera de unos treinta y tantos.

- Se ha acabado la hora de las visitas, a no ser que se vaya a quedar usted con él esta noche.-

- Claro.- dije con voz entrecortada.