Capítulo 22

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Narra Leela

Un maldito mes y medio encerrada en este lugar con esos malditos cazadores inyectandome oro y plata líquido todos los días para no poder tener comunicación con mí loba, vampira o hechicera, ya estaba cansada y demasiado débil, la última vez que me inyectaron fue ayer. Ahora estoy tirada en el suelo de la pequeña habitación en la que estoy desde que llegué, las cadenas y los guantes siguen en mis manos causandome quemaduras graves.

Escucho la puerta ser abierta por lo que abro mis ojos y me incorporo un poco, sin decir nada unos guardias se acercan y me sacan las cadenas de las muñecas y los guantes de hierro, me toman de los brazos y me levantan, me cuesta estabilizarme pero lo logro, me toman de los brazos y me los ponen en mí espalda para luego ponerme unas esposas de nada más y nada menos que de plata, me hacen caminar hacia la salida dónde me esperan dos guardias más, uno me pone una venda en los ojos y luego me hacen caminar guiandome, siento como me sacan de la casa y soy subida a una camioneta.

Minutos después la camioneta se para, abren la puerta que está a un lado mío y me bajan, me sacan las esposas y luego la venda, abro mis ojos encontrándome con la entrada del bosque que da a mí territorio, miro un poco extrañada a uno de los cazadores que me tiene secuestrada, el cual se que se llama Eros, debe tener mí edad, este me toma del brazo con fuerza y comienza a caminar hacia el bosque, detrás nuestro venían unos 30 cazadores más, llegando a los límites de mí territorio Eros me suelta y otro cazador me agarra, Eros se adelanta, agudizó mí oído y escucho como varios de mis guardias aparecen en la frontera de la manada.

-¿Quien eres y que haces en nuestro territorio maldito cazador?- escucho que pregunta Caleb, intento soltarme del guardia que me tiene sujeta pero lo único que logro es que me sujete con más fuerza.

-Necesito hablar con su Alfa- dice Eros, minutos después siento el aroma de mis padres y Derek. -Vaya pero si llego el alma de la fiesta- escucho que dice Eros, veo como un cazador se acerca y le entrega una jeringa al que me tenía sujeta, miro con algo de miedo al hombre que me sujeta. -Creo que tengo algo que ustedes quieren- dice y el que me sujetaba me comenzó a arrastrar hacía dónde estaba Eros, al llegar enfrente de mí manada, el cazador pone su brazo alrededor de mí cuello y clava la aguja en la vena de mí cuello, yo pongo mis manos en su brazo y observo a mis padres, luego a mí Beta y a mí Delta para finalmente dejar mí vista puesta en Derek, mí mirada era de terror ya que no sabía que era lo que contenía la jeringa. -Se las devolveré pero deben contarle toda la verdad, sino volveré pero por su otra hija- dicho esto el hombre que me sujetaba me inyectó el líquido el cual al momento me di cuenta que era muérdago, luego me soltó haciendo que caiga al piso gritando y retorciéndome ante el dolor, segundos después dejo de moverme cayendo inconsciente.

Narra Derek

Tomo a Leela en mis brazos y comienzo a correr hacia el hospital de la manada, escuché a Yasmin decir que se iba a transportar al hospital para ya tener todo listo, al llegar al hospital ya estaban los médicos esperándonos, la dejo en la camilla y los médicos se la llevan corriendo, me quedo parado en mí lugar sin saber que hacer, siento como alguien toca mí hombro y giro mí cabeza mirando a la persona responsable.

-Deberías sentarte y esperar- me dice Caleb y me acompaña hasta donde está la sala de espera y ahí nos sentamos a esperar alguna noticia de Leela, apoyo mis codos en mis rodillas y mí cabeza en mis manos despeinando un poco mí cabello, me quedo en esa posición con la vista clavada en mis pies, minutos más tarde llega Yanet junto con Joshua, ellos siguieron unos kilómetros a los cazadores pero luego los perdieron cuando se metieron en el pueblo de mundanos. Al vernos sentados se nos acercan y se sientan junto nosotros, Yasmin está junto a los médicos intentando salvar a si hija mayor, en el momento me acuerdo de Ari así que le mando un mensaje a mí madre para saber cómo está e informarle a Joshua, ella me contesta que está bien y que aunque los mellizos le dan más trabajo Cande y Esme son de mucha ayuda.

Horas más tarde vemos como Yasmin se acerca a nosotros, el primero en darse cuenta es Joshua el cual se levanta y se acerca a su esposa para darle un beso y un abrazo, Caleb despierta a Yanet la cual está durmiendo apoyada en el brazo de él, yo me levanto y me acerco a Yasmin para que nos informe sobre Leela.

-Hay buenas y malas noticias, la buena es que está estable, la mala es que durante el mes y medio que estuvo desaparecida le estuvieron inyectando oro y plata líquido para evitar el contacto con sus partes sobrenaturales, esto produjo muchas quemaduras en su interior pero si cuerpo lo iba sanando poco a poco, eso gracias a que es una Alfa, otra de las malas noticias es que lo último que le inyectaron era muérdago, logramos drenar todo el líquido y tendrá que usar suero por mucho tiempo. Ahora solo nos queda esperar a que despierte y rezarle a la Diosa Luna para que conserve sus partes Lobo y Vampira- termina de hablar Yasmin y la tristeza es la emoción que predomina en mí sistema, además de la ira y la preocupación por saber cómo está mi mate. -En unas horas la llevaremos a casa donde podrá ser cuidada por nosotros- Yasmin me mira y puedo notar como tiene lágrimas acumuladas en sus ojos. -Puedes pasar unos minutos a verla, luego las enfermeras deben entrar a prepararla- me explica y yo asiento.

Yasmin me guía a su habitación y al estar frente a la puerta la abre y me deja ingresar cerrando la puerta detrás mío dejandonos nuestro espacio, me acerco a la camilla dónde esta Léela conectada a varios aparatos, me siento a su lado y tomo su mano entre las mías.

-Ya estás a salvó mi reina, nada te va a hacer daño, rezo a la Diosa Luna para que despiertes lo más pronto posible. Te amo Leela- le digo dándole un pequeño beso en la mano con la esperanza de que despierte pronto.







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