Capítulo 24

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Narra Leela

Estoy muerta. Es lo primero que pensé antes de caer inconsciente ante el muérdago, la verdad que no tengo idea de cuánto tiempo llevo dormida, lo único que se es que al abrir mis ojos lo primero que me encontré fue una habitación completamente blanca, en la que no lograba distinguir dónde estaban las paredes o el techo, era todo absolutamente blanco y eso comenzaba a marearme.

-Hola- digo hacia la nada y mi voz hace eco en el espacio, la situación no me gustaba para nada.

-No creo que nadie aparte de nosotras te contesté- escucho que hablar a mis espaldas por lo que rápidamente me doy vuelta encontrándome con unos ojos violetas y otros ojos dorados.

-¿Y Lana?- pregunto asustada mirando con algo de miedo a Lucy y a Layka, algo andaba mal, Lana era mi parte más débil por lo que siempre las chicas la tenían que cuidar.

-Ella...no sobrevivió al muérdago- al Lucy decir eso siento como algo en mi se rompió, una parte de mi está muerta y eso dolía mucho, me había acostumbrado a vivir con ellas en mi mente y no podía creer que Lana ya no esté, una idea cruzo por mi cabeza haciendo que rápidamente las mire a ambas. -Se lo que estás pensando. Y si, podemos hacer eso para recuperar a Lucy, lo único que debes hacer es despertar pronto y recuperar fuerzas para lo que se viene- me explica y yo asiento.

-Y no olvides preguntarles a nuestros padres que es lo que deben contarnos- me recuerda Layla y yo vuelvo a asentir con una sonrisa, ya me había olvidado de esa parte. Las miro por última vez y ellas desaparecen, miro para todos lados y obviamente no veo nada más que blanco, intento concentrarme y tratar de comunicarme con alguien.

-¿Alguien me logra escuchar?- pregunto mediante el link más fuerte que sentía pero no sabía con quién era. -Hola, ¿Hay alguien?-

-¿Leela?- escucho una voz pero muy baja haciendo que no pueda reconocerla. -Leela, ¿Nos escuchas?- quería decir que si pero no tenía la fuerza necesaria para hacerlo, poco a poco la habitación se iba poniendo negra y un fuerte dolor de cabeza se hizo presente, cierro los ojos con fuerza en el momento en el que mis oídos comienzan a pitar demaciado fuerte, caí al suelo de rodillas y luego todo fue calma, ni escuchaba mi sentía nada pero todo estaba oscuro, escuchaba gente hablar de fondo.

Mis ojos se abrieron para luego cerrarlos nuevamente, parpadeo un par de veces y observo el lugar en donde estoy, era mi habitación, miro a un punto específico y noto como Derek está sentado en el sillón abrazando a una chica, los celos comenzaron a crecer dentro de mi, escucho la puerta ser abierta de un fuerte golpe y observo con diversión la cara de mi mate al escuchar a mi Delta enojada, no escuchaba muy bien lo que decían ya que de a poco mi cuerpo y mi mente comenzaban a reaccionar, veo como Yanet abraza a aquella chica y le dice algo.

-Que tiernas- digo con mi voz rasposa, todos me miran algo sorprendidos.

-LEELA- dicen todos a la vez haciendo que yo sonría, el primero en acercarse es Derek, el cual se sienta a un lado mío en la cama y me da un beso en la frente sonriendo, luego Yanet se acerca junto con la otra chica y Caleb se va diciendo que va a llamar a mis padres.

-¿Cómo te sientes?- me pregunta mi mejor amiga y Delta, le dedicó una sonrisa y me aclaro la garganta ya que la tenía reseca.

-Bien, siento algo de ardor en el cuerpo pero no es nada- le digo volviendo a dedicarle una sonrisa para que se quede tranquila, Derek, toma de la mesa de luz un vaso de agua y me lo da, le sonrió y tomo todo el vaso, tenía mucha sed, le devuelvo el vaso y lo deja otra vez dónde estaba, la puerta se abre y por ella entran mis padres junto a Ariadna, los ojos de mi madre se llenan de lágrimas, le da la bebé a mi padre y se acerca a dónde estoy, Derek se levanta de mi lado para dejar espacio para mis padres.

-Mi niña- dice mi madre estando cerca mío, me abraza con fuerza y besa toda mi cara haciéndome reír. -¿Cómo te sientes hija?- me pregunta una vez me deja de abrazar y se sienta a un lado, mi padre se acerca y se para a un lado de ella, me da un beso en la frente y yo decido tomar a mi pequeña hermana en brazos.

-Estoy bien mamá- le digo pero ella no se queda conforme con mi respuesta, me toma la mano y hace un hechizo para sentir lo mismo que yo siento, en el momento que hace eso aleja su mano de la mía con rapidez y me mira.

-No estás bien Leela- me dice y Derek se acerca por el otro lado de la cama, me mira con preocupación y luego mira a mi madre.

-¿Que sucede?- pregunta, se podría notar la preocupación en su rostro, mi madre toma a Ariadna de mis piernas, donde ella estaba jugando con mi collar que siempre llevo y se la pasa a mi padre.

-Leela está sintiendo mucho dolor- dice mi madre y ahora todos en mi habitación me miran con preocupación, mi ojos se llenan de lágrimas y miro mis manos con las cuales comencé a jugar.

-No es tanto el dolor físico como el dolor que siento por dentro- digo con la voz algo quebrada, algunas lágrimas salen de mis ojos y rápidamente las limpió. -Perdí a Lana debido al muérdago, mi parte vampira era la más débil, ella ya no está- digo mirando a mi madre soltando más lágrimas, pero estás no las limpió, Derek se acerca aun más a mi lado y me abraza, yo le devuelvo el abrazo y escondo mi rostro en su pecho sollozando, era verdad que me dolía mucho el cuerpo, pero más me dolía la perdida de una de mis partes.

-Sabes que existe una forma de recuperarla- me dice y padre acariciando mi espalda, salgo del pecho de mi mate y los miro.

-Lo se pero no creo tener las fuerzas para soportarlo- les digo a mis padres y ellos asienten entendiendome, miro a mis mejores amigos los cuales se habían quedado callados y les dedico una sonrisa. -¿Nos podrian dejar un momento a solas?- les digo, ellos asienten, Yanet y Caleb se me acercan, me abrazan y luego me besan la frente, Yanet se acerca a la otra chica, la cual aún no sabía su nombre y se retiran, Derek se levanta listo para retirarse pero lo tomo de la mano para que no se vaya, el comprende eso y se vuelve a sentar a mi lado, yo me acomodo apoyando mi espalda en su pecho y el me envuelve en sus brazos. -Necesito que me cuenten que es lo que tengo que saber según el cazador- les digo a mis padres, ellos se miran durante un momento, mi padre se sienta al lado de mi madre y pone a mi hermana en sus piernas, Ari me mira y estira sus brazos hacia mi, yo la tomo y la siento en mis piernas, ella acomoda su cabecita en mi pecho y allí se queda quieta.

-Creo que ya es tiempo de que lo sepas- comienza a hablar mi padre haciendo que todas las miradas se centren en el.

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