Capítulo 47

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-Esto no puede ser verdad- escucho que dice Caleb y me mira, yo hago lo mismo pero luego vuelvo la vista al frente.

La persona clava los ojos en los míos, noto como Eros se acerca hacía dónde yo estoy y se para a mí lado.

-Nunca creí que conocería a mis tres sobrinos así- dice Dulce mirando hacia la salida de la cueva por dónde salió mí guardia con Ariadna, por ahí ingresa una demonio con Ari en brazos, vuelvo mí vista hacia mí tía que creía muerta y ella en un chasquido de dedos hace que todos los lobos y vampiros caigan dormidos, miro hacia Derek preocupada y en efecto el también estaba dormido en el suelo.

-Se supone que estabas muerta- le digo enojada caminando hacia donde está Ari sin dejar de mirarla, al estar llegando una de las brujas me lanza un hechizo que hace que vuele hasta donde está mí hermano cayendo sobre él, mí tía mira hacía la bruja y le sonríe.

-Estuve muerta mucho tiempo, hasta que Gabriel intento revivirme, pero fallo gravemente ya que para eso tenía que ser luna llena o luna de sangre- comienza a contarnos mientras nosotros dos nos levantamos del suelo, mí mirada estaba fija en la de mí tía, mientras que la de Eros estaba fija en la demonio que sostenía a nuestra hermanita dormida. -Tiempo después de esa falla alguien removió la tierra del bosque un día de luna llena, haciendo que ese intento fallido se cumpla- dice sin dejar de mirarme, intento pensar en ese día en específico y recuerdo que yo estaba jugando en el bosque con Caleb y Yanet esa noche, teníamos aproximadamente 9 o 10 años, yo estaba aprendiendo a usar los cuatro elementos, al principio use el agua, luego el viento y cuando empecé a usar la tierra provoque un pequeño terremoto en la zona que llegó a los límites de la manada, ese día recibí mi primer castigo y mi mamá bloqueo mis poderes por un mes.

-Fue mi culpa- digo mirando a Eros con miedo en mis ojos, mi hermano tomo mi mano y me dedico una mirada de preocupación.

-Asi es querida sobrina, tú fuiste la responsable de mi resucitación- dice comenzando a caminar en nuestra dirección, nosotros dábamos un paso hacia atrás cada vez que ella avanzaba uno hasta que una de las brujas lanzo un hechizo haciendo que no podamos movernos de nuestro lugar.

-¿Que es lo que quieres?- le pregunta Eros con enojo en su voz.

-Quiero lo que me pertenece, el reino vampiro y no me vendría mal tener a la manada más poderosa- dice enfrente nuestro.

-Ni en sueños- digo enojada haciendo fuerza para liberarme, la bruja que nos mantenía inmóviles apretó su mano haciendo que sintamos esa presión en nuestros cuerpos cortandonos la respiración, me hacía acordar al hechizo que me hizo Eros el día que me secuestraron, un quejido de dolor sale de mi boca y luego escucho a Eros gruñir pero la presión y el dolor en nuestro cuerpo no cedía. -Espera- digo con la voz ahogada ya que me estaba quedando sin aire, Dulce mira hacia la bruja y le hace una pequeña seña con la mano, la presión cede haciendo que comencemos a respirar agitados. -Te propongo algo- le digo, ella levanta su mano haciendo que la bruja deje de realizar el hechizo hacia nosotros.

-Te escucho- me dice cruzándose de brazos.

-Hay una guerra por disputarse entre los demonios y brujas y los lobos y vampiros, quieres nuestros reinos gana la guerra pero si pierdes serás juzgada por la realeza lobuna y vampira, los demonios serán desterrados al infierno y las bruja a sus aquelarres- digo observando a todos a mí alrededor, mí tía lo piensa unos instantes y luego sonríe.

-Muy bien, acepto pero si gano no solo voy a obtener los reinos, sino que serás mí sirvienta y vas a observar como todos los días torturó a tu mate- dice y observa a Derek que está en el suelo, lo pienso un momento y luego con decisión acepto.

-Sera después del eclipse- le digo y ella asiente complacida.

-Ahora larguense- dice, las brujas hacen un hechizo en conjunto y todas desaparecen junto a los demonios y a mí tía, de a poco los lobos y los vampiros comienzan a despertar, Eros se acerca a dónde está Ariadna y yo me acerco a Derek, él al verme me abraza aún sentado en el suelo.

-¿Que sucedió?- me pregunta Derek cuando nos separamos.

-Luego te explico, ahora debemos irnos- le digo y lo ayudo a levantarse. -¿Están todos bien?- pregunto alto para que todos me escuchen.

-Si Alfa- contestan todos juntos, yo asiento y me acerco a Eros, el cual tenía a Ariadna en sus brazos, ella al verme estira sus bracitos hacia mi y yo la recibo en mis brazos abrazándola.

-Ya vamos a casa pequeña- le digo y dejo un beso en su mejilla. -Salgamos de acá- digo y veo como poco a poco comienzan a salir, me acerco a dónde están mi Beta y mi Delta. -¿Están bien?- les pregunto preocupada, Caleb asiente pero Yanet me ignora buscando a alguien, cuando encuentra a esa persona suspira.

-Ahora si estoy bien- dice Yanet mientras se acerca a Cande, yo sonrió y miro hacia la salida de la cueva notando como ya quedábamos pocos.

-Vamos- digo hacia Caleb, Derek estaba con Matías y David, yo me acerco a Eros al notar que tenía la mirada perdida en el piso. -¿Era ella?- le pregunto y el asiente levemente.

-Salgamos de acá- dice tomándome de la mano, hago una seña general y salimos de la cueva. Una vez fuera, caminamos hasta llegar a Luna Creciente, nos despedimos del Alfa Anton y le dimos las gracias, tome la mano de mi hermano y aún con Ari en brazos hicimos un portal que nos llevaría hasta mi manada, primero pasaron todos y por último nosotros tres.

Al estar en Luna Roja miro hacia la ventana que da a la habitación de mis padres y me encuentro con la mirada de nos, les dedico una sonrisa y me pongo de frente a ellos mostrándoles a Ariadna, mi mamá sonríe y un minuto después la tengo frente a mi tomando a la bebé en sus brazos.

-Mi bebé- susurra sobre la cabecita de Ariadna con lágrimas en los ojos. Mi papá llega segundos después pero viene hacia donde estábamos Eros y yo y nos abraza a ambos.

-Gracias por traerla devuelta- nos dice todavía en el abrazo, se separa y deja un beso en la frente de ambos.

-Es nuestra hermanita, haríamos lo que sea por ella- dice Eros y yo sonrió asintiendo, mi padre nos sonríe orgulloso y se gira para abrazar a mi madre y a Ariadna. 


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