"Jamás me separaría de ti"

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He Pasado otros tres días hospitalizada, desde que tuve la conversación con Audrey y Jess me besó no he vuelto a saber nada de esta última.

Como viene siendo su especialidad se la tragó la tierra, según parece, entre tanto, con las cartas sobre la mesa, la cercanía con mi enfermera es más latente cada minuto que pasa.

Me siento muy cómoda con ella, ¡es todo tan fácil!, se esfuerza muchísimo con atenciones y siempre busca que no decaiga mi ánimo.

Parece que los chequeos que me practican salen satisfactorios, por lo que deciden que pronto podre irme, ¡por fin!

Maria llama varias veces cada día, se llevó un buen susto, pero con las conversaciones que mantuvo con Jess y, al escucharme estos días, se queda más tranquila, eso sí, en Madrid no me libro de ver a la familia entera.

Ya estoy sin tubos, así que me puedo mover con libertad, me sentía más enjaulada de la cuenta con tanto parapeto a mi alrededor.

Hoy hemos dado un paseo por las zonas comunes del centro y para cenar Audrey me ha prometido ir por Pizza y una película para ver.

-    ¿Cómo estas mala enferma? ¿me has echado de menos?
-    Pues la verdad, echaba más en falta lo que llevas entre las manos, ¡qué buena pinta!
-    Desde luego, mira que eres fácil de agradar, una porción de Pizza y eres feliz.
-    Y si es con buena compañía mejor que mejor, ¿Qué peli has traído?
-    Comedia romántica ¿te apetece?
-    Genial ¡los reyes han llegado para almorzar!

Perfecto, comida basura, refresco y peli, ¿qué mejor comida que esa?, Audrey adelantó la comida porque en la noche estará liada, encima resulta ser una película muy entretenida.

Cuando acabamos Audrey se recuesta a mi lado mientras terminamos de ver la película, es un rato la mar de agradable, y, no sé cómo sucede, en un despiste ¡me besa!

Lo sé, piensas que soy más predecible que una telenovela mejicana, pero te juro que no lo vi venir, fue muy delicado y tierno.

-    Veo que te las apañas perfectamente sin mi.
-    ¿Jess? ¿Cuánto rato llevas ahí?
-    El suficiente, no os molestéis me marcho, veo que sobro.
-    No, Jess, espera, ¡Jess vuelve!

¡Mierda! Sale como alma que lleva el diablo, y mi impulso es correr tras ella, estoy empezando a sentir que esta relación es muy tóxica, no paramos de chocar.

-    ¿Jess quieres parar un segundo? No puedo seguirte el ritmo, me voy a marear.
-    ¡Que te cure tu enfermera! Sabrá hacerlo tan bien como besa.

¡Joder esta celosa!, esta vez no son imaginaciones mías, pero que muy celosa, mierda, esto tengo que aclararlo.

-    ¿Estas celosa?, espera un momento, ¡habla conmigo por favor! – "solo se me ocurre sujetarle la mano para que no se escape."
-    No tengo nada que decirte – "joder solo trata de zafarse, no puedo consentirlo, no quiero perderla."
-    Ah no – la cojo de la cintura – ven aquí, sentémonos en este banco, vamos a hablar.

Cuando se gira por fin, se da cuenta de que estoy en medio del pasillo casi como dios me trajo al mundo, con la bata de hospital de hoy, con el culo al aire.

-    ¿Pero estás loca? Mira cómo vas, vuelve a la habitación a ponerte algo, te vas a resfriar, ¡y descalza! ¡por el amor de dios!
-    De eso nada, me quedo aquí, necesito explicarte.
-    Siéntate, voy por algo para ponerte.
-    Jess...

Da media vuelta sin escucharme llamarla, espero un rato largo, o eso me parece, y regresa con una bata de abrigo y unas zapatillas.

-    Gracias, ¿porque has tardado tanto?
-    He estado hablando con tu chica.
-    Jess...

Chispa entre secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora