Chispa entre secretos

Adiós intimidad

Viajamos en el avión de la empresa, si pasa algo durante el vuelo se que podremos reaccionar rápido, no como en un vuelo comercial, y no me fio de que Cris soporte bien el viaje.

Han sido unos días maravillosos, estamos mejor que nunca y por fin podemos disfrutar de nosotras sin reparos, lo que he perdido todo este tiempo por mis tonterías, no me lo perdonaré.

Cuando llegamos a casa casi no cabemos de tanta gente, están todos, los primeros en recibirnos son Ben y los cachorros y cuando le cuenta a su tía que son un regalo para ella muere de amor.

- Tía Cris hay muchas películas que tenemos que ver, te estaba esperando.
- Claro que si cielo y me tienes que decir como cuidarlos y sus nombres.
- Tranquila yo te ayudo a cuidarlos, ademas sus hermanitos no están en adopción tampoco, los papas me dejaron adoptar y Miki y Carol también.
- La que has liado Jess.

Todos echan a reír y asienten, le cuentan como han sido estos días cuidando a los perritos, Ben muy diligente les ordenaba que hacer con ellos, cuando les tocaba comer o bañarlos.

El niño se ha afanado mucho por que los cachorros estuvieran perfectos cuando Cris los conociese, pero, aunque ha sido una locura se les ve felices, y sobre todo el crio mas.

- ¡Ay mi niña! ¡que alegría por dios! ¡cono lo que he hablado yo con la Virgen del Pino pidiendo por ti.
- ¡Mama por dios que no estaba muriéndome!
- Mira ¿te dijo Jess que tenemos que ir a ver a Pinito verdad? Ya esta arreglado, nos vamos todos, hemos alquilado unas villas en la isla porque en casa no cabemos....
- Mami, mami, que te embalas, no me lo había contado no, creo que es la segunda sorpresa que me esperaba hoy, ehhh Jess.

Su cara es un poema, yo no puedo parar de reír y la pobre Cris esta alucinando, sobre todo de ver la cantidad de planes que hay organizados y ella sin enterarse.

- Y luego vamos a Disney Land París Tía Cris, todos juntos, la Tía Jess lo prometió.
- ¿Pero tu te has vuelto loca chiquilla?

Vuelta a las carcajadas, todos reímos la mar de felices y yo no puedo con tanta dicha, estoy pletórica y cuando veo a los bebes acercarse mas, en brazos de mis hermanos.

- Por ahí vienen los niños, como cuando los viste en el hospital, en brazos de mis hermanos Richard y Michael.
- ¿Otro Michael en la familia? ¡no vamos a dar a basto!
- Encantado Cristina, a mi me puedes llamar Mike.
- Vengan acá y denme un abrazo como dios manda, ¿que es esto de saludar de lejos? Después de todo lo que han hecho, eso si me lo contó Jess.

Ahora la que muere de amor soy yo, verlos abrazarse y reír no tiene precio, con esa cercanía y familiaridad que solo Cristina puede provocar en la gente.

- Bueno vale ya de tanta ñoñería, ¿entonces puedo llamar oficialmente cuñada a Jess?
- Joder Elena que manera de romper el momento por dios, si, si, estamos juntas.
- Si ya decía yo que una semana en esas tierras por cuestiones medicas era trola suya.
- ¡No! Mira que eres revirá Maria, fue cierto, pero también nos vino de perlas, dame un abrazo tu también.

Así va a ser nuestra vida ahora, criando gemelos, con una jauría de cachorros por casa y muchos viajes en familia pendientes, con ¡toda! La familia, no se queda nadie atrás, la canaria, la madrileña y la estadounidense.

Mi chica alucina en colores con todos los niños que hay correteando por casa, los va conociendo uno a uno y lo primero que se le ocurre es que esta noche hagamos una fiesta de pijamas.

¿Cuando se va a cansar? No parece que se haya tirado horas volando, tiene una vitalidad y una energía la mar de contagiosas y así estamos el resto, contagiados de su felicidad y disfrutando.

Ha conseguido que el cubito de hielo se esfume y deje paso a una Jess tan distinta que hasta da miedo, pero por ella iría al fin del mundo si fuese necesario, no me separaré de su lado jamás.

- De aquí a la boda hay un paso.
- No seas gafe Mil, dejame disfrutar del momento.
- ¿El cubito de hielo queriendo disfrutar? Quien te ha visto y quien te ve.
- Y lo bien que me sienta Carol, ahora sí estoy preparada para lo que venga.
- Nosotros estamos felices de veros, de verdad.
- Gracias Dott, ¡eh! Cuando paséis vosotros por el altar luego vamos nosotras.
- ¡Que graciosa! No en serio ¿donde dejaste a doña estirada?
- Muerta y enterrada Sergio, para siempre.

Cuando llega el momento de dormir nos dejan descansar y se ocupan de todo, menuda familia hemos organizado, no nos han dejado mover para nada, los abuelos se ocupan de los bebes y mis hermanos de los perros.

Se reparten las tareas de mil amores y nos mandan a descansar de una vez., cuando entramos al dormitorio Cris se me acerca con una sonrisa de oreja a oreja, no puede estar mas feliz, y yo por ella.

- Hola doña estirada.
- Hola reina de los apodos, por fin solas.
- Has liado una muy buena no se si lo sabes.
- Algo me podido percibir estas semanas...
- gracias.
- ¿Y ahora porque?
- Porque aun siendo una borde incurable nunca te fuiste de mi lado y me has dado algo precioso, una auténtica familia canaria enorme.
- No hace falta que lo jures cariño, pero no es merito mio, fueron ellos solos.

No podemos parar de reír recordando los momentos sobre todo con mi familia, charlamos de todos esos instantes en que el resto de nuestra gran familia veía lo que nosotras no.

Muero de amor viéndola así de feliz, ahora comprendo que siempre fue mi destino, una chispa entre tantos secretos absurdos que siempre estuvo viva.

- Te quiero doña estirada.
- Yo mas a ti.