Tu hija

Introducción y personajes

1979. Mánchester.

Liam era un nene de 7 años que vivía con su mamá Peggy y su hermano Noel de 12 años en Mánchester. Él y su hermano siempre jugaban juntos, pero el nene siempre se ponía celoso cuando Noel jugaba con otros chicos.

Un día, Liam entraba en el living donde su mamá estaba leyendo una revista.

—Ma, ¿viste a Noel? —preguntó.

—Se fue a jugar con sus amigos —le contestó Peggy mirandoló y luego siguió con su lectura.

—¡¿Qué?! ¡Ay, no, ¿por qué siempre hace eso?! —gritó enojado. Justo estaba al lado de una mesa con un teléfono y lo tiró. Su mamá se levantó enseguida a levantarlo. Liam se fue, ella dejó el teléfono en su lugar y agarró a Liam de la mano. Lo hizo dar media vuelta y se arrodilló frente a él mientras lo agarraba de los hombros.

—¡Liam, Liam, te calmas! ¡No empieces con tus berrinches y escenas de celos! —lo retaba.

—¡Noel prefiere jugar con sus amigos que conmigo! ¡No me quiere! —seguía gritando mientras se ponía inquieto.

—¡Te dije basta! —Liam se quedó callado—. Nos calmamos, ¿sí? No tienes por qué ponerte así. Noel tiene derecho a tener sus amigos, al igual que tú tienes los tuyos.

—Pero yo quería jugar con él —dijo mientras empezaba a llorar y miraba el piso.

—No llores, mi vida —dijo abrazandoló—. Tu hermano ya va a volver.

Más tarde, volvió su hijo mayor con la remera, shorts llenos de tierra y pasto. Las zapatillas las tenía cubiertas de barro

—¿Cómo te fue? —preguntó su madre recibiendoló.

—Bien, ganamos —contestó Noel con una sonrisa.

—¡Qué bien! —exclamó con alegría.

—¿Y Liam? ¿Hizo berrinche?

—Como siempre. Lo calmé un rato, pero como siguió haciendo berrinches, tuve que llevarlo al cuarto. —Noel resopló.

—Voy a verlo —dijo y emprendió camino hacia la escalera.

—Espera. —Noel se detuvo antes de llegar al primer escalón—. Ve a lavarte las manos y a cambiarte primero.

—Oh, bueno. —Luego de lavarse las manos y de subir a cambiarse, fue a la pieza de su hermano. La puerta estaba cerrada y tocó—. Liam. —Adentro, su hermano estaba sentado sobre la cama.

—¡Vete! —gritó y tiró una zapatilla contra la puerta.

—¡Liam, no seas así! Voy a entrar. —Abrió la puerta y entró.

—¿Por qué te fuiste? Malo.

—No soy malo. Sólo me fui a jugar.

—Pero yo quería jugar contigo y te vas —protestó de brazos cruzados mientras hacía puchero y miraba para otro lado. Noel se sentó en la cama.

—Bueno, ya volví, estoy acá contigo —dijo tratando de calmarlo—. Siempre hacés las mismas escenas —se quejó.

—No me quieres. —Bajó la cabeza.

—Tengo que tener amigos de mi edad además de ti —trataba de hacerle entender y acto seguido le tocó el hombro—. Eso no quiere decir que no te quiera ni que vayamos a dejar de jugar.

—¿Juegas ahora? —preguntó esperanzado volviendoló a mirar.

—Sabes que sí. Por eso también vengo a tu habitación —contestó sonriendo.