CAPITULO 37

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════ C O N F I A N Z A ════

- Tenía razón, está no es la más grande de las bases, pero no hay duda, tienen demasiados militares. - Señalo con su mano la parte frontal del complejo, donde se denotaban varios elementos patrullando la zona.

- ¿Realmente confías en ella? - Pregunto Rogers agazapado tras un arbusto.

- ¿La verdad? - Inquirió el sargento con la mirada tras unos gruesos binoculares que se mantenían fijos a la lejanía en el horizonte - En un momento lo averiguaré.

Había un trato y un plan. La señorita ________ y el compasivo joven militar hace un par de noches llegaron a un acuerdo, en el que los dos salían ganando, "Un ganar, ganar" El lado del sargento Barnes obtendría la ventaja en sus operaciones militares sobre Alemania, mientras que la mercenaria por su cooperación recibiría a cambio un buen hogar para cierto par de hermanos pequeños.

No fue tan fácil como suena lograr el pacto, en un principio se vio amenazada con ser arrestada, con estar en caridad de prisionera, que en el mejor de los casos aportaría información desde una celda, que dicha aseguraba perpetuar su estadía ahí por al menos algún par de décadas, pero gracias a la confianza del sargento Barnes y la intervención del capitán Rogers, _________ no fue reportada ante los altos mandos. Los compañeros del par de amigos en un principio se mostraron hostiles, renuentes, con justas negativas; que con un poco de labia a juego con una lógica astucia, lograron hacer que la mercenaria supiera usar sus cartas, para poner el juego a su favor y así su plan fluyo según su pronóstico deseado.

Entonces ahora el pequeño equipo del capitán aguardaba la señal, sus sentidos se tornaron a un modo más agudo, cuando el lujoso carro de su misteriosa cómplice se adentro en los terrenos de una de las fábricas de Hydra, dónde las fuerzas empatizantes de Alemania le recibieron con notoria amabilidad.

- Diez minutos - Anunció el sargento para que acto seguido su amigo, el capitán cronometrara la cuenta regresiva en su reloj de bolsillo.

Sus hombres, los miembros de ese pequeño grupo de lunáticos suicidas, se encontraban dispersos en puntos de especifica estrategia. Diez minutos, únicamente diez minutos eran los que tenían que esperar, aunque para ser francos nadie apostaba mas de un bledo a que eso saliera bien, por ello algunos soldados comenzaron a hacer sus apuestas a favor de que terminarían haciendo uso del plan de segunda reacción, en teoría un plan "B", para después del plazo; uno diseñado para una muy posible emboscada u algo similar.

- Cinco dólares a siete minutos - Barnes escucho que decía su subordinado con rasgos asiáticos, aquella oferta, al mas grande y robusto.

- Yo te apuesto ocho dolares a cuatro. - Contesto el otro.

- Ho' bien... ¿Y ustedes no van a apostar?

- ¿Que? - Pregunto el capitán Rogers despistado.

- Dentro de cuanto tiempo empezaremos con el pan "B"

El capitán Rogers no dijo nada, solo volteo para ver a su amigo Barnes, que en ese momento únicamente preferío no pronunciar palabra alguna, y desvió la mirada colocandola tras los vinoculares. ¿En serio en que estaba pensando? Estaba exponiendo a sus compañeros de una forma muy absurda. Podrían ser emboscados, por su descuidada razón, pero... no, ella estaba diciendo la verdad ¿No? Parecían reales sus lágrimas, sus palabras, pero también parecía una buena chica en el bar, podría haberle mentido, engañado como la talentosa actriz que representaba ser. Trataba de evitarlo, sin embargo los pensamientos seguían tirando y tirando de aquel hilo que parecía no terminar, hasta que los diez minutos se agotaron. El estrépito de una detonación seria la señal que aguardaban, una señal que no llego, que se consumió en medio del silencio.

REGRETS | Loki y Tu | Cronologia UCMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora