"no voy a casarme"

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(Raúl)

No puedo creer que haya escogido a mi niño, hubiera estado mas que feliz de deshacerme de esa princesa latosa pero no, el príncipe tuvo que salir inteligente como para reconocer que ella era pura basura, no entiendo, ni siquiera lo vio por mas de 30 segundos y no pienso entregar a rubius si el no quiere, se que no estoy en mi derecho pero no puedo dejar que mi niño se quede con el príncipe si el no quiere aunque a juzgar por como lo trata la princesa akira nada puede ser peor.

¿Mi niño? - al oír un ruido cerca de la cocina supuse que sería rubius cuando está molesto le da por comer lo cual vendría bien si no estuviéramos en palacio ajeno.

¿Que? - no era el, era un chico solo unos centímetros mas alto que yo con la ropa típica de un lacayo, al parecer estaba comiendo algo pero lo arrojó al verme - ¿que necesita?.

Buscó a un sirviente de la princesa akira - busqué con la mirada pero creo que rubius no estaba por allí - ¿le has visto? Un chico delgado con el cabello castaño posiblemente maldiciendo y patentado cosas.

Oh, creo que no - sonrió con nerviosismo mientras se apresuraba a limpiarse los labios de cualquier resto del pan que hace  rato comía - pero puedo ayudarte, soy borja.

Soy Raúl - no saludé solo caminé junto a el mientras buscábamos a Rubén por los pasillos.

(Borja) (tiempo antes de que Raúl llegada)

Bien tu puedes hacerlo - me dije a mi mismo frente al espejo del baño pronto me convertiría en consejero, bueno, solo si vegetta aceptaba a la princesa que sus padres le mandaron, la verdad es que no quiero que la acepte no porque no quiera ser consejero, claro que quiero, es solo que aun no se si estoy listo para el cargo a menudo soy malo en estas cosas.

¿Borja?, aquí estas, tu padre quiere que te reúnas con el en el salón principal - llamó con delicadeza una de las sirvientas, las ventajas de ser consejero eran que no eres tratado como otro de la servidumbre o por lo menos vegetta no me trata así, suspire desganado normalmente mi padre sólo me llama para reprocharme que debo practicar más mis habilidades se consejero.

Padre ¿para que me has llamado? - tal vez samuel, es así como se llama pero tenemos prohibido llamarlo por su nombre, no me trata como otro mas de sus sirvientes pero mi padre si pues mientras no sea un consejero solo seré sirviente.

Sientate hijo - me  senté con los nervios a flor de piel - tengo una buena noticia, ya puedes ser consejero.

¿Enserio? - realmente para mi no era buena porque aun siento que no estoy listo pero no puedo reprocharle a mi padre es una bendición tener este cargo.

Si, a partir de  ahora tu serás el consejero y te harás cargo de hacerle saber a los padres del príncipe que ya ha escogido a alguien - eso sonaba algo difícil pero me alegraba que samuel por fin encontrara lo que quería ninguno de los sirvientes se atrevía a decirle que tal vez estaba exagerando con su lista de cosas que debía de tener su prometida pero al fin rindió frutos y estoy feliz - toma las cosas que necesitas y buena suerte con ello, la necesitarás.

Que... - miré las cosas todas eran las que mi padre solía usar como consejero amaba su trabajo pero parecía querer quitárselo de encima cuanto antes, entonces entendí me escribió una nota donde decía que samuel había escogido no a la princesa akira sino a uno de sus sirvientes y para colmo un hombre, yo no tengo nada en contra de eso pero el reino es muy cerrado ante estas cosas, no me gustaría que sus padres me culparan a mi por esto, viejo charlatán solo por esto me cediste el puesto tan rápido, ya no hay nada que pueda hacer y con los nervios de tener que hablar con sus padres ya hasta me dio hambre.

(Rubén)

Esa akira, princesa tonta y boba, todas son iguales no entiendo porque ellas son las que tienen que gobernar sobre karmaland hace falta alguien que de verdad aprecie lo que uno hace, no por ser un sirviente significa que soy menos persona que esos estirados debería de ser diferente y tratarme con verdadero respeto ni ella ni ninguno de esos reyes larguiruchos y  ostentosos se merece mi respeto.

Calvo al fin te encuentro - me sentí un poco mejor al oír la voz de auron, el es el consejero de akira pero al contrario de otros de mis superiores el me trata con respeto.

¿Que pasa? - pregunté volteándolo a ver también dirigiendo la mirada a lo que parecía un sirviente del palacio.

El príncipe vegetta ya ha escogido con quien casarse - mencionó el castaño, no me hubiera molestado tenerlo como superior en el castillo de la princesa akira pues se nota que tiene un semblante amable, por otro lado me siento feliz al saber que la princesa akira se casará con el príncipe, no puede llevarse a todos sus sirvientes así que tendrían que escoger entre algunos y gracias al cielo que estoy firmemente convencido de que yo no seré elegido - solicito que me acompañe.

¿Yo? ¿Porque? - quizá pensé demasiado rápido, a lo mejor y me daban miles de azotes por faltarles al respeto a la princesa y al príncipe que por lo que se ahora sería rey de karmaland central, dioses, debí de haber medido mis palabras - perdonenme por faltarle al respeto al rey, os ruego clemencia.

¿De que está hablando?, si yo solo venia a decirle que necesito que nos acompañe su majestad - me quedé un momento callado, ¿se habrá confundido?.

Lo siento pero yo no soy ningún príncipe ni nada - miré a auron con confusión el me miró pero el no estaba confundido solo me regresó una mirada seria aunque por el contexto era mas bien una disculpa y no se porque.

Oh por supuesto que si, el príncipe vegetta ha decidido casarse con usted - me miró esperando a que dijera algo pero yo estaba en shock, ¿yo? ¿Un rey?, bueno eso no suena mal pero ¿casado con ese tonto? De ninguna manera.

De ninguna manera, no me casaré con el, auron - volteé a ver a auron el parecía que compartía el deseo conmigo su mirada parecía decirme que si no  quería el no permitiría que pasara.

Pero... - yo y auron nos estábamos por retirar - por favor es mi primera ve y no quiero arruinarlo - volteé a mirarle auron le miraba con el entrecejo fruncido - no estoy diciendo que tengas que casarte pero si te dejo ir voy a  perder la cabeza, literalmente.

¿Y eso en que nos afecta a nosotros? - preguntó auron, la verdad es que no quería que el perdiera la cabeza sólo por eso, lo consideraba un castigo inhumano para cualquier persona, cosa o animal, miré a auron, no podíamos dejar que un compañero que sirve a la realeza sea decapitado solo por eso, no me dijo que tenía que casarme solo debo estar presente allí y todo estará bien, todo bien - esta bien, vamos.

Gracias a los dioses, casi siento que mi cabeza se me escapa del cuerpo - acarició su cuello con una mueca nerviosa, realmente se ve como un buen chico lastima que su destino está en manos de esos idiotas.

Presiento que luzu podría perder la cabeza.

Aunque en realidad no me gustaría decapitarlo ¿o si?

Príncipe Vegetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora