Ese año cumpliría 14. Me acuerdo perfectamente porque empecé a salir regularmente. Fue totalmente mi perdición. Desde principio de verano mis amigos estaban de vacaciones en una pequeña ciudad y Lio se iría probablemente a vivir allí. Me sentía algo triste por lo que arrastraba a Simon cada noche a los antros mas oscuros de Buenos Aires. No es que me justificara con ello, solo me daba una razón mas.
Había conocido a todos los empleados de cada uno de las disco y conocía a los jefes también por mi venta ambulante de drogas, así que a todos lados entraba gratis, bebía gratis, consumía lo que quería gratis y cualquiera que fuera conmigo, tendría las mismas comodidades. Simon tomaba moderadamente, a menudo me arrastraba a casa y me metía en la cama o bajo la ducha, depende el grado de alcohol que hubiese tomado. Por las mañanas me levantaba a hacerle de desayunar a Pablo y volvía a acostarme.
Trataba de no meterme en líos. Estuve mas de una vez cerca de ser detenido por la policía, pero era mas que nada por ser menor en lugares que no debía estar. Nunca me atraparon con drogas por suerte y eso que las llevaba todo el tiempo conmigo.
Una mañana recuerdo que volví y no me desperté. Pablo me empujo en mi cama y se acostó conmigo en un rincón que no ocupaba mi cuerpo despatarrado.
-¿Estas bien?
Bostece agotado pero le sonreí para que no se preocupara -Si Pool, solo estoy un poco agotado.
-¿A donde saliste anoche?
-Tuve que trabajar -No había salido con Simon, era cierto. Sebastian me había hecho hacer envíos a todos lados y luego me reuní en su casa. Luego me llevo a casa, totalmente destruido y mareado.
-Tienes olor a cualquier cosa menos trabajo. Deberías dejar de salir.
Este chico era demasiado vivo. En algún momento me descubriría y no se si iba a perdonarme. Intente levantarme sin éxito, por lo que el me abrazo mientras nos tapaba y yo le abrace con un poco de fuerza que me quedaba hasta que me quede dormido nuevamente.
Alrededor del medio día, me desperté devuelta. Pablo estaba durmiendo con la boca abierta. Su pelo era un lió, como el mio seguramente, solo que de color mas oscuro y el mio mas rojizo-marrón. Como fuego y carbón. Me levante con cuidado de no despertarlo y fui a preparar algo para que almuerce.
-Buen día- dijo mi padre cuando me vio pasar para la cocina. Me voltee a verlo. Estaba en el sillón del living leyendo el diario. Me sorprendió verlo allí temprano.
-Buen día. ¿Queres comer algo?
-No, estoy bien ¿Llegaste muy tarde?
-A las Ocho. Normalmente vuelvo a las seis cuando salgo.
-Pero estabas con Sebastian. Juan Cruz, esto es algo que deberías dejar.
-¿Y que vamos a hacer? ¿Vivir del polvo?
-Conseguiré empleo.
-Bien. Has eso. En cuanto lo logres, yo dejare esto. Hasta entonces, no me jodas.
-Estas agresivo.
Yo también lo note -Solo estoy recién levantado. Iré a comer algo.
Yo no soy así, ¿Porque le dije eso? Me dirigí a la cocina y prendí el fuego para hacer milanesas, esperando a Pablo para comer. Como no venia lo fui a buscar y lo desperté. Gruño un poco pero tenia hambre así que se levanto.
Por la tarde fui a la casa de Sebastian. Me había llamado de urgencia, así que me presente ni bien pude.
-Adelante- dijo uno de los tipos de su seguridad privada en cuanto me vio en la puerta. Ya conocía el camino a su living, donde seguramente lo iba a encontrar, así me me mande por la casa como siempre y me senté en el sillón frente a el.
-Vamos al punto- dijo frente a mi -Necesito tu ayuda. Hay un cargamento nuevo llegando esta noche a la ciudad. Aproximadamente vale unos 18 millones de dolares, por lo que es una situación delicada.
-¿Y yo tengo que ir por todo eso a buscarlo?
-Robarlo en realidad
-Estas de broma ¿Cierto? ¡Me van a fusilar!
-No tengo otro sujeto en quien confiar. Te puedo mandar con mi seguridad.
-Entonces seremos mas los muertos. No, no lo haré.
-No hay opción. Si no lo haces, el negocio decaerá y con ello tu y tu familia. Debes hacerlo.
-Es muy arriesgado y yo quiero dejarlo. Quiero dejar este tipo de trabajos.
-Bien. Te propongo un trato: Tu me traes la carga y yo te dejo en paz. Te doy parte de la mercancía para ti, te pago tu dinero y te vas. Pero me la traes intacta toda.
-¿Toda? ¡Eso es imposible incluso para ti!
-¿Aceptas o no? No tengo todo el día.
-Bien, pero si no sobrevivo quiero que hagas algo por mi
-¿Que cosa?
-Consíguele un trabajo honesto a mi padre.
-Hecho. Tu cuello por a posibilidad de seguir comiendo de tu familia.
-No. Mi cuello por el bienestar de Pablo.
ESTÁS LEYENDO
La Historia que nunca ocurrió
Teen FictionEsta historia nunca ocurrió, las personas aquí no existen. Nunca existieron. No es mi historia, ni la historia de nadie. Un grupo de amigos que van sorteando el mundo. Caminos que se cruzan, parejas, familia, lo de siempre. Pero es un secreto, nadie...