-Embarazada- las palabras hicieron eco en mi cabeza una y otra y otra vez más.
Me torturaba, me apretaba el cuello y se me secaba la garganta.
-Embarazada- repetí para estar seguro.
No había nadie allí más que yo y mi cabeza. Si pudieran haber filmado mi cara, si alguien hubiese tenido siquiera una cámara, encontrarían la mayor cara de póker de la historia. Totalmente inexpresivo.
-¿Fran? ¿Estás bien?
-Yo… si, solo estoy un poco en shock.
-No sé qué hacer. Estoy tan asustada.
-Dímelo a mí
-¿Qué?
-Nada. Tu tranquila ¿Estás segura 100%?
-Me tendría que haber venido ya hace más de un mes y me hice tres pruebas. Lo único que obtengo son positivos. Ni en la escuela tuve tantos.
-Uh, bien. Ya, saldremos de esto.
Agus se quedo más tranquila con aquello. Yo no. Había que decirle a mi familia.
En cuanto se fue me quede pensando mil formas de cómo decirles, que hacer, como seguir con mi vida. Papa había hablado de darme trabajo en el taller mecánico cuando volviera de Mar del Plata pero no esperaba que fuera para mantener a mi hijo, sino para pagar gastos.
Me iba a matar. Si, estaba en un lio terrible.
Cada segundo que pasaba hasta que llegaran fue peor. Ni hablar cuando comenzó a girar la llave en la cerradura. Fue una tortura. Intente calmarme con todas mis fuerzas pero finalmente no pude y rompí a llorar. Mi mama se asusto y vino a mí pensando que me había pasado algo y no pude hacer más que contarle. Mi padre, que llego detrás de ella, escucho todo lo que solté y se quedo de piedra. Mama me abrazo y me dijo que todo estaría bien, que dejara de llorar.
Yo solo podía pensar en lo que perdía. Adiós juventud, soltería, dinero, piratas, salidas, vacaciones. Adiós.
Al otro día me sentía un poco mejor. Mis padres se lo habían tomado bien, a mi hermano le hacía ilusión tener un sobrino. Solo quedaba que los piratas se enteraran. El primero fue Ramiro que fue esa tarde a buscarme para ir a jugar un rato a la pelota y trago saliva fuerte ante la noticia.
-¿Es que no sabes que existen sombreritos, preservativos, ¡FORROS!?
-Sí, ya se. No puedo creer es que, estoy muy confundido.
-Y píldoras anticonceptivas, pastillas del día después.
-Me tomo muy desprevenido todo
-Y parches y vacunas y métodos naturales…
-¡Ya entendí! ¡Para un poco catedrático de métodos anticonceptivos!
-Bien. Solo te pido que soluciones eso.
-“Eso” es un bebé. No es algo que se pueda “Solucionar”
-Entonces estas en un lio.
Era cierto. Estaba muy perdido. Sin embargo contaba con la ayuda de mi familia.
Contarle al resto no fue más sencillo. Lio era de los de esperar hasta el matrimonio, Lud se quedo muda al teléfono. Sol y Luciana se ofrecieron como madrinas, Juan Cruz me regaño durante tres horas acerca de las responsabilidades de traer un hijo al mundo y me hizo prometer que no le dejaría solo. Simon se ofreció para ayudarme siempre que necesite y los surfistas de Mar del Plata me dieron el pésame. Exagerados.
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La Historia que nunca ocurrió
Genç KurguEsta historia nunca ocurrió, las personas aquí no existen. Nunca existieron. No es mi historia, ni la historia de nadie. Un grupo de amigos que van sorteando el mundo. Caminos que se cruzan, parejas, familia, lo de siempre. Pero es un secreto, nadie...